FICHA TÉCNICA DE 'IN
TIME'
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Dirección y guión: Andrew Niccol
+ País: USA
+ Año: 2011
+ Duración: 109 min.
+ Interpretación: Amanda
Seyfried (Sylvia Weis), Justin Timberlake (Will Salas), Cillian Murphy
(Raymond Leon), Olivia Wilde (Rachel), Alex Pettyfer (Fortis), Johnny
Galecki (Borel), Vincent Kartheiser (Philippe Weis), Matt Bomer (Henry
Hamilton), Yaya DaCosta (Greta).
+ Producción: Marc Abraham,
Eric Newman y Andrew Niccol
+ Montaje: Zach Staenberg
+ Direño de producción:
Alex McDowell
+ Música: Craig Armstrong
+ Fotografía: Roger Deakins
+ Vestuario: Colleen Atwood
In time es un thriller de ciencia-ficción dirigido
por Andrew Niccol, su cuarto largometraje después de Gattaca
(1997), Simone (2002) y El señor de la guerra
(2005). Niccol se ha especializado en la descripción de nuevas
antiutopías, utopías perversas donde la realidad transcurre
en términos opuestos a los de una sociedad ideal, con evidentes
paralelismos con nuestra realidad actual. En este trabajo se habla
del conflicto interclasista en un futuro no tan descabellado.
Dando por hecho la simplicidad de un argumento producido en Hollywood,
resulta altamente sugerente y atractiva la historia que Andrew Niccol
nos cuenta en In time. En una sociedad del futuro se ha conseguido
frenar el envejecimiento y los individuos conservan el aspecto que tenían
al cumplir los 25 años, momento en que comienzan a tener que
ganarse los años que quieran vivir.
El tiempo ha sustituido al dinero como moneda de cambio, con lo que
es un bien apetecido y necesario, adquirido unas veces por medio del
trabajo y otras del robo. Vivir al día es lo habitual en la zona
en que vive Will Salas, joven que tiene tres años de ‘vida
merecida’ cuando ve cómo su madre muere en sus brazos por
la inmisericordia de algunos. Hace poco, Will ha conocido a un ‘millonario
de tiempo’ que se suicidó porque estaba cansado de vivir,
no sin antes regalarle un siglo y confesarle que en otra zona de la
ciudad había unos pocos que eran realmente inmortales gracias
al sacrificio de la mayoría. A partir de ahí se despierta
su espíritu justiciero, y comienza una película de acción
y persecución, de robo y secuestro, de amor y libertad.
Un primer nivel de lectura nos permite
considerar que sólo merecen ser vividos los días en que
el amor triunfa sobre la codicia y el miedo, y también que la
eternidad no es en sí misma apetecible y menos a cualquier precio.
Frente a ese magnate aislado en su torre de oro y protegido por un sinfín
de guardaespaldas, se levanta el dueño y la niña del puesto
que regala tiempo a quien lo necesita; frente al egoísmo del
Guardián del Tiempo que quiere conservar sus privilegios, encontramos
el gran corazón de Will que desea ver a todos iguales y en un
estatus superior; frente a la violencia de los ladrones del barrio,
la justicia de ese hombre honrado y noble; y frente al avaricioso que
atesora millones (de años), el hombre que vive al día
confiando en su trabajo y en sus amigos.
Pero hay otro subtexto que no es menos interesante y que cuestiona cierta
política educativa de tono proteccionista, pues vemos a un padre
temeroso de que su hija se pierda: su comportamiento es todo un fracaso
como padre porque creyó que el afecto se podía comprar
o la obediencia exigir, porque no contempló que el amor podía
trastocar toda la previsión y lógica racionalista, porque
no supo ver que la libertad es capaz de romper las barreras construidas
con mano de hierro.
Cabe aún una tercera perspectiva
que, metafóricamente pero de forma evidente, trae la historia
a nuestro tiempo de especulación financiera. Estamos ante la
justicia social que se debe exigir a un sistema en el que las diferencias
de clase aumentan conforme unos pocos se aprovechan de la necesidad
de la mayoría para su propio beneficio.
La formación de guetos y de zonas de privilegio hace que los
poderosos sean más cada vez más poderosos, que resulte
imposible corregir esa situación de indefensión e injusticia.
Es la ley del más fuerte que Darwin aplicó a la evolución
biológica y Marx al análisis socioeconómico para
justificar la revolución…, es el capitalismo salvaje que
en época de crisis corta las cabezas de los más pobres
mientras algunos se ven obligados a robar algo menos (pero a seguir
robando).
Menos mal que siempre hay un Robin
Hood para dar a los poderosos y gentes sin conciencia un toque de atención,
y menos mal que el amor y la libertad son valores más atractivos
que ningún otro y que terminan por convencer incluso a la inocente
Sylvia Weis. Afortunadamente, el darwinismo capitalista es sólo
una teoría que puede corregirse y mejorarse, y además
todos sabemos que ‘un día da para mucho’ si se aprovecha
bien y que el tiempo mejor aprovechado es el que se da gratuitamente.
No hay duda de que ‘el tiempo es oro’, pero también
es cierto que ‘no es oro todo lo que reluce’.
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Para
saber más
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DATOS
DEL AUTOR:
Julio Rodríguez Chico, natural de Gijón
(Asturias). Licenciado en Historia y máster en Historia y Estética
de la Cinematografía por la Universidad de Valladolid. Miembro
del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) y de
la Asociación SIGNIS-España. Editor del blog La
Mirada de Ulises, incluida en las plataformas digitales
Paperblog y Globedia. Crítico de cine y colaborador
de las revistas La Butaca, Film Historia (Univ. de Barcelona),
Cinemanet, La peli que quieres ver, y En taquilla.
Autor del libro Azul, Blanco, Rojo. Kieslowski en busca de la libertad
y el amor (Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid 2004),
de En busca del hombre y de la libertad. El cine polaco en la Seminci
(Ed. Polonica Matritensis, Madrid, 2009), así como de artículos
publicados en revistas y congresos especializados, sobre todo en torno
al cine de autor. Desde el 2002, he participado en cine-forum y ciclos
de cine entre universitarios, y cubierto el Festival de Cine de Valladolid
(SEMINCI).