FICHA TÉCNICA
DE 'NIEVE NEGRA'
+
Dirección: Martín Hodara
+ Guión: Martín Hodara
y Leonel D’Agostino
+ País: Argentina
+ Año: 2017
+ Duración: 90 min.
+ Interpretación: Ricardo
Darín (Salvador), Leonardo Sbaraglia (Marcos), Laia Costa (Laura),
Dolores Fonzi (Sabrina), Federico Luppi (Sepia), Biel Montoro (Marcos
joven), Mikel Iglesias (Salvador joven), Liah O'Prey (Sabrina joven),
Andrés Herrera (Padre), Iván Luengo (Juan).
+ Producción: Juan Pablo
Buscarini, Axel Kuschevatzky y Pol Bossi
+ Productora: Coproducción
Argentina-España; Pampa Films / Telefe / Directv / Tieless Media
/ Gloriamundi Producciones / Bowfinger / A Contracorriente Films
+ Fotografía: Arnau Valls
Colomer
+ Música: Zacarías
M. de la Riva
+ Montaje: Alejandro Carrillo Penovi
+ Vestuario: Sonia Grande y Marcela
Vilariño
Acusado
de haber matado a su hermano durante la adolescencia, Salvador vive
aislado en medio de la Patagonia. Tras treinta años sin verse,
su hermano Marcos y su cuñada Laura llegan para convencerlo
de vender las tierras que comparten por herencia. El cruce, en medio
de un paraje solitario e inaccesible, reaviva el duelo dormido donde
los roles de víctima y asesino se confunden una y otra vez.
Salvador vive aislado en la cabaña familiar, en la Patagonia,
pero, tras la muerte de su padre y, décadas sin verse, su hermano
Marcos y su mujer Laura, que está embarazada, vuelven. En un
principio sólo para enterrar las cenizas de su padre, pero tras
hablar con Sepia, un “empresario” amigo de su padre, deciden
también convencerle de vender las tierras que comparten por herencia,
y que les puede convertir en millonarios. Al parecer, un grupo de inversores
canadienses quieren adquirirlas y están dispuestos a desembolsar
nueve millones de dólares ¿o eran once?
Pronto se produce el enfrentamiento de los dos hermanos. Laura es testigo
de la conflictiva relación entre ellos, que va mucho más
allá de qué hacer con la oferta de los canadienses y que
se retrotrae a la infancia, cuando el hermano pequeño, Juan,
murió en un aparente accidente de caza. Además, una cuarta
hermana, Sabrina está internada en un hospital psiquiátrico,
traumatizada también por ese episodio del pasado.
Se trata de la primera película
dirigida en solitario por Martín Hodara, antes había trabajado
como ayudante de dirección con Fabián Bielinsky en Nueve
reinas (2000) y El aura (2005), y codirigió, con
Ricardo Darín, La señal (2007). Un trabajo que
le ha llevado seis años, el tiempo necesario para reunir a ambos
actores, que es la primera vez que trabajan juntos, lograr las localizaciones
y, claro está, lograr la financiación. A lo largo de todo
ese tiempo, siempre contó con los dos actores principales, Ricardo
y Leonardo a los que iba enviando las distintas versiones del guion
y retocándolo con sus sugerencias, tiempo que, a juicio del director,
también ha servido para "madurar" la película
y le ha permitido que entrara en el reparto Laia Costa.
Inspirado en un cuadro de la casa de su bisabuela, del que se le quedó
la imagen de la sangre sobre la nieve, Hodara estaba ansioso de poder
rodar un thriller "con ambiente claustrofóbico pero abierto"
y eligió como eje de la trama los oscuros secretos de una familia,
un tema, el familiar, que hace a la película "universal".
Sbaraglia la define como "medio dostoievskiana": "Tiene
algo de desencuentro entre hermanos y todo lo que hay ahí de
caldo histórico, turbulento y que tiene que ver fundamentalmente
con gente que le han dejado un poco la suerte del salvajismo. Casi todo
lo que ocurre en la película tiene que ver con la ausencia de
un padre, la ausencia de una madre, de unos chicos que han quedado casi
tratando de encontrar un lugar de afecto, quizás de la manera
equivocada pero que los ha llevado al mismo tiempo a la tragedia".
Otro elemento clave para potenciar
este drama familiar es la nieve, que tal y como señala Horada
“es el elemento visual que une el pasado y el presente, es un
personaje más”. Esto supuso que el rodaje, realizado en
los Pirineos, entre Andorra y España, (los interiores son en
un plató, en Buenos Aires) fuese tremendamente duro, ya que la
película se desarrolla en un paisaje cubierto de nieve y casi
siempre en exteriores. El director aseguró que la unión
del equipo hizo "olvidar los problemas".
El amor en esta trama está presente, pero de una manera muy sutil.
Los mimos o los acercamientos entre la pareja Marcos y Laura, se reducen
al comienzo y al final, hay una simbología en las caricias. Durante
el desarrollo de la trama todo es frío, ya que el contexto hace
que su micro-mundo cambie. Pero todo tiene un porqué que se desvela
al final, donde al fin sabemos por qué Marcos no puede ser él
mismo ni siquiera con él mismo.
Está claro que el peso de la cinta lo lleva la relación
de estos dos hermanos, sin embargo las mujeres son muy importantes.
Primero la madre que no está, ni tan siquiera en fotografía,
pero su ausencia es clave. Después la hermana, Sabrina, pieza
fundamental en todo lo que pasa, es ella la que da la llave, sin quererlo,
del final de la historia. Y por último Laura, que no quiere inmiscuirse
en la trama familiar, al menos aparentemente, pero sin ella la historia
no sería la misma. Es ella la que con su mirada devuelve la pelota
al espectador para que se replantee muchas cosas.
Una historia de secretos, mentiras,
rencores y perversiones familiares, que se remonta treinta años
atrás, donde el presente y el pasado se entrecruzan. Mediante
continuos “flashbacks” vamos descubriendo lo que ocurrió
en aquel oscuro pasado y que resurge en el momento actual con un suspense
que se mantiene hasta el final, como suele suceder en las películas
policiales, donde la historia da un giro sorpresivo, que asombra y a
la vez explica todo. Pero también tiene una parte negativa, ya
que es un recurso efectista que resta profundidad dramática.
En esta cinta Hodara consigue una estética sombría a través
de grandes planos y un gran manejo del sonido que atrapa al espectador.
Es un buen thriller, bien construido y con un gran climax, cuyo punto
más flojo es el guión que plantea algunas inconsistencias.