sumario
cine
contacta
 


QUADROPHENIA
Sara Manzano Cuadrado
24/09/2006


DATOS TÉCNICOS

+ Dirección: Franc Roddam.
Quadrophenia+ País: Reino Unido.
+ Año: 1979.
+ Duración: 115 min.
+ Interpretación: Phil Daniels, Mark Wingett, Sting, Philip Davis, Leslie Ash, Raymond Winstone, Michael Elphick, Toyah Wilcox.
+
Guión
: Franc Roddam, Dave Humphries, Martin Stellman.
+ Producción ejecutiva : The Who.
+ Fotografía: Brian Trufano.
+ Música: John Entwisttle y Pete Townshend, solista de The Who.
+
Sonido:
Dolby.
+ Exteriores:
Sheperd's Bush e Islington en Londres. Brighton, en Sussex. (Reino Unido).
+
Producción
: de Feature Film, Hollaway y Poligram Video.



SINOPSIS: Londres, 1964. El nacimiento de dos sectas juveniles rivales (los mods y los rockers) trae consecuencias devastadoras. Para Jimmy y para sus compinches, una cuadrilla bien trajeada, siempre a lomos de sus scooters y continuamente tragando pastillas, ser un mod es una forma de vida, es pertenecer a su generación. Todos juntos se van a Brighton, de cabeza a un salvaje viaje de drogas, emociones y batallas campales contra los rockers. ¿Acabará Jimmy convertido en un héroe o se desilusionará con su forma de vida? ‘Yo no quiero ser igual que cualquier otro; por eso soy un mod. ¿Te enteras?’ Jimmy.


Bien es cierto que Quadrophenia ha sido, es y seguirá siendo considerada una película de culto, pero también es igual de cierto que sus méritos se deben principalmente al carácter documental de la cinta. Es decir, la maestría con la que Franc Roddam, entre otros, decide echar la mirada atrás para rememorar lo que en cuestión de tribus urbanas fue la Inglaterra de los 60.

Un universo adolescente de lo más dispar en el que debías identificarte a toda costa con unos u otros, o de lo contrario, podrías ser tratado como un nimio desertor del movimiento urbano que estaba aflorando entre la juventud. O eras un mod o eras un rocker.

De ahí que estas bandas, por definición, antagónicas, protagonizaran unos cuantos acontecimientos de luchas callejeras y bandalismo un tanto insustancial, pero que, afortunadamente, más tarde inspirarían a Anthony Burgess en su novela ‘La naranja mecánica’. Disturbios provocados por el espíritu de contradicción inherente a una edad que no reparaba en poco más que en declarar la guerra a su contrario, por el hecho simple y fatal de enfrentarse.

Así, a pesar de que cada banda tuviese sus propias peculiaridades, Quadrophenia va a ser planteada desde el prisma de un mod y su pandilla. Y nuestro particular mod va a ser el joven Jimmy, un muchacho aparentemente frívolo y moderno que espera llegar a ser alguien. El camino elegido para ello será el de enfundarse en su parka, ir a fiestas secundado por su grupo de amigos mods encima de sus scooters repletas de espejitos e ingerir el mayor número posible de cápsulas azules. Todo un estilo de vida que defienden a capa y espada como violentos predicadores. Una generación de jóvenes psicóticos intentando encontrar el sentido y su propia identidad. No hay más que escuchar la canción de The Who que, a modo de presentación, aparece mientras Jimmy conduce enloquecido con su lambretta por las calles, ‘Can you see the real me, doctor?’.

Y aunque The Who nunca se declararon mods, acabaron convirtiéndose en el buque insignia del movimiento. Canciones como ‘Anyway, anyhow, anywhere’, ‘Love reign o'er me’ o la mítica ‘My generation’ harían de las fiestas auténticos desparrames de enajenados tragabolas sin demasiados motivos para ocuparse de algo que no fuera decorar su propio ego.

Era el año 64 y esa generación del porvenir, que aún podía albergar cierta esperanza con la que hacerle sombra al inminente éxito del neoliberalismo, se dedicaba a emplear gran parte de su tiempo en ir a la moda, ponerse guapos y escuchar música. La rabia, el desahogo o el bálsamo a ese descontento, por tanto, poco tenia que ver con aspiraciones políticas de ningún tipo.

Por otro lado, al mismo tiempo que los fans de la película enloquecían con la cinta, también quedaban desconcertados ante ese extra de romanticismo que Franc Roddam había decidido añadirle a la película. Puro márketing, probablemente, puesto que los verdaderos mods nunca llegaron a tener excesivo interés por el sexo, pues, como un día dijo un mod, gastaban tanto dinero en ropa y drogas que apenas les quedaba nada para invitar al cine a una chica.

Es por esto que los enfrentamientos amistosos por conseguir a la chica que Quadrophenia presenta son, en cierto modo, material de relleno, pero que, por otro lado, ilustraban perfectamente el pasotismo con el que chicos y chicas se tomaban el tema.

Por otro lado, el revelarse contra todo lo dominante hacía que, en una época como esa, en la que la beatlemanía ya era un hecho, los Mods no tuvieran mucho interés. Ellos eran otra cosa, ellos escuchaban a Small faces, The kinks, The action o hacían gala de su buen gusto por el rhythm & blues norteamericano de artistas como James Brown, Marvin Gaye o The supremes, extraídos del sello Motown o de canciones míticas como ‘Be my baby’ de The ronettes.

Es por ello que resulta curioso que cuando en la película Anochecer de un día le preguntan a Ringo Starr si es un mod o un rocker, él conteste: ‘no, no, yo soy un mocker’.
Y para los mods esto era bastante ofensivo. Una muestra clara es la escena de la ducha en la que Jimmy se enrabieta al oír, al otro lado de los muros, a alguien que canturrea ‘Well, be bop a lula, I don't mean baby, be bop a lula, she's my baby’. Canción propia de lo que ellos consideraban los grasientos rockers. La otra banda que, a diferencia de los primeros, escuchaban el rock de los 50, vestían de negro, botas de punta e iban engominados en sus harleys, pero que, al mismo tiempo, tampoco prestaban mucha atención a lo que estaba ocurriendo en Inglaterra, véase la pareja del momento, Reagan-Thatcher y sus ilícitos acuerdos.

Pero a pesar de su intransigencia y apolitiqueo, los mods no dejaban de ser otro producto más del sistema y de las modas. No hay más que ver cómo Jimmy defiende su estilo ante sus padres poniéndose unos levi's que, como marca los cánones mods, debían ponerse mojados para que sentaran bien. Payasada propia de la coquetería pretenciosa de los mods, que hacían pasarela del que por entonces era el diseñador de moda del momento, Ben Sherman, así como de su mítica diana blanca, roja y azul, emblema ‘importado’ de la escarapela de la Royal Air Force. Toda una estética y una cultura que se fue desvirtuando, bifurcándose, por un lado, hacia la psicodelia o el pop y, por el otro, sorprendentemente, hacia la radicalización de los hard-mods, que serían el gérmen del movimiento skinheads.

Pero volviendo a Quadrophenia, hay que admitir que la película goza de algunos diálogos ácidos y divertidos, como será la discusión entre Jimmy y su padre, en la que se manifiesta el hecho de que ser un mod también constituyera una especie de esquizofrenia entre la generalidad. Un espíritu del que se empaparon los orgullosísimos militantes de la corriente, pues, en palabras de Phil Daniels (Jimmy), gente de toda Europa escribió en los muros lo mucho que amaban la película.

Quadrophenia se convirtió, por tanto, en la reivindicación de los valores de toda una generación; jóvenes que ansiaban sentirse protagonistas de algo, sentirse pertenecientes a un grupo. Y todas las manifestaciones de violencia, cuyo punto de inflexión sería Brighton, no vendrían más que a recalcar aquella teoría de Noelle Neuman de ‘la espiral del silencio’, que afirmaba el poder determinante de las mayorías.

Lo que para ellos era sentirse diferente, acabó por generalizarse, por lo que de genuino ya no tenía mucho. Los que se consideraban contrarevolucionarios, acabaron entrando en el juego, alimentando al propio sistema y, sobre todo, acabaron dándose de morros contra su propia farsa: el ser alguien ya no era ser un mod. Ser un mod no les salvaconduciría ni a la felicidad ni a su propia identidad, pues, como muestra total, la de Ace (un joven Sting debutando en el cine) que, siendo la estrella del movimiento durante las peleas en Brighton, resultó ser después un ‘simple’ botones. El mito había caído, y como contrapunto, el espíritu burgués se había levantado.

Así pues, con la misma fuerza con la que llegaron y rugieron, se esfumaron. Hoy en día apenas resisten como minoría, aunque aún siguen existiendo festivales y grupos de música Mods. Tal es el caso de The Jam, The Specials o Madness y particularmente en España, de los ya desaparecidos Flechazos y de festivales como el Euroyeyé de Gijón o el por ahora inconstante Purple Weekend de León.

En definitiva, esta ópera rock, cuyo nombre proviene del sexto álbum que The Who publicaron en el 73 y cuyo mayor aliciente es, sin duda, su banda sonora, cumple su cometido, extraer del ‘olvido’ esa juventud inglesa desencantada y anomiática que quiso ser alguien pero que acabó en saco roto. Ya se sabe, cuando los radicales entran por la puerta, los principios saltan por la ventana.

¡Muerte a la versión doblada!

My generation.-

People try to put us d-down (Talkin' 'bout my generation)
Just because we get around (Talkin' 'bout my generation)
Things they do look awful c-c-cold (Talkin' 'bout my generation)
I hope I die before I get old (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

Why don't you all f-fade away (Talkin' 'bout my generation)
And don't try to dig what we all s-s-say (Talkin' 'bout my generation)
I'm not trying to cause a big s-s-sensation (Talkin' 'bout my generation)
I'm just talkin' 'bout my g-g-g-generation (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

Why don't you all f-fade away (Talkin' 'bout my generation)
And don't try to d-dig what we all s-s-say (Talkin' 'bout my generation)
I'm not trying to cause a b-big s-s-sensation (Talkin' 'bout my generation)
I'm just talkin' 'bout my g-g-generation (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

People try to put us d-down (Talkin' 'bout my generation)
Just because we g-g-get around (Talkin' 'bout my generation)
Things they do look awful c-c-cold (Talkin' 'bout my generation)
Yeah, I hope I die before I get old (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby.