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Super 8: La última lección de E.T.
Julio Rodríguez Chico
07/09/2011



FICHA TÉCNICA DE 'SUPER 8'

Super 8+ Dirección y guión: J.J. Abrams
+ País: USA
+ Año: 2011
+ Duración
: 114 min.
Interpretación
: Joel Courtney (Joe Lamb), Kyle Chandler (Jack), Amanda Michalka (Jen), Elle Fanning (Alice), Gabriel Basso (Martin), Ron Eldard (Louis), Noah Emmerich (Nelec), Riley Griffiths (Charles), Zach Mills (Preston), Ryan Lee (Cary).
+ Producción: J.J. Abrams, Steven Spielberg y Bryan Burk
+ Música: Michael Giacchino
+ Fotografía: Larry Fong
+ Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey
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Vestuario
: Ha Nguyen
+ Diseño de Producción: Martin Whist


Abrams, productor de series como Felicity (1998-2002), Alias (2001-2006) o Perdidos (2004-2010) y director de Misión: Imposible III (2006) y Star Trek (2009), es el encargado de traer de nuevo el espíritu de E.T.

Con un presupuesto estimado de 50 millones de dólares, Super 8 fue rodada en Weirton, Virginia Occidental, una pequeña ciudad de menos de 20.000 habitantes, y producida por el propio Steven Spielberg .


Fiel a la temática y al espíritu aventurero que caracteriza al cine de Steven Spielberg, J.J.Abrams nos ha regalado Super 8, con toda la trepidación, sentimiento, emoción y algún que otro guiño cinéfilo a las películas de terror y catástrofes. De fondo, el miedo como generador de violencia y el amor como vehículo para resolver los conflictos, aquí desde la vertiente del perdón y del sacrificio.

  

En la primera secuencia, vemos la herida abierta que sufre el pequeño Joe tras la muerte de su madre y la distancia que se ha creadado respecto a su padre… a la vez que se siente atraído por Alice, un amor prohibido por 'cuestiones de familia'. Lo extraordinario llega enseguida, con un nuevo E.T. y con un ejército en orden de batalla que se mueve con intenciones oscuras y métodos cuestionables.

Abrams también nos ofrece una vertiente meta-cinematográfica, donde la vida vuelve a presentarse como algo más rico que la ficción hasta llegar a alimentarla, a pesar de la ya poderosa imaginación que demuestran esos niños que juegan a ser directores de cine.

 

El dúo Spielberg-Abrams construye una historia con dos mundos superpuestos que amenazan con no llegar a conciliarse nunca, el de los adultos y el de los niños. Mientras que los mayores se debaten entre asuntos de vida y muerte en la lucha con las misteriosas fuerzas que les visitan, para los más pequeños todo se reduce a ser considerados en la película que protagonizan y en lograr presentarla en el concurso, o a lo sumo en conseguir una sonrisa de ese primer amor. Son dos esferas en apariencia irreconciliables pero que participan de una misma herida, la de una familia rota por la muerte o por la infidelidad. Es patente el deseo –y la preocupación constante de Spielberg en su cine– de ofrecer la familia como lugar para la reconstrucción de una sociedad amenazada por elementos extraños o interiores (el mal acecha desde cualquier esquina o se incuba también en el interior, viene a decirnos), y para eso debe imperar el perdón y la capacidad de sacrificio en las relaciones.

  

La escena final es esencial para poner la guinda a esta entretenida película llena de valores, pues Joe siente cómo las circunstancias le reclaman un último acto de heroísmo para su total regeneración y la de su familia. El extraterrestre necesita una prueba más de esos sentimientos positivos en favor de la vida que ha apreciado en los ojos del niño cuando se disponía a sacrificarlo (imposible olvidarse de King Kong que claudica ante la belleza), y por eso le exige la entrega de lo que es más precioso para él: el recuerdo de su madre, el medallón, que se había levantado como obstáculo para mantener unida la familia en torno a su padre. Es asimismo la pieza que faltaba a la nave espacial para poder volver 'a casa' (resuenan los ecos de E.T. El Extraterrestre) y formar un hogar.

Entonces, fruto de su generosidad y madurez, Joe está ya en condiciones de crear una familia duradera… con Alice por ejemplo, porque ha aprendido a tomar iniciativas con audacia y arrojo (tanto que resulta irreconocible para sus vecinos), porque conoce el valor del sacrificio y el perdón.

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Para saber más

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DATOS DEL AUTOR:

Julio Rodríguez Chico, natural de Gijón (Asturias). Licenciado en Historia y máster en Historia y Estética de la Cinematografía por la Universidad de Valladolid. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) y de la Asociación SIGNIS-España. Editor del blog La Mirada de Ulises, incluida en las plataformas digitales Paperblog y Globedia. Crítico de cine y colaborador de las revistas La Butaca, Film Historia (Univ. de Barcelona), Cinemanet, La peli que quieres ver, y En taquilla.
Autor del libro Azul, Blanco, Rojo. Kieslowski en busca de la libertad y el amor (Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid 2004), de En busca del hombre y de la libertad. El cine polaco en la Seminci (Ed. Polonica Matritensis, Madrid, 2009), así como de artículos publicados en revistas y congresos especializados, sobre todo en torno al cine de autor. Desde el 2002, he participado en cine-forum y ciclos de cine entre universitarios, y cubierto el Festival de Cine de Valladolid (SEMINCI).