FICHA TÉCNICA DE 'THE
SURROGATES'
+
Dirección: Jonathan Mostow
+Guión: : Michael Ferris y John Brancato; basado en
la novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele
+ País: USA
+ Año: 2009
+ Duración: 90 min.
+ Interpretación: Bruce Willis
(Greer), Radha Mitchell (Peters), Rosamund Pike (Maggie Greer), James
Francis Ginty (Canter), James Cromwell (Canter adulto), Ving Rhames
(el Profeta), Michael Cudlitz (coronel Brendon), Boris Kodjoe (Andrew
Stone), Jack Noseworthy (Miles), Devin Ratray (Bobby).
+ Producción: Max Handelman,
David Hoberman y Todd Lieberman
+ Montaje: Kevin Stitt y Barry Zetlin
+ Música: Richard
Marvin
+ Fotografía: Oliver Wood.
+ Vestuario: April Ferry
+ Diseño de producción:
Jeff Mann
Dirigida por Jonathan Mostow y basada
en la Novela gráfica de Robert Venditti y Brett Weldele creada
en 2005, The Surrogates (Los Sustitutos/2009), es un film
de ciencia ficción, que además de ser verdaderamente
entretenido durante sus 90 vibrantes minutos de duración, nos
plantea dilemas éticos y morales de envergadura y que fácilmente
conforman un analogía a los principios huecos que rigen la
sociedad moderna, veneradora de la imagen y el aspecto perfecto.
Protagonizada por un correcto Bruce
Willis, que atrapa con su indiscutible magnetismo ante las cámaras,
estamos frente a la historia de un mundo donde los humanos viven aislados
en sus casas y conectados a un robot sustituto, que es el que se desempeña
e interactúa socialmente. A través del robot los humanos
se refugian en la seguridad de su hogar, mientras eligen el avatar de
su preferencia para encarar el día a día, que puede ser
una versión mejorada del verdadero aspecto o por el contario
un cuerpo totalmente distinto.
Por supuesto en esta sociedad de robots,
todo es perfecto aparentemente, los personajes lucen flacos y en forma,
con preciosos dientes blancos y una imagen de revista. No hay crimen,
no hay muertos en accidentes, ya que el avatar puede morir pero su dueño
esta confortable en su casa conectado por control remoto. Todo parece
ir sobre ruedas hasta que ocurre lo impensable, un robot es atacado
y su destrucción implica la muerte de la verdadera persona conectada
a él. Este hecho implica que toda la sociedad está en
riesgo y que la supuesta inquebrantable seguridad de usar los robots
no es tal. Todo explota cuando dos agentes del FBI (Willis y Radha Mitchell)
son asignados para investigar el misterioso asesinato impensable hasta
el momento y que además resulta ser de un estudiante universitario
hijo del hombre que participó en la creación del fenómeno
high-tech de los sustitutos, siendo reconocido como el padre
de esta tecnología.
El desencantado y angustiado policía protagonista, que ya venía
sintiendo zozobra con el uso de los sustitutos, tendrá que dejar
de usar su avatar para poder llevar a cabo la investigación.
Los robots ahora corren riesgo porque existe un aparato que puede eliminarlos
junto a su dueño conectado. Willis tendrá que averiguar
quién ha inventado el mortal artefacto y su investigación
lo llevara a descubrir conspiraciones y secretos bien guardados.
Se trata de una película inquietante
en su planteamiento existencial así como llena de buen suspenso.
En el mundo actual donde existen juegos para tener una segunda vida
virtual, la expansión de esta premisa a una realidad plástica,
a full color y ficticia, donde no hay verdadera interacción humana,
es aterradora y nos lleva a reflexionar sobre la importancia de cambiar
una escala social de valores que imponen tipos de belleza y modelos
de éxito que son difíciles de alcanzar por la mayoría
de las personas y que inevitablemente se siente frustradas de no lucir
como modelos publicitarios olvidándose que está en nuestras
manos cambiar estos patrones establecidos y dar importancia a la esencia
humana, a su belleza interior, su riqueza basada en la diferencia, en
el ser únicos e irrepetibles.
Si bien el film toma cosas de otras películas de ciencia ficción
como Blade Runner, Matrix, Total Recall, entre otras tiene
una factura interesante, un estilo visual propio, y es movilizadora
en su mensaje. Es sin duda un poco inverosímil, con algunos giros
predecibles y lamentablemente lo que podría haber sido una película
antológica se queda en el camino aunque tiene suficiente fuerza
para ser impactante. Se suma el hecho de contar con el aura de Bruce
Willis, sin el cual la cinta no hubiese sido la misma.
En un mundo con el auge de la cirugía
estética, donde la obsesión por la imagen es aterradora,
este film pone el dedo en la llaga sobre esta errónea y hueca
forma de ver el mundo que requiere o más bien obliga a la reflexión
y revisión de nuestros propios valores: Somos mucho más
que el cuerpo que nos contiene…somos alma, espíritu, y
calidad humana.