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Hergé por Spielberg: Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio
Francisco Pérez Coca
03/11/2011



FICHA TÉCNICA DE ‘LAS AVENTURAS DE TINTÍN: EL SECRETO DEL UNICORNIO’

Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio+ Dirección: Steven Spielberg
+ Guión:
Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish; basado en los cómics de Hergé
+ País: USA
+ Año: 2011
+ Duración
: 109 min.
Interpretación
: Película de animación pero con actores: Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (capitán Haddock), Daniel Craig (Sakharine), Simon Pegg (Hernández), Nick Frost (Fernández), Toby Jones (Silk), Mackenzie Crook (Tom), Daniel Mays (Allan), Gad Elmaleh (Ben Salaad), Joe Starr (Barnaby).
+ Producción: Peter Jackson, Kathleen Kennedy y Steven Spielberg
+ Música: John Williams
+ Montaje: Michael Kahn
+ Dirección artística: Andrew Jones y Jeff Wisniewski


Tintín, un joven periodista con una curiosidad insaciable, y su leal perro Milú descubren que la maqueta de un barco contiene un enigmático secreto. Así es como Tintín se encuentra en el punto de mira de Ivan Ivanovitch Sakharine, un diabólico villano que cree que el joven ha robado un valioso tesoro vinculado a un cruel pirata llamado Rackham el Rojo. Pero con la ayuda de Milú, del cascarrabias capitán Haddock y de los torpes detectives Hernández y Fernández, Tintín viajará por medio mundo, burlando a sus perseguidores y encontrar antes que ellos El Unicornio, un navío hundido que puede proporcionar la clave de una fabulosa fortuna y de una antigua maldición.


Le preguntaron a una niña que salía del cine de ver Tintín y el lago de los tiburones de Raymond Leblanc, película de animación de principios de los años 70, si le había gustado la película. Ella respondió que sí, que le había gustado mucho, pero que la voz de Tintín era diferente en los libros.

La voz es la clave. La voz es el diálogo que el lector establece con el personaje, un diálogo entre unos ojos que contemplan y un objeto inanimado lleno de letras y dibujos: la mente del que lee, su fantasía, su capacidad de reconstruir la idea plasmada por el autor en las páginas, producen una experiencia emocional única, un recuerdo de una vivencia ajena, inventada, que será almacenado como propia. Si además esa voz se coloca cuando el lector es aún un niño, la impronta será indeleble: la voz que escuchó la niña será diferente porque habrá algo con lo que comparar.

  

Así, los espectadores que vayan a ver la última de Steven Spielberg pertenecerán a dos categorías: los que lleven la voz y los que no: los del segundo grupo no tendrán el menor problema y disfrutarán de una entretenida película, una producción de animación de gran calidad. Mejor aún: esperar que les guste mucho y que se animen a leer los álbumes de Tintín o a regalárselos a sus hijos. En cuanto a los del primer grupo, si logran acallar la voz, si a los cinco minutos de iniciada la proyección dejan de realizar comparaciones, también podrán gozar del espectáculo. La cuestión puede ser si Spielberg tenía dentro la voz o no cuando se emplazó a realizar esta cinta. Él sostiene que sí, incluso afirma que obtuvo la bendición de Hergé para el asunto (también dice que en su día se compró toda la colección de Tintín y que, aunque estaba en francés, fue perfectamente capaz de seguir los argumentos por lo que veía en las viñetas: ¡vaya!, Spielberg puede que tenga dentro la voz, sí, pero también puede ser que lo que tenga dentro sea ¡la voz de Astérix!).

  

Aparte de las voces (de Tintín, de E.T., de George Lucas o de quien sea: oigo voces: espero que no) que el director de la película escuche, queda claro su respeto por el personaje en la adaptación que ha realizado (como ejemplo cercano de lo que no se debe hacer, señalar el destrozo hollywoodiense que se hizo con las historietas de otros eminentes belgas, Los Pitufos película del director Raja Gosnell que también ha sido estrenada este año).

Adaptar: Modificar una obra científica, literaria, musical, etc., para que pueda difundirse entre público distinto de aquel al cual iba destinada o darle una forma diferente de la original.

Adaptar Hergé a Spielberg: lo que significan ‘Las aventuras de ...’ para su creador, traducidas a lo que significan ‘Las aventuras de ...’ para otro creador. Y de esto, de lo que es la idea de aventura para Steven Spielberg, huelga decir nada. De entrada la banda sonora es de John Williams, de modo que si cerramos los ojos es muy posible que Tintín aparezca con un látigo. En este punto lo que se tiene es una lucha de voces: la del voraz lector de cómic y la del incansable cinéfilo, voces que ojalá juntas sumaran pero que no tiene por qué ser así. Mientras no resten... ¿mejora Spielberg a Hergé? ¿le aporta algo? Dinero a sus herederos y a sus propios bolsillos, poco más. O nada en absoluto (como el milagroso 3D: ya he visto varias películas en este formato y aún no he conseguido descubrir las bondades del tema; a esto se añade la estética videojuego que empieza a dominar en los mainstream: en el pasado era al revés, los videojuegos salían de las películas, pero ahora parece lo contrario).

   

La historia que se cuenta en Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio es una mezcla de los argumentos de El secreto del Unicornio, El cangrejo de las pinzas de oro y El tesoro de Rackham el Rojo, picoteando lo que ha apetecido de una o de otra hasta lograr una trama aceptable: adaptación libérrima, en todo caso. Que se usen varios álbumes para cuajar un guión tiene su lógica: yo, siendo muy conservador en la estimación del tiempo, tardaba media hora en leer uno: tres para una película de hora y media: salen las cuentas. A tener en cuenta también que esta película va a ser la primera entrega de una trilogía, previsión de futuro que supongo que dependerá de lo bien que se porte la taquilla estadounidense. En ese país los tebeos con las aventuras del joven periodista belga son bastante desconocidos, pero los nombres de Steven Spielberg o Peter Jackson (productor en ésta y anunciado director de la siguiente) son suficientemente potentes para atraer público a las salas. Eso y un marketing brutal, faltaría más.

¿Tintinmanía a las puertas? Quizás, pero me temo que no se va a concretar en aumentar los millones de lectores que ha tenido la colección durante décadas. Ese rédito del pasado ya está implícito en el nombre que aparece en el título. Tintín.

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