Frijol con puerco
Will Rodríguez
28/05/2007
En Yucatán, México,
el Frijol con puerco se come los lunes; nunca he sabido el porqué
de esa costumbre tan onomástica, pero es la verdad: resulta muy
extraño comerlo en casa otro día que no sea ese. Otro
dato curioso de este guiso es que generalmente es el primer platillo
que una esposa le ofrece al marido después de la boda (y de la
luna de miel, por supuesto). Una amiga narradora, cuyo nombre no quiero
mencionar por el momento, comenta que el Frijol con puerco es un ‘guiso
de floja’, tal vez por su preparación tan sencilla. Sin
embargo, no estoy muy de acuerdo con que sea un guiso de flojos, pues
la verdad es que, a pesar de que es un platillo de poca ciencia, lleva
muchas guarniciones que requieren un tiempo considerable de preparación.
Quiero advertir que es un platillo que puede resultar pesado para muchos
estómagos, sobre todo aquellos que no están acostumbrados
a comer mucho, ya que por más poco que uno quiera comer, al momento
de servirse este platillo se da uno cuenta de que es un chingo. En mi
casa por ejemplo, se acostumbra acompañarlo (¡además!)
con chicharra (chicharrón), lo cual lo hace doblemente pesado.
Sin embargo, este guiso es mi preferido. Pues bien, después de
este preámbulo, procedo a mencionar los ingredientes y a explicar
la preparación. Las cantidades las he calculado como para seis
o siete personas. Espero les guste.
Ingredientes:
- 750 g de frijol negro
- 1 y 1/2 k de carne de puerco en trozos (pierna y costilla, o al gusto,
pero con hueso y algo de grasa)
- 1 cebolla blanca
- 1 ramita de epazote
- Sal
Para acompañar
- 350 g de arroz
- 1 cebolla blanca
- 1 atado de rábanos
- 1 atado de cilantro
- 750 g de tomate (jitomate)
- 1 aguacate grande
- 10 limones
- 5 chiles habaneros
- Chicharra (chicharrón) al gusto
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
Preparación
Una noche antes se remoja en agua el frijol y se guarda en el refrigerador,
si hace calor. Como a las 11 de la mañana se le escurre el agua
y se pone a cocer también con bastante agua junto con la cebolla
entera rajada a la mitad. A la media hora de cocimiento se agrega la
carne de puerco.
Mientras, se avanza con la preparación y la picadera de los acompañamientos.
Se pican el cilantro, la cebolla y los rábanos y se acomodan
en un platón en ese orden, como la bandera mexicana (para que
vean que no soy regionalista), decorando con limones partidos.
Los tomates (jitomates) se asan en un comal y cuando estén bien
quemados se descascaran y se licuan o tamulan con un poco de sal; se
vierte la salsa en un tazón y se decora con un poco de las verduras
picadas anteriormente.
Los chiles habaneros, asados en el mismo comal que los tomates, se pican
y se marinan con sal y limón. El aguacate se corta en cuadros
y se adereza con sal, pimienta, limón y aceite de oliva, sirviéndolo
junto con su hueso para retardar el proceso de ennegrecimiento.
Cuando
los granos de frijol se hayan abierto, entonces se agregan el epazote
y la sal y se dejan hervir un rato más. Para entonces el arroz
ya fue remojado, escurrido y secado al sol. Se fríe en la cacerola
en un poco de aceite de oliva o aceite normal y, cuando empiece a adquirir
un color más opaco, se le agrega caldo negro del guiso (como
el doble de la cantidad del arroz), procurando incluir en éste
algunos granos de frijol. Se tapa la cacerola y se le baja al fuego,
dejando cocinar por unos 20 minutos. Se apaga la olla de frijol y listo.
Se sirve de la siguiente manera: en un plato hondo se sirve el caldo
con frijol y se le agregan el cilantro, la cebolla y el rábano
picados, limón y chile habanero al gusto. En un plato plano se
sirven los trozos de carne, los cuales se bañan con la salsa
de tomate, acompañando con aguacate, chile habanero y chicharra.
El arroz puede servirse en el plato de la carne o en el tazón
de los frijoles, o en ambos. Comer con tortillas de maíz. Lo
que sobre de la chicharra puede agregarse a la olla de frijoles y comerse
posteriormente. (Al día siguiente este guiso es más rico
todavía).
Provecho.
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