Lilia
Luján, iconismos, signos, primitivismo y contemporaneidad:
Presencia
de iconismos, que son signos, que representan símbolos,
que reducen el relato de la composición a determinadas
evidencias, que no son descriptivas, sino que están inmersas
en un discurso en el que destaca la fortaleza de la movilidad
de los elementos que integran la obra.
No hay hieratismo, la autora no busca estructurar, sino mostrar
la fuerza del primitivismo, incluso en una sociedad contemporánea
tecnológica en la que hay espacio suficiente para el desarrollo
de las emociones.
Expresa, a través de sensibilidades diversas, manteniendo
actitudes próximas al fomento de las circunstancias, el
fortalecimiento de los sentimientos, en el que lo fundamental
es la presencia de elementos signales que se adscriben a determinadas
actitudes.
No hay cinismo en su forma de presentar la obra, sino el mantenimiento
de una cierta actitud irónica, en la que se apoya su visión
de la vida, que se escurre a través de los poros de la
piel de quienes aman y son amados.
También intenta superar la incomunicación, fomentando
el cruce de miradas, la superación de barreras que parecen,
a simple vista, imposibles de vencer, pero que, en realidad, surgen
de la fortaleza de la propia idiosincrasia.
Iconismos, que son como las letras del abecedario de la existencia,
que se expresan con convicción, silueteando la reformulación
de las visiones, para adentrarse a otras maneras de contemplar
la vida.
Joan
Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte
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