Aproximación estético-psicótica
a la obra de Von Mayenburg; una relectura desde las nociones de lo siniestro
y el modelo atmoterrorista.
Clase Magistral – Escuela de Teatro Universidad
Finis Terrae
TEATRO DE MARIUS VON MAYENBURG [Nota
1]
Obra: “Vista Despejada” (Freie Sicht)
Marius von Mayenburg
Un gentío. Un grupo de adultos reunido en un búnker.
Por otro lado, adolescentes y terroristas, sospechosos fluidos humanos
diseminados por la ciudad, paquetes bomba. El inminente peligro de un
colapso global amenaza romper con las estructuras sociales. Este es
el punto de partida con el que Marius von Mayenburg da inicio a su obra
“Vista Despejada”.
El montaje plantea, a través de una densa atmósfera teatral,
temas como la desconfianza y el miedo, la mala conciencia y lo siniestro.
La escena mundial con los recientes acontecimientos, ataques terroristas
a redacciones de periódicos, como el atentado contra Charlie
Hebdo, semanario satírico francés, toma de rehenes en
la opera de Moscú, o los recientes atentados en Bruselas (2016),
realizados por seguidores del autoproclamado Estado Islámico,
en el aeropuerto y la red de metro de la capital belga. En la mira siguen
estando teatros, bancos, malls, rascacielos, vías y estaciones
de metro. Así, escribe Virilio en Ville panique (Ciudades
del Pánico), "mañana el Ministerio del Miedo
dominará, desde lo alto de sus satélites y de sus antenas
parabólicas, al Ministerio de Guerra ya caído en desuso,
con sus ejércitos en vías de descomposición avanzada"
[Nota 2].
La guerra pasó de ser un asunto de Estados a un asunto ciudadano,
ahora entró directamente en el alma de cada uno de los habitantes
de estas ciudades que no pueden gestionar esta tensión más
que con una angustia insoportable, un estado emergencia permanente y,
como señalo Jünger un estado de movilización total.
"Vista despejada", el estreno
en castellano de una de las obras recientes del más elogiado
y premiado dramaturgo alemán de la última década,
Marius von Mayenburg [Nota
3], que la escribió en 2008 a los 35 años,
es también autor de "El feo", obra inmediatamente anterior,
con gran éxito de cartelera.
La obra se abre con un una singular escena en que un grupo de vecinos
evoca el momento terrible en que la comunidad temió el estallido
de una bomba, colocada quizás por una niña pequeña,
hija de uno de ellos. Se trata de un 'hipertexto', una propuesta textual
y antinaturalista, sin historia, ni personajes, que puede atribuirse
a una docena de hablantes.
Juegos laberínticos que vuelven fluido y apasionante el montaje,
que se enriquece expresivamente con la proyección de imágenes,
artilugios electrónicos, megáfonos, y recursos propios
de la música concreta, elementos que estimulan un imaginario
que pone en acción un cúmulo de asociaciones con acciones
terroristas de repercusión mundial.
Es a través de algunas fotos antiguas, proyectadas por una cámara
hacia el fondo del escenario, que se logra filtrar una tenue conciencia
del tiempo. Se podría tratar de viajeros, exiliados, emigrantes
o terroristas, que la cámara de vigilancia registró durante
sus desplazamientos. Se trata de figuras huidizas, e inquietantes.
Aquí el innovador von Mayenburg traza un reflejo ineludiblemente
provocador de una sociedad asustada histéricamente por el terrorismo;
en ella además los padres desconfían de sus propios hijos
porque no saben qué hacen fuera de casa y en qué se han
convertido. La entrega termina por sugerir que toda la sala es un lugar
en estado de emergencia.
El argumento es mínimo y tal vez por ello tenso. "Un gentío.
Un grupo de adultos reunido en un búnker. Por otro lado, adolescentes
terroristas, sospechosos fluidos humanos diseminados por la ciudad,
paquetes bomba. El inminente peligro de un colapso global amenaza romper
con las estructuras sociales". Este es el punto de partida con
el que Marius von Mayenburg da inicio a su obra "Vista Despejada".
La obra plantea temas como el miedo, la desconfianza, la mala conciencia
y lo ominoso [Nota 4]
en el sentido freudiano del contexto. Esto, en un relato que se tensiona
a partir de una acción (atmo)terrorista, que evoca los peores
miedos colectivos y activa el pánico de una sociedad civil que
vive expuesta a estos estados de alta vulnerabilidad. Los terroristas
operan y gestionan el pánico, a través de la manipulación
del medio ambiente como dispensador de un nuevo estilo de muerte: el
modelo atmoterrorista. Para finalmente dar cuenta de la constitución
hipercomunicativa y la deflagración de los explosivos en la mutación
del terrorismo, entendido éste como el arte de hacer hablar de
sí mismo[Nota 5].
En la obra "Vista
Despejada" (estrenada en 2008 en el Festival de Adelaide, Australia)
Marius von Mayenburg [Nota 6]
describe el terror y la violencia en la familia nuclear burguesa y la
pérdida de la seguridad interior desde la perspectiva de los
adultos.
Es posible observar a varios personajes entretejiendo una pequeña
trama, dominados por la incertidumbre habitan un mundo extremadamente
inquietante y caótico. No hay personajes definidos sino más
bien un "enjambre". Una difusa actividad colectiva, Las voces
adultas no individualizadas producen un sonido único. En el texto
original hay incertidumbre sobre el género de los personajes.
Simplemente, son “un gentío”. Los únicos géneros
definidos son los de la niña y sus padres [Nota
7].
Hay padres que hablan sobre el cambio repentino de su hija de diez años
de edad. Un "endurecimiento interior" que venían notando.
Pronto hay una red de grupos de interés. Otros informes de problemas
de conducta. También es preocupante que en el supermercado sean
sustituidas las latas de alimentos en conserva y que las estaciones
de metro se hayan desinfectado. Hay un temor biológico –es
la era del atmoterrorismo [Nota
8] –del atentado con gas en el metro Tokio, del detritus,
de los organismos que mutan, de los virus que mutan [Nota
9] y se vuelven resistentes y se propagan como pandemias
que amenazan con un día detenernos para siempre. Se teme al desastre
nuclear de Chernobyl, al Accidente nuclear de Fukushima.
Estamos, qué duda cabe, ante una obra de tono apocalíptico.
Una obra sobre la pérdida de la seguridad interior: "Esperamos
que no pase nada." Adultos intercambian ideas acerca de los perturbadores
cambios de comportamiento en sus hijos. Al mismo tiempo, un vago temor
de terror, miedo al miedo, domina la atmósfera. La pérdida
de control y de la seguridad en que se creían habitar. A juzgar
por la inquietante extrañeza de los niños parece tratarse
de una amenaza real o tal vez haya un problema en la sobreinterpretación
sospechosa –paranoica– de ciertos hechos o signos. ¿Dónde
acecha el peligro y la violencia? ¿En los patios de recreo? ¿En
la mente de los adultos? ¿Deberíamos llamar a la policía?
Esta es el área y el espectro psicológico en que se mueve
el texto dramático de Mayenburg, en una especie de sociedad de
la prevención, en alerta permanente, tratando de detectar al
enemigo que nos amenaza en el corazón de la cotidianidad, la
excesiva normalidad resulta perturbadora, en su seno puede tener lugar
la gestión de la catástrofe.
“Mientras una niña entierra su muñeca en la
arena”.
Se crea un grupo de autodefensa.. El miedo compartido los convierte
en una comunidad - en contra de un enemigo difuso. De las madres preocupadas
y padres, un "adulto enjambre con ojos inyectados en sangre,"
de padres alarmados y una sociedad en estado de alerta. La paranoia
y las necesidades de seguridad de una sociedad envuelta en el miedo,
en el terror latente con el que se convive.
En cierto modo los personajes parecen criaturas sacadas de un supermercado,
cuyas existencias son como bolsas de plástico –asépticas
y desechables que flotan para terminar en un resumidero. Son seres planos
en un mundo radicalmente terrenal, como esas muñecas recortables
a las que siempre se les puede poner otro vestido sujetándolo
con pequeñas solapas. Late una desconcertante repugnancia que
estos personajes no logran fijar – nada que les permita captar
esa sensación de asco frente al mundo. Las excrecencias verbales
son datos, breves textos sobre una cotidianeidad demasiado normal, donde
acecha lo inquietante y siniestro.
La amenaza velada, los miedos difusos, componen un patetismo privado.
Lingüística y temáticamente componen una corriente
de pensamiento, que parecen impulsar todos estos temores y especulaciones
a un engaño en el que la hija parece ser un riesgo para la seguridad
de la comunidad, [...] una bomba de tiempo y los niños enfrentan
una amenaza a su seguridad. Aquí cabe revisar el texto:
“Miró la muñeca
tuerta que tenía en la mano.
Miró la alfombra.
Ahí, dónde había estado la mancha.
El líquido.
Que ya hace rato se secó.
Ella no va a decir nada.
Hasta que se le salga gota a gota el líquido del cuerpo.”
Éste –el del líquido
y los fluidos– es un tópico frecuente en obras de cineastas
perturbadores como David Lynch [Nota
10]y Cronenberg. En Erashead (1976), Lynch nos muestra un
bebé con una cabeza que parece un embrión, sin extremidades,
envuelto en unas vendas que conformaban parte de su cuerpo, de allí
que al viviseccionarlo, queda al descubierto un amasijo de órganos
y un espeso líquido que fluye sin cesar. Aquí se evidencia
esa fascinación morbosa por la deformación física,
por ese cuerpo viscoso e informe, que se retuerce por los espasmos,
en definitiva un feto mutante que nos enfrenta a la perturbadora alteridad.
Es la obsesión por un cuerpo que se vacía y pierde sus
fluidos, un líquido putrefacto que nos advierte sobre el carácter
infecto del mismo. El cuerpo se desmiembra y pierde su unidad, es objeto
de una amenaza disgregadora. Los objetos polucionadores son de dos tipos:
el excremento y lo menstrual.
“Si nuestra niña
representa un peligro.
Si anda colocando paquetes verdes en frascos y vitrinas
Nuestra propia hija.
Ella es un riesgo.
Un riesgo incalculable –
Suena como una bomba de tiempo
Ella está tranquila, está
sentada al borde de la cama, tiene su muñeca de
un sólo ojo debajo del brazo ..."
Cuando lo que se experimenta como amenaza
aterradora viene de lo familiar –lo que asoma es pues la experiencia
de lo siniestro, con estos miedos atávicos que contribuyen a
la paranoia de sobre-interpretar sucesos comunes como presagios del
mal. Se compone una corriente de prejuicios que hace al colectivo aunar
esfuerzos por impulsar todos estos temores ante lo contaminante, ante
la peste, la radiación, en una palabra, el contagio, de modo
que hay que alejar al peligro aún cuando sea la propia hija la
portadora de la amenaza, del riesgo para la seguridad, una verdadera
bomba de tiempo.
El pánico, la agresión y la histeria social, determinan
un mundo en el que incluso sus propios hijos son una amenaza.
La niña ha depositado en el centro comercial un paquete verde
en la basura [Nota 11]
Poco antes de que en un vertedero cercano explotara una bomba. Ya sea
accidente o ataque terrorista no está claro –y parece no
importar desentrañar la causa. El "enjambre" ahora
entra en pánico y no hay nada que pueda tranquilizarles. Alertan
a la policía y los organismos de seguridad.
En el enfrentamiento final, la secuencia se acelera en una espiral de
pánico, vértigo y agresividad absurda. Un comando especial
del distrito se despliega frente al recinto. Francotiradores apostados
en edificios vecinos, tienen a la niña en la mira, a un tiro
de distancia. Apuntan y aguardan órdenes. Un escuadrón
de bombas quiere desactivar el paquete. De pronto se dispara un tiro.
La chica cae muerta inmediatamente y el enjambre parece más sólido,
se mueve como un sólo hombre, estrechamente apretujados entre
sí. Absolutamente seguro de haber "evitado lo peor."
En el enfrentamiento final se exacerba esta escalada de pánico
y agresividad a niveles absurdos. La niña depositando en el centro
comercial un paquete verde en la basura. Ahora al "enjambre"
no hay nada que pueda pararlos y alertan a la policía. Un grupo
de francotiradores apostados frente al comercio, tienen en la mira a
la niña. Esperan la orden para disparar. Poco antes un vertedero
de basura explotó en la ciudad. Pudo ser un accidente o ataque
terrorista, no está claro. Un comando especial, un escuadrón
experto de bombas intenta desactivar el paquete. De pronto se dispara
un tiro.
Visión despejada para el tiro final. La chica está muerta
inmediatamente, el enjambre más estrechamente soldados entre
sí, unidos por un mecanismo, victimal, donde con el “sacrificio”
se ha "evitado lo peor."
El sol brilla sin piedad en su
pelo transparente.
Una tormenta de partículas emana de ella.
Está acostada en medio de un inhóspito huracán
de radiaciones.
Nosotros todos lo sentimos
Era una sensación muy fuerte.
De bien adentro.
Una sensación fuerte que venía de ella.
Pero no en forma desagradable.
Como una ola que nos golpeó a todos.
Desde adentro. Desde lo profundo de las entrañas.
Pero para nada desagradable.
No hubiéramos podido haber hecho nada.
Porque a pesar de todo era lo correcto.
Porque al fin de cuentas –
No lo vamos a negar –
Nosotros todos lo sentimos.: Al final de cuentas es más
seguro así.
Al fin y al cabo ya tenía diez.
Evitamos cosas peores.
Las imágenes de la cámara
de vigilancia en una inspección fría e indistinta. Muestran
lo que cada cual quiere ver. La realidad se construye a partir del ojo,
los temores y expectativas del espectador.
La desconfianza de los adultos hacia los hijos parece justificarse por
miedos más profundos, por una violencia primordial, ritualizada
que irrumpe en la corriente de la conciencia verificando la tesis de
Levi Strauss de la réplica de lo arcaico en lo tecnológico.
Vista despejada. Está
en la mira.
Niña de aproximadamente diez años visible en el
cuarto vecino a través
de la puerta abierta.
Ella es el objetivo.
Está sentada en una cama, tiene a alguien en los brazos.
Aparte de la escalera eléctrica, nada se mueve en todo
el centro.
Asegurar arriba, abajo y a los lados, a pesar de que es claro
que aquí no
hay nadie más.
Ni una persona, nadie, el centro comercial está absolutamente
vacío.
Ahora tenemos la banca con el paquete verde a la vista.
Detrás hay un restaurante con vitrina.
En este momento enviamos el robot con el detonador.
Lo voy a dirigir hasta debajo de la banca.
Justo debajo del paquete.
La carga contiene la dosis exacta como para hacer estallar el
paquete, la
banca, y la barandilla que está detrás.
No tienes que tener miedo.
Ella no parece tener nada de miedo.
Y de qué tendría que tener miedo si ella no sabe
lo que va a pasar.
Ella mira la pluma que tiene en la mano.
Y ahora levanta la cabeza.
Ése fue el error.
Ella alza la cabeza y detrás de la ventana ve a un hombre
con máscara
negra con los ojos enrojecidos de sangre, que apunta con su arma
directamente a la cama de la niña.
El objetivo escapa.
Pero es visible en el comedor detrás del gran ventanal
del frente.
¿Entramos en acción?
Desapareció en el primer piso, posiblemente intentará
escapar por la
puerta de entrada de la casa.
¿Acción?
Preparar francotiradores.
Acción, tan pronto abra la puerta.
Acción, tan pronto deje la casa.
La puerta de la casa se mueve.
Un momento.
¿Qué?
¿Qué es eso?
¿Qué pasa?
¿Escuchan?
¿Qué es lo que pasa ahí dentro?
Tenemos un ruido.
Como de un animal.
De un gato.
Viene del paquete.
Eso es –
Se escucha claramente.
¿Ustedes también lo escuchan?
Positivo. Se escucha con claridad.
Es un bebé.
Es una trampa.
Eso no es una trampa, es un bebé.
En el paquete, sobre la banca llora un bebé.
Por eso, una trampa.
Confirmado: es el llanto de un bebé.
Desactivar encendedor.
Encendedor desactivado.
Un bebé abandonado por una mamá confundida.
Por una niña de diez años.
No.
Diez es demasiado joven.
Pero ella tiene –
No.
Objetivo demasiado joven para estar así de confundida.
Paquete no del objetivo.
Objetivo demasiado joven.
Suspender acción.
Objetivo libre de sospecha.
Suspender acción.
Francotiradores – tenemos orden de suspensión.
Objetivo evidentemente mal identificado.
Suspender acción.
Nadie dispara.
Suspender acción.
Suspender.
En el paquete encontramos un bebé desnudo.
Un recién nacido, todavía le cuelga el cordón
umbilical.
El paquete está todo relleno de algodón.
Un bebé.
Un niño chiquito.
A quien casi hacemos estallar –
A quien casi hacemos volar con todo y banca, barandilla y algodón
en
una sola mezcla esparcida por el patio de la entrada del centro
comercial.
Hubiera habido paz.
Tarde o temprano nos dolerá no haberlo hecho explotar.
Tarde o temprano lo vamos a hacer explotar.
Pero por ahora saquémoslo de acá.
Y la gente que está detrás de las barreras aplaude
de júbilo.
Salimos por la puerta giratoria y lo alzamos poniéndolo
a la vista del sol
de la tarde.
Empujó la puerta y corre contra la luz enceguecedora del
sol de la tarde,
la muñeca en la mano, colgando como una regadera.
Ella corre y se cae después de dos pasos.
Se tropieza y se cae, y en un primer momento uno piensa que algo
la
hizo caer.
Se tropezó y se cayó, como le pasa a los niños
cuando se raspan las
rodillas.
Quizás en verdad sí se raspa la rodilla.
Eso ya no importa.
El sol de la tarde la encandila, ella parpadea y cierra el ojo
izquierdo.
La muñeca de un sólo ojo vuela lejos hasta bien
adentro del
estacionamiento.
Y sólo ahora se escucha el tiro.
Un sólo tiro seco.
Hecho desde alguno de los techos vecinos.
Hecho en el mismo momento en que ella empujó la puerta.
Un solo tiro, preciso.
El que hizo el hueco.
Un hueco justo en la frente.
En el punto del tercer ojo, si hubiera tenido uno.
Ahora sí tiene uno. Un tercer ojo, pero ciego.
Y los otros dos ojos, los que acabaron de parpadear, también
van a
quedar ciegos pronto.
Están ciegos.
Ya no le transmiten nada al cerebro.
Que ahora tiene un hueco.
A la altura de las piernas y de la frente, ahora se están
formando en el
asfalto unas manchas profundamente oscuras.
El sol brilla sin piedad en su pelo transparente.
Una tormenta de partículas emana de ella.
Está acostada en medio de un inhóspito huracán
de radiaciones.
Nosotros todos lo sentimos
Era una sensación muy fuerte.
De bien adentro.
Una sensación fuerte que venía de ella.
Pero no en forma desagradable.
Como una ola que nos golpeó a todos.
Desde adentro. Desde lo profundo de las entrañas.
Pero para nada desagradable.
No hubiéramos podido haber hecho nada.
Porque a pesar de todo era lo correcto.
Porque al fin de cuentas –
No lo vamos a negar –
Nosotros todos lo sentimos.: Al final de cuentas es más
seguro así.
Al fin y al cabo ya tenía diez.
Evitamos cosas peores.
Nota
1: Premio autores en el Mercado Juego Heidelberg 1998 –
Autorenpreis des Heidelberger Stückemarktes 1998.
Nota 2: VIRILIO, Paul,
Ville panique, Ailleurs commence ici, Galilée, 2004
.
Nota 3: Marius
von Mayenburg nace en Munich en 1972. Primero estudia filología
alemana antigua en Munich. En 1992 se traslada a Berlín, donde
entre 1994 y 1998 estudia "escritura escénica" en la
Escuela Superior de Arte Dramático. Es asistente de dirección
en los Münchener Kammerspiele en 1995. En 1998 colabora como dramaturgo
en la "Baracke" del Deutsches Theater. En 1999, junto a Thomas
Ostermeier, trabaja como dramaturgo y autor dramático en la Berliner
Schaubühne am Lehniner Platz. Premios y galardones: Premio Kleist
para el Patrocinio de Jóvenes Dramaturgos por "Cara de Fuego"
(1997) Premio de la Fundación de Autores en el marco del "Stückemarkt"
de Heidelberg (1998).
Nota
4: Freud, Obras completas, 1919 vol. XVII, "Lo
ominoso", El otro es mi (propio) inconsciente. Por otra parte,
Freud observa que el yo arcaico, narcisista, aún no delimitado
por el mundo exterior, proyecta fuera de él lo que experimenta
en sí mismo como peligroso o no placentero en sí, para
hacer de ello un doble extraño, inquietante, demoníaco.
Lo extraño aparece esta vez como una defensa del yo desamparado:
éste se protege sustituyendo la imagen del doble benévolo
que antes bastaba para protegerlo por una imagen del doble malévolo
donde expulsa la parte de destrucción que no puede contener.
La repetición que acompaña frecuentemente al sentimiento
de inquietante extrañeza Freud la afilia a la "compulsión
de repetición" propia del inconsciente y que "emana
de lo pulsional, compulsión "que depende sin duda de la
naturaleza más íntima de las propias pulsiones, que es
lo bastante fuerte como para colocarse más allá del principio
de placer".
En lo ominoso Freud examina la angustia en general y, de manera aún
más universal, sobre la dinámica del inconsciente, donde
hay un sentido en que lo "familiar" y lo íntimo se
invierten en su contrario, alcanzando el sentido opuesto de "inquietante
extrañeza", y que, en ciertas condiciones se manifiesta.
Esta irrupción de lo extraño en lo familiar se parte de
esa variedad particular de lo terrorífico que se remonta a lo
conocido desde hace mucho tiempo, a lo familiar que se nos revela bajo
un aspecto inquietante -que ha estado siempre allí, un pliegue
de realidad que se hace visible, y se torna siniestro, lo cual confirma
para Freud las palabras de Schelling según el cual "se llama
unheimlich a todo lo que estando destinado a permanecer en el secreto,
en lo oculto, abruptamente ha salido a la luz".
Desde el gesto iconoclasta del dadaísmo a la influencia de la
'inquietante extrañeza' [heimlich/unheimlich] de Freud sobre
el Surrealismo; del método paranoico-crítico a la perversidad
polimorfa de Salvador Dalí, o la 'melancolía' –tristeza
voluptuosa– en Julia Kristeva, o en las figuras alargadas, torres
y chimeneas humeantes de la pintura metafísica de Giorgio de
Chirico; del histrionismo pictórico y saturnalesco de el Bosch;
hasta la colección Prinzhorn (con obras arte realizado por enfermos
mentales) – examine la relación entre creatividad, arte
y locura.
Nota 5:
SLOTERDIJK, Peter. Temblores de aire. En las fuentes del terror.
Traducción de Germán Cano. Valencia: Pre-textos, 2003.
Pág. 39. [Original alemán, Frankfurt am Main,
2002].
Nota
6: Marius von Mayenburg nace en Munich en 1972. Primero estudia
filología alemana antigua en Munich. En 1992 se traslada a Berlín,
donde entre 1994 y 1998 estudia "escritura escénica"
en la Escuela Superior de Arte Dramático. Es asistente de dirección
en los Münchener Kammerspiele en 1995. En 1998 colabora como dramaturgo
en la "Baracke" del Deutsches Theater. En 1999, junto a Thomas
Ostermeier, trabaja como dramturgo y autor dramático en la Berliner
Schaubühne am Lehniner Platz. Premios y galardones: Premio Kleist
para el Patrocinio de Jóvenes Dramaturgos por "Cara de Fuego"
(1997) Premio de la Fundación de Autores en el marco del "Stückemarkt"
de Heidelberg (1998).
Nota 7:
Esto se debe a que en alemán, la conjugación de los verbos
no revela el género.
Nota
8: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Peter Sloterdijk: Temblores
de aire, atmoterrorismo y crepúsculo de la inmunidad", En
NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas
- Universidad Complutense de Madrid, | Nº 17 | Enero-Junio 2008
-1º / 1 | pp. 159-168 http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/17/avrocca_sloterdijk3.pdf.
Nota 9:
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “William Burroughs: Literatura ectoplasmoide
y mutaciones antropológicas. Del virus del lenguaje a la psicotopografía
del texto”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS.
26 | Enero-Junio.2010 (II), pp. 251-265 http://www.ucm.es/info/nomadas/26/avrocca2.pdf.
Nota 10:
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Lo abyecto y monstruoso en el arte
de vanguardia”, En Escaner Cultural, Revista de Arte Contemporáneo
y Nuevas Tendencias, Santiago, año 8, Nº 87, 2006
http://www.escaner.cl/escaner87/transversales.html.
Nota
11: A propósito de un atentado en Santiago de Chile: El
atentado de Santiago de Chile de 2014 fue un ataque terrorista perpetrado
en el centro comercial «Subcentro», contiguo a la estación
de metro Escuela Militar, en la comuna de Las Condes, Santiago de Chile,
el 8 de septiembre de 2014 a las 14:05:21 hora local.3 Luego de la explosión,
14 personas resultaron con lesiones de diversa consideración,
el Subcentro se llenó de humo y de inmediato acudieron al lugar
ambulancias, bomberos y Carabineros. El atentado ha sido catalogado
como el más grave ataque terrorista en el país de los
últimos 20 años. La bomba instalada en el Subcentro consistía
en un extintor en cuyo interior había dos kilos de pólvora
negra y un sistema de relojería análoga operado con mecanismo
eléctrico. Transcurrieron cinco minutos desde que se activó
el artefacto hasta su detonación. El artefacto explosivo se encontraba
en una bolsa negra de basura que fue arrojada dentro de un basurero
del centro comercial, lugar en que pasó inadvertido en un horario
donde crece el flujo de gente debido a que muchos acuden al Subcentro
para almorzar. Con la detonación, una serie de esquirlas fueron
expulsadas en todas direcciones, lesionando al menos a 14 personas que
se hallaban a esa hora en el lugar, a causa principalmente de las esquirlas
que salieron eyectadas desde el artefacto explosivo y también
por el trauma acústico causado por el estruendo.
__________________________
DATOS DEL AUTOR:
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense
de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Teoría del Conocimiento
y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de Especialización
Antropología y Estética. Miembro de la Sociedad Española
de Estética y Teoría de las Artes. Profesor de Postgrado
del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica
de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética
en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés
Bello UNAB. Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad
de Arquitectura UNAB. Director de Revista Observaciones Filosóficas.
Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la
Competitividad (CNIC)– Profesor de Postgrado, Magíster
en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago.
–Académico Investigador del Programa de Doctorado Internacional
en Pensamiento Complejo dictado por el Centro Mundial de Altos Estudios
para la transformación social desde las Ciencias de la Complejidad,
la Transdisciplina y el Pensamiento Complejo, 2015. Matríztica
de Santiago y Universidad Mayor 2013 – 2014.