Armando Alanís Pulido,
Balacera,
Col. Marginales,
Tusquets Editores,
México, 2016,
126 pp.
Disparo al aire una confesión: nací y vivo en Culiacán,
Sinaloa, ciudad considerada cuna del narcotráfico y de la narcocultura.
Sé lo que es despertar de madrugada, escuchando a lo lejos (o
ahí nomás, a la vueltecita) el infame estruendo de una
cuerno de chivo. Me avergüenzo de las cruces que se alzan por mi
capital, delatando cada ejecución, esparciendo el olor a pólvora
y muerte.
Por eso celebro que Armando Alanís Pulido, nativo de Monterrey,
Nuevo León -otra conflictiva metrópoli norteña-,
haya publicado Balacera, obra en que responde cada detonación
escuchada con versos del más grueso calibre.
Alanís, creador del proyecto Acción Poética -consistente
en pintar bardas públicas con fragmentos poéticos- explica
en este libro cómo la violencia en su urbe le obligó a
replantearse dicho proyecto; a “tratar de recuperar las calles,
las plazas (…) con un arma cargada de futuro, con versos, con
poesía” (p. 91).
Así, en Balacera rafaguea al lector con 67 textos, precedidos
por un certero prólogo de su colega Jorge Fernández Granados,
quien califica esta obra como un “libro sarcástico, hondo
e inteligente” que parte de “la violencia como código
ya colectivo” (p. 13).
Ante un panorama tan desolador, resulta inevitable ser pesimista: “Uno
cosecha lo que siembra: hierba, terror, indiferencia,/ y lo peor es
que no son advertencias, son el notorio/desastre de nuestras almas”
(p. 31); “corta y triste es nuestra vida,/ no hay remedio, ni
rumbo, no hay nada justo en este asunto”(p. 32).
Por
demás ingenioso resulta el poema “Examen de conciencia
(o de confianza, qué más da)”, en cuya primera parte
se conmina al lector a relacionar unas palabras con otras, para formar
así unas rimas. Y ahí es donde lo lúdico se funde
con lo trágico. Porque se topa uno con que “gobierno”
rima con “infierno”; e “institución”
rima con “corrupción, ejecución” (p. 58).
Hay una subversión del locus amoenus, una antiutopía,
en el apartado “Chulas fronteras”, donde se dedica un poema
a cada una de estas urbes: Ciudad Juárez, Matamoros, Tijuana,
Laredo y Reynosa. Cito íntegro el de Tijuana: “Dura patria,
permite que en cobijas te envuelva/ y que la música de las balas
lo resuelva/ porque lo sabes: me madreaste por entero/ con golpes tendenciosos
de los fusiles/entre llantos y gritos de los civiles/y batos de oficio
pozolero” (p. 68).
Hay testimonios de desesperado fervor: “Líbranos del mal
hábito de la negociación./No trajimos chalecos, pero estamos
cerca…/Amedrentados están, culeados están. Amén.”
(p. 60); de cínica vanagloria: “saben que yo controlo la
zona/y que la chota me conoce y halconea/y me da el pitazo cuando es
necesario,/saben que soy tan agradecido como agresivo./En estas calles
me dejan ser, en estas calles distribuyo” (p. 38).
Hay una añoranza: “Yo recuerdo cuando el mundo no estaba
marcado por el/número de ejecutados” (p. 103).
Hay una desazón: “Un dolor inexplicable en el centro de
la existencia: el/alma, el pecho, el corazón, el cerebro, el
honor…” (p. 104).
Hay la certeza de que el lenguaje está “tan sacrificado
como la familia del sicario” (p. 108).
Hay un cuestionamiento que lo involucra, en medio del terror nuestro
de cada día: “¿Para qué sirve un poeta?”
(p. 113).
Pero, también, hay un deseo del deseo: “Mejor el estruendo
de tus caricias” (p. 98); hay un manifiesto vital que amerita
ser citado completo: “La costumbre despiadada”: “Tengo
la costumbre despiadada de escribir a quemarropa, de pensar en voz alta.//
de dormir poco y soñar mucho, de merodear instintos…//
Tengo la costumbre despiadada de pensar que también estamos expuestos
al amor” (p. 110).
Hay, por encima de todo esto, una esperanza del Poeta de las Bardas:
“que sólo la poesía dé en el blanco”.
Esperanza compartida por sus numerosos lectores, al grado de que
Balacera ya cuenta con su primera reimpresión.
Balacera: Poesía percutida que atraviesa el alma.
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DATOS DE LA AUTORA:
Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa,
México, 1981).- Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas
por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Narradora. Redactora
de www.homines.com Subdirectora de www.revistaespiral.org Ha participado
en los talleres literarios de los escritores mexicanos María
Baranda, David Toscana, Cristina Rivera Garza, Andrés de Luna,
Federico Campbell, Anamari Gomís y Antonio Deltoro. Textos suyos
han sido publicados en España, Chile, México, Estados
Unidos, Brasil y Colombia.