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La cocina del lector
Rolando Gabrielli
08/06/2008



El 'mundo literario', los empresarios y negociantes de libros y promotores de best seller, las casas matrices- editoriales de la palabra, cada cierto tiempo barajan fórmulas para reencantar nuevas tendencias en los mercados, y las Ferias de Libros son el escenario más interesante, por lo concurridas, para despertar del invernadero al lector atrapado por el absorvente mundo de la imagen y de los video juegos digitales. La novela es el género Caballo de Troya para penetrar los sentidos, el cuarto vacío del lector que todos podríamos ser y habitar en sus páginas. Sobre este folletín de aventuras, que cada cierto tiempo lo sentencian a muerte, despistados verdugos que ignoran su adaptabilidad, gira el relámpago de la estrella fugaz de la literatura en cada temporada.

La 67 edición de la Feria del libro de España, inaugurada por una princesa, está dedicada a la literatura latinoamericana, donde más de 400 millones de personas hablan el castellano. Uno de los slogan motivadores de la cita española en Madrid es que los escritores latinoamericanos actuales (sic) están alejados del 'boom' que 'inventara' Julio Cortázar hace más de cuatro décadas e implementara el también argentino Luis Harss. A esta explosión narrativa se sumó Vargas Llosa, García Márquez, Carlos Fuentes , Rulfo, Carpentier, Onetti y quedaron por fuera en la periferia, Donoso, Roa Bastos, Arguedas, Cabrera Infante, Sábato.

Otra de las coordenadas que se menciona, es que estos novelistas emergentes tienen menos de 39 años, son cosmopolitas (sic), están casados con parejas interculturales, viajan y seguramente ven desde niños a Indiana Jones en el cine del carrusel global. Ambas características son algo sorprendentes, porque Cortázar vivía en París como Vargas Llosa y Carpentier, Roa Bastos, ninguneado del 'boom', vivió exiliado por más de 40 años, Cabrera Infante en Londres, Carlos Fuentes por el mundo, García Márquez, España, México, y tal vez lo que les diferencie, es que fueron un poco más fieles a las mujeres latinas.

Algo hay que inventar, sin duda, para aproximarse al lector. García Márquez e Isabel Allende, son los dos escritores del habla castellana más vendidos en el mundo. La Allende vive en California y antes en Venezuela. Borges no era novelista y había tomado el mundo por casa, desde una biblioteca, primero, y luego a partir de un pequeño apartamento de Buenos Aires.

Los novelistas del 'boom', -reconocen-tuvieron sus influencias de Joyce, Kafka, Faulkner de los poetas latinoamericanos como Neruda, Vallejo, Huidobro.

La novela actual, un híbrido de múltiples cabezas, debe tener algún origen y cada 'modelo para armar' dependerá de las lecturas individuales, de esa contaminación biográfica, que también es el gen de la escritura, más los viajes, la historia, los intereses personales, la influencia de los medios, la época, los sueños, utopías, esa historia privada intransferible. La búsqueda de cada ingrediente es lo que hace la cocina de un chef. No hay recetas. Menos ahora. ¿Pero esto no lo hizo Joyce, Cortázar, Faulkner, Kafka, Proust, Dostoievski, Flaubert o Borges?. ¿Qué se está inventando?

La mujer de la foto lee en la cocina y se receta su propia lectura, como debiera hacer una buena 'dueña de casa', anfitriona del libro, preparar su menú a la carta y en soledad.

Las Ferias son importantes, sin duda, se toma el pulso a lo más reciente, se hacen contactos, contratos, se representan nuevas obras, se repasa el mundo de la palabra escrita, el libro vuelve a tomar un sitial de preferencia por algunos días, los escritores se conocen y el hecho que se haya escogido a América Latina, permite pensar que el subcontinente aún existe. La literatura es un producto esencial de nuestra identidad común como región, con el idioma castellano, la lengua, que es de donde partimos para expresarnos, comunicarnos, e intercambiar no sólo los viejos espejitos con España, la antigua metrópoli colonial.

Las más grandes editoriales están en España, pero América Latina es el mercado y está en creciente evolución con los hispanos de Estados Unidos y Canadá. La lengua castellana está en un buen momento, porque es la segunda en importancia después del inglés y respira a pleno pulmón. América Latina ha renovado, enriquecido, dado nueva vida al idioma castellano a través de la poesía y la novela y del lenguaje popular. No hay estrellas poéticas en el firmamento de la Feria Madrid, porque la marginalidad del verso radica en el mercado. América Latina tiene, tres o cuatro poetas que son el buque insigne de la poesía en español a nivel global y bien pudieran estar en esta Feria, prestigiando el idioma, la palabra, un género que vive del lector en silencio. La poesía no tiene más hada madrina que la palabra. La magia del poema está en el corazón del lector. El poema es tan personal y público como el lector o los lectores que le seleccionan para leerlo. En cada lectura revive una experiencia nueva. La poesía es cantar de otro cantar y se cicunscribe, casi como siempre, al margen de la Feria, porque en números redondos no convence ni al más optimista editor. El poeta no sólo es un aguafiestas ante el Estado o la sociedad, sino frente al mercado. Es que el poema no puede ser genuflexo. Su autor debe carecer de rodillas, no puede dar tregua, no debiera, a su principal fantasma: la página en blanco.

Ya los autores escogidos de América Latina están en los escaparates de Madrid: Volpi de México; Sandra Lorenzano de Argentina y residente en México; Ema Lucía Portela de Cuba; Leonardo Valencia de Ecuador; Eduardo Halfon de Guatemala; Eduardo Paz de Bolivia; Joao Paulo Cuenca de Brasil. Alvaro B. y Alejandro Zambra de Chile, Alan Pauls, Rodrigo Fresán y Andrés Neuman, Argentina; Santiago Roncagliolo y Fernando Iwasaki del Perú, pero ambos viven en España, como varios autores de los invitados. Son nombres y el tiempo dirá. Ulises fue rechazada por más de 30 editoriales.

El mexicano Volpi ve el escenario actual de la narrativa bajo el 'paragüas' o de la esquiva sombrilla que ha dejado el escritor chileno que vivió en México y España, Roberto Bolaño. Y en ese orden dice y afirma enfáticamente: 'El único escritor unánimemente leído, venerado, copiado o asimilado es Roberto Bolaño. Fuera de él, ninguna otra influencia visible en lengua española. En otros idiomas, la colección amarilla de Anagrama domina, para bien o para mal, las bibliotecas personales.' Un escritor fuera del viejo boom. Más bien un zapador a tiempo completo de esa época. Bolaño 'fracturó' y pasó factura al Boom y a escritores más recientes, sin dios ni ley. A estos comentarios, desde su propia perspectiva de lector, se suma el narrador y crítico argentino, Ricardo Piglia, una de las estrellas invitadas a la Feria de España. Piglia, quien reivindicó el papel de la poesía en la literatura como fuente de lectura por excelencia, en la Feria de Buenos Aires, dijo sentirse muy cerca y de leer con admiración a John Berger y a Bolaño. Destacó el profesor Piglia que muchos escritores se mueven en registros diversos y que los modos de narrar se han vuelto más abiertos. Sin duda alguna, agregamos, no hay límites para la prosa o la escritura misma de la poesía, porque no tienen otra alternativa si quieren seguir existiendo con dignidad. Y en eso consiste, que de tarde en tarde, surjan escritores que nos deslumbren con sus historias y poética. Y suele hablarse del período de fulano de tal. La historia de la novela está en contar la historia, de atrás hacia adelante o viceversa, del medio hacia ningún lado, con el abecedario, idioma, lenguaje, palabras que se tengan a mano. Una literatura untada de memoria y olvido. Ese presente hacinado en la azotea de un edificio sin nombre. Que otros bauticen a este cordero degollado una y otra vez, por sacrificio de un mismo sacrificio. Hablo como un marginal, con dos proyectos inconclusos, pensando en el Folletín, como una manera de prolongar la historia de sí mismo. La novela es un ejercicio sin límites y tal vez eso sea lo que la oxigene, no estar en una jaula arando entre barrotes de hierro oxidados. La novela debe ser tan inteligente como el lector, dejarse llevar, no sólo manosearse página por página, sino entregarse línea a línea, con morosidad, misterio, imaginación y todos los recursos acumulados a lo largo de su historia. Todo facilismo lleva a la ruptura de lo que pudo ser un gran amor.

La novela es el gran hueso del mercado y se reescribe sin límites, aunque no siempre el editor, agente, los promoteres den con una veta que es puro diamante y se sienta un fuerte campanazo en el mercado como en la Bolsa. En esta época, pareciera que se unen pedacitos de un rompecabezas, que aún no adquiere formas definitivas, más bien vagas líneas de lo que podría ser un nuevo comienzo. El Boom, Bolaño y aún no hace pum-pum la novela de la actual generación escogida, señalada con el dedo, porque estamos en su To Be Continued.



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DATOS DEL AUTOR:


Rolando Gabrielli (Santiago de Chile, 1947). Estudió Periodismo en la Universidad de Chile. Ejerció hasta el 11 de septiembre de 1973 en su país. Fue Corresponsal Extranjero en Colombia y Panamá (1975-79). Funcionario Internacional, experto en la industria bananera, encargado de estrategias para los ocho países de la región miembros de la UPEB, Editor de la publicación científico-técnica y económica, con circulación en 56 países, columnista de la revista alemana D+C (1979-89). Escribe para varios periódicos panameños como Analista Internacional y trabaja en el programa de la Unión Europea-PNUD, Tips On Line, mercadeo de oportunidades empresariales vía Internet. Asesor en estrategias empresariales, editor de Suplementos especializados, ha trabajado y lo hace actualmente en marketing.