David Toscana. Un hombre sencillo,
tierno. Una sonrisa que transmite paz. Una mirada que delata lo mucho
que se divierte con su gran amor, la Literatura.
David
Toscana nació en Monterrey, Nuevo León, en 1961. Es Ingeniero
Industrial y de Sistemas por el Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Monterrey.
Autor del libro de cuentos ‘Historias del Lontananza’ [Nota
1] (Joaquín Mortiz, 1997) y de las novelas ‘Las
bicicletas’ (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1992); ‘Estación
Tula’ (Joaquín Mortiz, 1995); ‘Santa María
del Circo’ (Plaza y Janés, 1998); ‘Duelo por Miguel
Pruneda’ (Plaza y Janés, 2002), ‘El último
lector’ (Random House Mondadori, 2004) y ‘El ejército
iluminado’ (Tusquets Editores, 2006).
Ha sido becario por el Consejo Nacional
de la Cultura y las Artes (CONACULTA) en novela, y por el Centro de
Escritores de Nuevo León. Cursó estudios de Narrativa
en la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores.
En 1994 participó en el International Writing Program de la Universidad
de Iowa (Estados Unidos); y en 2003-2004, en el Berliner Künstlerprogramm.
Ha sido Coordinador del Taller de Creación Literaria del Centro
Regional de Información, Promoción e Investigación
de la Literatura del Noreste (CRIPIL) y también ha impartido
seminarios y talleres literarios en México, D.F., y en la Escuela
de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa
(UAS); impartirá un Taller de Novela (durante 2006- 2007) en
Oaxaca, Oaxaca.[Nota 2]
Obtuvo en el 2005 con ‘El último lector’ el Premio
Honorario Nacional Colima para Obra Publicada, así como el Premio
Nacional de Literatura José Fuentes Mares y el Premio de Narrativa
Antonin Artaud, otorgado por Francia.
Integrante del Consejo Internacional de la revista Revuelta, de la Universidad
de las Américas (Puebla, México).
Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, griego, italiano,
árabe, serbio, sueco, eslovaco y portugués.
Entre las temáticas abordadas en la narrativa toscaniana se encuentran:
el fracaso, la soledad, la muerte, la desmitificación de la Historia,
el antiyanquismo, aderezado todo esto con una evidente intención
satírica y el uso de discordancias temporales.
Veo a Toscana en mayo, después de 4 meses.
Visita Culiacán frecuentemente, por lo general, invitado a
dar charlas a la Escuela de Filosofía y Letras de la UAS, donde
hay una línea de investigación sobre la ‘Narrativa
del Norte’ [Nota
3], coordinada por la maestra Elizabeth
Moreno.
El autor neoleonés vino a presentar su más reciente
novela, ‘El ejército iluminado’,[Nota
4] en el marco de los festejos del
aniversario de dicha Universidad, concediéndonos el privilegio
de lanzarla mundialmente en nuestra capital.
Dicho libro trata sobre el intento de recuperación de Texas
por cinco niños retrasados mentales: Comodoro, Azucena, El
Milagro, Ubaldo y Cerillo, comandados por su maestro, Ignacio Matus,
un hombre frustrado porque, según él, 44 años
antes un gringo le arrebató la gloria olímpica. La travesía
es una lección de honor, no exenta de ternura en medio de una
batalla perdida de antemano.
Tras la presentación del libro, saludo a David. Entre risas
y copas le solicito una entrevista. Accede. Te la enviaré por
internet. Aclara que durante junio y julio no atenderá la correspondencia,
dados sus eventos promocionales de la novela, entre otros compromisos.
Será pronto, entonces, pero contestas. Sí, me tranquiliza.
He aquí la entrevista.
-
¿Por qué cambiar la ingeniería por la literatura?
Por la literatura se cambia la ingeniería, la contabilidad, la
medicina y cualquier cosa. No veo que haya sido un sacrificio; sólo
monetario. Pero siempre será más interesante ‘Don
Quijote’ que un manual de control de calidad, y ‘La metamorfosis’
más reveladora que un libro sobre resistencia de materiales.
- ¿Qué representan los niños muertos en su narrativa-
citemos el caso de Fernanda en Estación Tula; Anamari-Babette
en ‘El último lector’; Comodoro en ‘El ejército
iluminado’-?
Cuando tenía entre diez y doce años, le tenía miedo
a la muerte. Cada evento trágico, cada esquela en el periódico
me dejaba sin dormir. Y cada noche de insomnio era reflexionar sobre
la muerte y convivir con ella. Tal vez eso esté regresando en
forma de historias, de palabras.
Tal vez, no lo sé.
- ¿A qué atribuye la obsesión por la muerte dentro
de su obra?
En parte es lo que menciono arriba, y en parte se relaciona con otros
momentos de la infancia en que mi relación con la muerte fue
más afectiva, como cuando jugaba en el cementerio junto a mi
casa y conversaba con los muertos. Además creo que cualquier
reflexión sobre la vida debe incluir la muerte; sin muerte no
habría filósofos ni novelistas.
- Que Juan Capistrán (uno de los personajes centrales de ‘Estación
Tula’) sea un ‘hijo de la chingada’ (literalmente)
concebido por Fernanda tras el abuso del Gringo ¿viene a ser
una alegoría del ancestral dominio de los estadounidenses sobre
los mexicanos?
No exactamente, porque el gringo la viola, pero luego sabemos que se
trata de un pobre diablo, un alcohólico, un don nadie.
En mis novelas hay más un espíritu de revancha que de
sumisión.
- ¿Qué lo motivó a cambiar el título de
su cuentario ‘Historias del Lontananza’ por ‘Lontananza’,
así como a eliminar los nombres de cada relato, quitar uno de
ellos y sustituirlo por otro nuevo?
No sé por qué incluso a la gente educada se le complica
decir ‘Historias del Lontananza’. Casi siempre en reseñas
de periódico o revistas aparece mal citado. Le cambié
el nombre para simplificarlo, y para señalar que el segundo libro
no era igual al primero.
Quité un relato que con el tiempo dejó de gustarme y agregué
otro que me gustaba más.
Además quité los títulos para que se leyera como
algo más parecido a una novela, y porque ¿para qué
sirven los títulos de los cuentos? Sirven para nombrarlos, no
para leerlos.
-¿Cómo influyen tanto Onetti como Cervantes en la narrativa
toscaniana?
Los dos me revelaron la forma de ver el mundo. A través de Onetti
entiendo que el hombre no tiene escapatoria; a través de Cervantes,
o mejor dicho de Don Quijote, aprendo que este mundo hay que verlo desde
fuera de la lógica, que las palabras funcionan mejor si no parten
de la razón, sino de la belleza.
- ¿Se necesita estar loco para defender un ideal? Don Quijote
lo estaba; los cuasi ‘Niños Héroes’ de ‘El
ejército iluminado’ padecen retraso mental...
La locura se define de manera distinta según la época.
Si hoy alguien se va a vivir a una cueva y caza animales para vivir,
pensaremos que está loco; pero en una época ésa
era la forma de vida. En una época los cristianos se embarcaron
en las cruzadas; hoy nos parece una locura. En una época se ofrecía
la vida para defender la patria; hoy es cosa de trastornados. Y sin
embargo a algunos don Quijote parece muy razonable.
- Usted ha tenido la oportunidad de participar en programas de escritores
a nivel internacional, tanto en Estados Unidos como en Alemania. ¿Qué
concepción tienen de la literatura mexicana en dichos países,
según su perspectiva?
No ven la literatura mexicana sino como parte de la latinoamericana,
tal como nosotros podemos hablar de la africana, sin hacer distinciones
entre la etíope y la angoleña. Y en general se está
aún viviendo una cruda de las letras latinoamericanas luego del
boom. En palabras de un editor: estamos pasados de moda.
- ¿Se considera parte de la llamada ‘Narrativa del Norte’?
¿En tal caso, qué elementos tendría en común
la obra toscaniana con la de sus colegas norteños?
Ningún escritor del norte se considera norteño, salvo
por un accidente geográfico. Son los críticos los que
se dedican a agrupar, los que hablan de generaciones, temas, géneros,
regiones y sexos.
Es también una invención del centro, que traza una raya
y se asombra de que más allá de la capital haya burros
que tocan la flauta.
- ¿A qué se debe el afán desmitificador de la Historia
presente en su obra?
La Historia tiene muchas historias, y además el novelista posee
una libertad de interpretación del pasado que no tienen los historiadores;
hay que aprovechar esta libertad para alcanzar posibles verdades o al
menos mover a la reflexión al lector. En todo caso, la Historia
en manos del novelista puede ser una experiencia estética.
(Entrevista realizada el 5 de junio del 2006)
Nota
1: Dicho libro, ahora bajo el somero título de ‘Lontananza’,
fue reeditado por Editorial Sudamericana en el 2003.
Nota 2: En este taller
también serán maestros los destacados escritores Sergio
Pitol Juan Villoro Álvaro Uribe, Mario Bellatín, Margo
Glantz, Ricardo Yáñez, Juan Villoro, Jorge Volpi, Francisco
Goldman, Hugo Hiriart, Élmer Mendoza, Leonardo da Jandra, Daniel
Sada y el propio Solares.
Nota 3: A David Toscana
se le considera parte de la llamada ‘Narrativa del Norte’
donde también se incluye a Cristina Rivera Garza, Patricia Laurent
Kullick, Luis Humberto Crosthwaite, Élmer Mendoza, Hugo Valdés,
Juan José Rodríguez, César López Cuadras,
Federico Campbell, Felipe Montes, Daniel Sada y Eduardo Antonio Parra.
Todos ellos son, como indica el nombre del grupo en que se les clasifica,
narradores oriundos del Norte de México, salvo el último.
Se les incluye en dicho grupo gracias a diversos factores, como la edad
(la mayoría de ellos anda entre los 40 y 50 años); el
vivir y trabajar (casi todos) en sus lugares de origen; el tener ya
buen número de obras publicadas y reconocidas dentro y fuera
de nuestras fronteras; el situar (por lo general) sus narraciones en
los rumbos norteños y sacar a la luz, mediante ellas, las miserias
y grandezas que en estos acontecen.
Nota 4: ‘Iluminado’,
conforme a la segunda acepción de la Real Academia Española:
“Se dice del individuo de una secta herética y secreta
fundada en 1776 por el bávaro Adán Weishaupt, que con
la ciega obediencia de sus adeptos pretendía establecer un sistema
moral contrario al orden existente en religión, propiedad y familia”.
www.rae.es
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DATOS DE LA AUTORA:
Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa, México,
1981).- Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad
Autónoma de Sinaloa. Ha participado en los talleres literarios
de los escritores mexicanos María Baranda, David Toscana y Cristina
Rivera Garza. Escribe cuento. Ha publicado parte de su material en la
revista TEXTOS, de su Universidad (no. 14, abril/julio 2004) y La Pluma
del Ganso (no. 42, marzo/mayo 2006) y en las páginas literarias
www.aviondepapel.com
, www.letras.s5.com
y www.homines.com.