La
autobiografía es uno de los géneros que veremos no sólo
a lo largo de las décadas, sino que casi siempre todo escritor,
en algún momento de su vida, se propone incursionar en él.
Algunos con más esmero que otros, algunos con tintes más
ficcionados y otros dedicando toda su vida a la conquista de ese género.
Como por ejemplo toda la gran obra de Simone de Beauvoir, escritora
que construyó la mayor parte de su obra en esta clave.
Leo Marcazzolo (1974), joven autora
chilena (pero nacida en Perú), ha publicado su primera novela
siguiendo este modelo literario. Traza despiadadamente un recorrido
por su infancia, que ocurrió entre Lima y Santiago de Chile,
entre la distancia de su padre y la profunda rabia que generó
eso en ella, la huella que marcó en su ahora narrativa y la cercanía
de su madre, que en cierta medida llevó a aplacar esa cicatriz.
La cicatriz interior, decía Vila-Matas en uno de sus últimos
libros. La cicatriz que se asoma cuando el escritor se queda en silencio
y el abismo comienza a despertar.
- Tu libro es completamente autobiográfico,
eso pareciera. ¿Crees que es necesario que un entrevistador le
pregunte eso a un escritor?
Sí, porque nunca se sabe si el libro es realmente autobiográfico
o no. En mi caso sí lo es. Yo escribo a partir de ciertas escenas
que he vivido. A partir de ahí las desgloso y voy contando historias
muy simples, que no tienen mayor pretensión.
- ¿Te interesa explorar otros géneros dentro de la literatura?
¿Acercarte más a la ficción, por ejemplo? ¿Qué
complejidad ves en eso?
Creo honestamente que si quiero seguir escribiendo tarde o temprano
tendré que acercarme a la ficción, mi historia no da para
tanto y en un segundo libro, evidentemente que aburriría. Y sí
veo mucha dificultad en esto, sobre todo del tipo estructural, me sería
muy difícil escribir un libro con una estructura clásica
de novela, quizás podría, pero por el momento me da un
poco de miedo, porque no sé si conseguiría ese bien tan
preciado que es la verosimilitud…Es muy difícil darle sustancia
real a un personaje ficticio y creo que ese es el mayor defecto del
cine chileno, y tal vez yo caería en el mismo pecado si me pongo
a incursionar en una novela de ficción.
- ¿Qué es lo que te interesa de la literatura? ¿Escribir,
contar tu vida, experimentar, crear, rastrear en límites o abismos
de tu vida, etc.?
Creo que lo mío es mucho más pedestre que eso. A mí
me interesa contar historias, y que la gente se divierta con ellas.
Hablo de mí porque soy irremediablemente egocéntrica y
me cuesta salirme de eso. Y por otro lado creo que me gusta mucho más
leer libros que escribirlos. Creo que uno sufre mucho escribiendo; te
duele la guata, nunca sabes si estás haciendo el ridículo,
estás demasiado expuesta. Por ejemplo, una persona puede trabajar
haciendo calcetines y si le sale mal un calcetín, no importa,
pero si a uno le sale mal un libro, no es el libro lo que está
mal, sino uno mismo. Y eso es lo terrible, que allí se te va
el alma.
- Papá y Mamá nace de la dificultad de la relación
con tus padres. Fue muy complejo narrarla directamente: enfrentarse
a los fantasmas y experiencias familiares dolorosas de manera tan cruda.
No fue difícil narrarla, fue más complicado enfrentar
el miedo de lo que iban a decir los protagonistas. Uno tiene grandes
cojones para escribir, pero después se es una gallina al momento
que vienen todos a sacarte en cara cosas. Lo que yo narré ya
estaba superado y tan digerido, que yo en el libro más que revivir
las cosas, sólo estaba sacando conclusiones. Y la crudeza, bueno,
tenía que estar, porque así fue.
-Parece a la vez una escritura de liberación. De desahogo. ¿Es
eso para ti la literatura?.
En ciertos momentos sí fue un desahogo, me olvidé del
reloj y todo eso. Pero para mí la literatura no es una liberación.
Una liberación es viajar; pero al escribir un libro uno está
atada a un contrato, a una editorial, a tus propias inseguridades, entonces
no hay nada que huela a libertad allí, sino, todo lo contrario,
es como la creación de un gran proyecto y cuando uno está
en eso lo que menos hace es liberarse.
- ¿A qué escritores chilenos te sientes cercana en términos
estéticos?
La verdad es que a ninguno, quizás
un poco a María Luisa Bombal. Creo que traté más
bien de imitar un poco a Agatha Kristof, por esa forma de hablar desde
el lenguaje de la infancia, pero ella es evidentemente un monstruo al
lado mío. Igual no quisiera dejar de aprovechar esta oportunidad
para alabar a algunos escritores chilenos como Bolaño, Edwards,
Donoso y Rojas que son increíbles y que son los únicos
que desde sus libros han reinventado un poco Chile.
- ¿Qué escritores son tus autores de cabecera?
He pasado por varios, pero en este minuto me quedo con Paul Auster,
Ian Mac Ewan, el que escribió La Conjura de Los necios
y Sandor Marai. Los cuatro me encantan porque hablan desde una sensatez
notable. Desde un lugar al cual llegaron después de haber estado
en miles de lugares. Además que cuentan historias increíbles
que te dan pautas para entender la complejidad del ser humano, y eso
es lo que uno busca un poco en la literatura, ¿O no?.
- ¿Qué proyectos literarios tienes?
Ninguno por el momento, pero me encantaría
escribir sobre los inmigrantes árabes en Chile, pero desde el
punto de vista anecdótico. Desde las historias de la gente, no
desde la historia de Chile. Quizás resultaría algo bueno.
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Papá y Mamá
Leo Marcazzolo
Mondadori, Chile, 2008.
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DATOS DE LA AUTORA:
Claudia Apablaza (Chile, 1978).- Estudió
Psicología y Magíster en Teoría Literaria ©
en la Universidad de Chile. Hizo estudios de Escritura Creativa en la
Universidad Autónoma de Barcelona y en el Ateneo Barcelonés.
Ha publicado el libro de relatos Autoformato (Lom Ediciones,
2006.www.lom.cl
Ha obtenido el Primer lugar en el Concurso de Cuentos de la Revista
Paula 2005, primer lugar en el Concurso Filando cuentos de mujer (Asturias,
España, 2004), entre otros. Ha publicado en las antologías
Pozo (Lanzallamas, Chile, 2006), Mi nombre en el Google y otros cuentos
(Alfaguara, Chile, 2005), Lenguas: Dieciocho jóvenes cuentistas
chilenos (J.C. Sáez Editor, Chile, 2005), Que el libro sea la
llave (Asterión, Chile, 2004) y en las revistas: Los Noveles,
Bilis, Lanzallamas, entre otras. El año 2006 obtuvo la beca de
estudios de postgrado en el extranjero que otorga el Ministerio de Cultura
de Chile. Actualmente reside en Barcelona y colabora en Literaturas.com.