‘La poesía es pan para
hoy y hombre para el maniana’
Debido
a que el autor vive en Madrid, España, organizamos el reportaje
a través de e-mails de ida y vuelta. Prescindimos de las preguntas
en el resultado final porque las respuestas se dan a entender por
sí solas.
-Me ha hecho unas 18 preguntas... así que las acomodo de 6
en 6 y en 3 días, en tres parrafadas, tendrá el material
para organizarlas luego.
Para su nota, puede prescindir - si le parece - de ese toque coloquial
anti ñ, anti ll y anti zeta, con que le escribo... es una actitud
deliberada contra cierta hegemonía imperialista del academicismo
espaniol, etc... La fonética del habla rioplatense es de un
fuerte perfil identitario, y ya hemos perdido bastante como para seguir
perdiendo, etc…
Primer envío:
Nací
en san Fernando de la Buena Vista, a 28 kilómetros al norte de
la ciudad de Buenos Aires. Un 30 de noviembre de 1935 (‘El día
de san Andrés - como dicen en España -: cuando el
mosto, vino es!’).
Mi madre, una joven de 17 anios, provincianita venida desde san Francisco,
Córdoba, me parió en el hospital de la zona. Se informó
sobre el santoral y quiso nombrarme como Andrés, pero una seniora
de alcurnia, apeyidada Cullen Jacobé, y de la muy noble y alta
beneficencia, la convenció de otra cosa: ‘¡Este
ninio se yamará Luis María!’. Cosa que Irma
aceptó sin rechistar, viniendo la sugerencia de quien provenía.
Padre, también muy joven,
lugareño de 19 anios, Luis León Martínez, como
siempre andaba en las cayes buscándonos la vida. O sea: no intervino
en la nominación, dejó hacer, tal vez esta aristocrática
dama ascética trajera, ¡eya! el pan bajo el brazo, etc...
Mi nombre civil resultó ser entonces la suma de todos esos sometimientos
y equívocos: Luis María Martínez Cornaglia (que,
ni bien puede y tomando ejemplo de los viejos revolucionarios poéticos
y políticos -Darío, Neruda, Lenin, Trotsky, etc...-, hice
lo mismo yo también: Martín Micharvegas, elegí
yamarme en pleno ejercicio lúcido, autónomo y libertario.
Y así me siguen mencionando hasta hoy y a instancias mías.
Tenía 20 anios, cuando lo decidí... El Poni es un apodo
más arcaico y de raíces azarosas, que no resulta fácil
sintetizar. Al recorrer estos recuerdos, entre mis padres tan jóvenes,
marginales, ingenuos, buscavidas, se me hace convicción que la
poesía ya estaba todo el rato ayí, velando armas por esta
buena gente senciya. Tanto Irmita La Gringa como Luisito El
Risitas, garrapateaban, en esa precariedad y en aquel desamparo,
sus lindas rimas verseadas. Y mi viejo, ¡era un excelente cantor
de tangos y milongas! Apunto esto, para hacerle saber que no nací
ni crecí en un repoyo...
Segundo
- La poesía entraba a nuestras
piesas por la radio: los hogares humildes teníamos ese incalculable
beneficio. La gauchesca de Fernando Ochoa, la urbana de Héctor
Gagliardi, la voz cada tanto de ‘El amigo invisible’ o Carlos
Arturo Orfeo y ‘su pluma y su palabra". ¡Eran chubascos
luminosos en las noches cerradas! ¡Y las letras de los tangos!
¡Y los grandes romances de los bardos folclóricos: Atahualpa
Yupanqui, Manuel J. Castilla, Jaime Dávalos, el Chango Rodríguez!’
Todo se hacia descifrable y lúdico para un muchachito inquieto.
Las palabras cobraban sentido, referían cuestiones inefables,
narraban historias y aventuras crueles o divertidas. La denominada ‘poesía
culta’, proveniente de la lectura, vendría tiempo
después…
Aqueya poesía popular
era un beatífico bálsamo: senialaba cosas muy hermosas
y de intensa fantasía y altos propósitos. Esa poesía,
hacía mejor, más digna y buena a las audiencias. ¡Entraba
por las orejas pero yegaba al corasón! La otra, -como escribía
Raúl Gustavo Aguirre -, ‘para ser leída a la
luz de una lámpara o a la luz del napalm’, entraría
con el colegio secundario: Neruda, Mistral, Huidobro, Pedro Salinas,
Rafael Alberti, García Lorca, Miguel Hernández (sus
nombres resuenan en mi memoria como monedas de oro, decía
Henry Miller de algunos bandidos amigos de su infancia). Mis resonantes
monedas de oro también fueron y siguen siendo aqueyos poetas
de mi juventud.
Cuando a los 20 anios me acerqué
a un grupo de ‘creadores inéditos’ (Gianni
Siccardi, José Peroni, Miguel Menassa, Alberto Cousté,
Pablo Ananía), reunidos cerca de la Facultad de Medicina donde
ya cursaba esa carrera universitaria, y en un resonante bar yamado Los
estudiantes, me abrí a nuevas percepciones decisivas: César
Vallejo, Cesare Pavese, Dylan Thomas, René Char. Y entró
el primer torbellino fresco y rebelde de los poetas argentinos: Luis
Franco, José Portogallo, Raúl González Tuñón
y, especialmente, el entrerriano universal, Juanele Ortiz. Ni qué
decir del crédito lírico y ético que nos abrió
la proeza intelectual e internacionalista de la revista Poesía
Buenos Aires. Siempre acariciaré a ese tiempo como a un tierno
animal y de los más fieles amigos de los hombres bienintencionados...
Dos impromptus:
Me veo cantando con mi cumpita Coco Basualdo, en el umbral de ladriyos
del convento de la caye Lavalle al 500, en san Fernando. Tenemos algo
más de diez anios. Imitamos, como podemos, al dúo Carlos
Dante y Julio Martel, vocalistas de la orquesta típica de Alfredo
De Angelis. Otra vez: ¡la fuente inagotable de la radio! Las violas
irán al frente…
Y el otro rapto:
camino a san Isidro (ayí funcionaba el Colegio Nacional donde
asistía), leo en voz queda y en la cola del colectivo 60, mientras
espero entre otros adormilados y madrugadores, los versos escritos la
noche anterior. Quiero comprobarme que existen, que resisten, que no
se han borrado ni disuelto, que son válidos, que soy poeta...
Tercero
-Aquel
grupo de amigos poetas, escritores (Vicky Rabin – hoy destacada
novelista dit Victoria Slavutzki -, Néstor Sánchez, Carlos
Espartaco), pintores (Roberto Broullón, Pablo Obelar, Esperilio
Bute, Alberto Cedrón), dramaturgos, músicos y cantantes,
nos organizamos alrededor de una editorial autogestionaria: SUNDA B.A.,
donde publicamos nuestros poemarios experimentales y los de autores
como Diana Macchiavelo, Ruy Rodríguez, Germán Leopoldo
García, Enrique Molina, Daniel Ortiz, Gregorio Kohon...
Personalmente jamás conseguí
establecer si el concepto de Inconsciente (Freud, 1900) nos yevó
al surrealismo (Breton, 1924) o viceversa: un hombre desconocido para
sí mismo, su vida, su arte, estaba dramáticamente en juego.
Adherimos entusiastas al desciframiento de ese enigma. Y, por supuesto,
a las propuestas nativas de Enrique Pichón Rivière y Aldo
Pellegrini.
Hacia finales de los 60, descubrí que para acceder a los textos
había que saber leer y la ambición de nuestra poética,
era la de alcanzar la mayor cantidad de ciudadanos del pueblo, ¡aunque
fueran analfabetos! De ayí, y de lo aprendido de una experiencia
en Nueva York, donde escuché ‘cantar’ a Allen Ginsberg
poemas de William Blake, me dije: ‘Si Allen, con esos poquísimos
recursos, lo hace, ¿porqué no voy a intentarlo yo con
mis propios textos y melopeas?’.
De regreso a Buenos Aires, escribí y compuse alrededor de 50
canciones en seis prolíficos meses torrenciales. Y, acompañado
por las dos guitarras de los hermanos Albe y César Pavese, muchachos
provenientes de la ciudad de Azul, comencé a cantar mis temas
en bares, galerías de arte, unidades básicas, el Instiuto
Di Tella y salitas de teatros independientes: Teathron, Payró,
Kraft… Era uno más del fuerte movimiento de canción
de protesta, cuyos representantes prodigiosos eran: La Nueva Trova Cubana,
la Nueva Canción Chilena, la Nueva Canción Uruguaya, el
Movimiento de Música Popular Brasilenia. América Latina
se salía por los cuatro costados con sus ganas de una canción
poética que representara nuevos sentimientos, compromisos, testimonios,
ideales de cambio!
Era un tiempo feras que desafortunadamente,
poco tiempo después, se hizo feros...
¡La poesía es pan para
hoy y hombre para el maniana!
¡Yo no me fui! ¡Me
fueron! La amenazante realidad argentina después del golpe militar
de marzo del 76, hizo que cada cual que quisiera garantizar su vida
y la de los suyos, se pusiera a recaudo. En 1972, había fundado
Canto Popular Urbano (CPU), y los militares genocidas no perdonarían
a esos cantamanianas que con versos panfletarios quieren esclarecer
a las masas.
Fuimos denunciados y perseguidos. Dos de nuestros queridos companieros,
forman parte de la larga lista de 30.000 detenidos-desparecidos: Héctor
Rivera y Nazareno Greco. Cada vez que viajo a Buenos Aires (retorné
en 1986 y luego volví otras siete veces), deseo intensamente
reunirme con los familiares de estos artistas populares y revolucionarios
para condolernos con eyos, pero no lo consigo... En marzo del 2006,
realizamos con Norma Peralta, Thono Báez y Miguel Cantilo, un
vibrante tributo al CPU, en el teatro La Máscara, del
barrio de san Telmo. ¡La memoria de los cumpas cantó muy
alto esa noche con nosotros!
A diferencia de los coetáneos exilios uruguayo
(1972) y chileno (1973), el exilio argentino -una violación flagrante
mas de los derechos humanos-, no ha sido hasta ahora debidamente evaluado
ni estudiado ni reparado. Tal vez porque los dramas de los ‘presos
políticos’, los ‘detenidos-desaparecidos’,
la ‘usurpación y procura de hijos de militantes asesinados’,
estremecieran y ocuparan un indiscutible primer plano acuciante.
O porque los ciudadanos desterrados, no provenían ni serían
resguardados por los aparatos de partidos como el socialista o el comunista…
El exilio argentino se compuso de cuadros y simpatizantes peronistas
radicales y de los de ultraizquierda… ¡O quisás,
por la trágica suma de todo esto!
Hacia
1998, un grupo de congresistas nacionales, lanzó el proyecto
de una reparación histórica, política, cultural,
científica y económica del proteico exilio argentino.
Todos elementos reivindicativos que deberián ser un solo elemento
de unidad, resistencia y actitud hacia las generaciones futuras. Pero
han surgido conflictos de conducción, de interpretaciones, de
excusas inasumibles. ¡Al exilio argentino, el pueblo argentino
no nos debe nada! ¡El Estado argentino nos lo debe todo!
Después de ocho anios de reclamos,
testimonios y negociaciones, las reparaciones pendientes no solo están
en punto muerto sino que también están en dique seco.
Y eso que los DDHH en Argentina ocupan y preocupan a los actuales dirigentes.
Sin embargo... El exilio... ¡Es como si hubiera sido injustamente,
otra vez, reenviado a un nuevo exilio! Exilio del exilio,
sería la inaudita figura...
Lo que usted denomina 'años
de plomo', para nosotros lo fueron también de ácido nítrico.
El plomo, por pesado, deja güeyas. El vitriolo corroe, volatiliza
las pruebas del delito. Sin cuerpo del delito, no hay culpables. Sin
estos, imperaría la impunidad. Ese debió ser el proyecto
criminal y delirante de la junta genocida. Necesitamos la cicatrización
correcta de ese aujero negro para nuestro porvenir histórico.
Nada estable se construirá sin esa plena sutura. Estos agravios
a la memoria popular, no prescriben jamás.
Datos biográficos de Martín
‘Poni’ Micharvegas
Además de médico y psicoanalista, Micharvegas (San Fernando,
1935, provincia de Buenos Aires, Argentina), está considerado
un destacado artista multidisciplinar: poeta, músico, pintor,
compilador de poesía latinoamericana, periodista, editor autogestionario.
Nada escaparía a los intereses culturales de este ‘prestidiagitador
de la palabra’, como lo definiera Luis Eduardo Aute. Madrid, donde
vive desde 1977, es para Micharvegas, su centro de operaciones desde
el cual irradia su contagiosidad comunicativa. En la tesis doctoral
del Licenciado Hernán Jaime Fontanet Villa:’Poéticas
de exilio: Micharvegas, Constantini, Gelman, Lamborghini, Urondo y Sylvester’
(Universidad Autónoma de Madrid, agosto de 2002), puede accederse
a un riguroso análisis de su producción escritural.
Es autor de una veintena de títulos, entre los que destacan:
‘Las Horas Libres’ (SUNDA B.A. Bs.As., 1966); ‘La
palabra es un hecho’, con prólogo de José Hierro
( Proletras Latinoamericanas, Madrid, 1980 ); ‘Dichosos los ojos
que te ven!’, con prólogo de José Esteban (Proletras
Latinoamericanas, Madrid, 1986); ‘Narrenturm: La Torre de los
Locos’, con prólogo de Luis Eduardo Aute ( Proletras Latinoamericanas,
Madrid,1994 ); ‘Parajodas (sic)’ (FPI -Fondo Poetario Internacional-,
Madrid, 2002 ).
Fernando González Lucini le
dedica un capítulo muy interesante en su reciente libro ‘El
canto emigrado de América Latina’ (Ediciones Fundación
Autor, Madrid, junio 2007), dentro del tercer volumen de ‘...Y
la palabra se hizo música’, donde estudia el fenómeno
de la canción de autor y sus significación e influencias
decisivas dentro de la transición democrática española.
Como dibujante y pintor, realizó
numerosas muestras individuales y colectivas, ya en España como
en otros países europeos. Ilustra sus libros así como
notas y comentarios que publica en prensas político culturales.
Textos y poemas de su autoría
han sido traducidos al portugués, francés, italiano, inglés,
alemán y sueco.
_______________________
Para
saber más
Recuadro con algunos aforismos
de su libro Parajodísimas (I Poeti Nomadi, Buenos Aires
/Madrid, 2003 / 2007):
¡Felices edades!
*
¡Feliz banio nuevo!
*
¡Felices Reyes Pagos!
*
La historia contemporánea es más veloz
*
Aclarando:
’¡Es un prosaico que dice escribir versos
y un loco, que dice ser psiquiatra!’
*
Leído:
’Toda la literatura
se construye con 24 letras’.
*
Localización:
’El Infinito’ está
en el arroyo Caraguatá al 884!
*
Magistral:
La identidad es la memoria!
Pero quiénes son los que recuerdan?
*
Democracia totalitaria.
Dictadura mediática.
*
Quién monta un cabayo cansao
pa'ganar una cuadrera?
*
... o encontrar el espectro
del Trade World Center
en el rincón más florido
de los jardines de Babilonia...
*
Paco Almazán:
’¿Por qué no te vas a Tebas?’
*
La Bolita
’Se necesita esquizofrénico
para hermanas siamesas…’.
*
Variación Shingó, El Monje Nómade:
’¿Porqué si dudo que lo real lo sea,
creo sin crítica que el suenio es sólo suenio?’
*
¡Los esfuerzos que no hicimos
para araniar el cielo
y él estaba bajo nuestros pies!
*
Cuando aquí es hoy,
ayá todavía no lo es…
*
Como peces sacados del agua
aquí nos han dejado boquiando
al aire del exilio…
*
Anticabralista:
¡No sólo no muero contento
sino que tampoco hemos batido al enemigo!
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DATOS DEL AUTOR:
Alejandro Cavalli (Santa Rosa, La Pampa, Argentina,
1975).- Cursó el taller de poesía dictado por la poeta
Aurestela Mini entre 1994-1999; y el de narrativa del escritor Guillermo
Saccomanno durante 2004. Se recibió de Periodista y de Licenciado
en Comunicación Social en la Escuela Superior de Periodismo,
Instituto Grafotécnico, Buenos Aires. Ha trabajado para la Agencia
Internacional de Noticias Literarias Librusa, el diario argentino Infobae,
y para el periódico mexicano Excélsior, el sitio mexicano
www.palabrasmalditas.net y el sitio argentino www.4semanas.com.ar, entre
otros medios. Actualmente vive en Capital Federal, Argentina, y trabaja
escribiendo para el diario pampeano La Arena, para el sitio
de Internet Latinoamericano www.newpolitic.com y para la revista mexicana
Replicante. Ha publicado, entre otras obras, el poemario El
agua de la sombra (Editorial Extra, Argentina, 1997) y la novela
El hombre de la pipa (www.amarilloeditores.com). Entre sus textos inéditos
se encuentran Los orígenes del alga (poesía);
Podrías decirle unas palabras, preguntarle cómo está
la niña (poesía); Almejas profundas de la bella
dona (poesía); Charango (obra de teatro infantil
para títeres) y Berta (novela).