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Huelga de bebés
Enrique Olmos de Ita
03/06/2007


Obra infantil breve

Personajes


Locutor.
Reportero.
Señora Francisca.
Señora Lucrecia.
Doctor.
Partera.
Camarógrafo.

Instrucciones

Se trata de un noticiero que realiza un enlace en vivo a un hospital a propósito de una huelga de nacimientos. Las mujeres embarazadas deben estar exageradamente gordas.

Aparece un locutor de noticias, mirando fijamente a la cámara

LOCUTOR: Ahora sí. Hemos llegado a la noticia principal de este sistema de información. Tal y como se lo anuncié antes de la pausa. La crisis ha llegado, ya está en nuestro país y es innegable: ¡los niños no quieren nacer! Se ha expandido la huelga de bebés. ¡Se rehúsan a emerger, los niños no quieren salir del vientre!

En lo que va de la semana, según cifras oficiales, proporcionadas por la Secretaría de Partos y Defunciones, por lo menos, tres mil bebés que tenían fecha para ver la luz del mundo en estos días, han preferido seguir nadando en el vientre de su madre.

Vamos a ampliar la información con nuestro reportero que se encuentra en el hospital 'Del infante'. Adelante con tu reporte...

El reportero mira fijamente con una sonrisa, se decide a hablar con micrófono en mano. Lo acompañan dos mujeres muy obesas.

REPORTERO: Muchas gracias. Como bien dijiste, nos encontramos en el hospital ‘Del infante’, en el que desde hace quince días no se ha registrado ni un solo nacimiento por medios naturales. Incluso los bebés se han rehusado a nacer bajo operación, como si se tratara de una lucha entre médico y bebé, muchos de los nonatos se han devuelto a las entrañas de su madre, no quieren salir de ahí.

Se niegan, simplemente no quieren. Hemos visto que las señoras embarazadas han venido, después de los acostumbrados nueve meses y nada, los nenes se resisten a nacer.

Tengo aquí, para que nos conceda unas breves palabras, a las señoras... ¿Cuáles son sus nombres?.

LUCRECIA: Me llamó Lucrecia.

PANCHA: Yo me llamo Francisca, pero me dicen Pancha.

REPORTERO: Muy bien, señora Lucrecia, si usted es tan amable de relatarnos cómo va su problema: ¿Qué ha sucedido con su criatura?

LUCRECIA: Claro que sí. Pues fíjese que yo ya llevo trece meses y dos semanas de embarazo y el niño pues no quiere nacer, nada más no.

REPORTERO: ¡Esto es inaudito! Nunca lo habríamos pensado. Trece meses y dos semanas. Caray, es un asunto de salud pública. ¿Qué le ha dicho su doctor?

LUCRECIA: Que tenga paciencia. Que algún día debe nacer. ¡Aunque yo no veo cuándo!

REPORTERO: ¿Y corre algún riesgo su vida?

LUCRECIA: No, el doctor dice que no hay peligro mientras siga comiendo bien y duerma las horas necesarias.

REPORTERO: Pero, señora, ¿no ha pensado usted en hacerse una cirugía? ¿Extraer al niño aunque no quiera nacer?

LUCRECIA: La mera verdad es que yo quiero que nazca sin cesárea. Para mí lo mejor es que nazca por medios naturales. Además me da mucho miedo la operación.

PANCHA: No queremos intervención médica.

LUCRECIA: Así es.

REPORTERO: Pues ni hablar, señora.

PANCHA: ¡Si los niños no quieren nacer todavía, no hay por qué apresurarlos!

REPORTERO: La señora Lucrecia; por favor, que se acerque la cámara y que se vea que efectivamente está embarazada, de más de trece meses. Y como ella, decenas de mujeres que se encuentran aquí, en el hospital ‘Del infante’, y que no han podido dar a luz. Esta situación se repite en casi todos los puntos del país.

Díganos, doña Francisca, ¿Qué problema tiene usted?

PANCHA: Éste es mi tercer hijo. Los otros dos nacieron sin problema, pero éste ya se retrasó casi un año.

REPORTERO: ¿Un año? ¡Eso es increíble! Casi un año y nueve meses lleva esta señora con su bebé adentro. ¿No le parece demasiado tiempo?

PANCHA: Pues el tiempo que el niño quiera.

REPORTERO: Pero, señora, ¿qué usted no tiene que trabajar?...

PANCHA: Pues sí, pero con el bebé adentro no puedo hacer nada. Fíjese nada más en mi panza. Puede nacer en cualquier momento, me ha dicho el médico, así que tengo incapacidad.

REPORTERO: ¡Casi un año de retraso en su parto! ¡Una cosa inusitada!

Al parecer, sin tener todavía un comunicado oficial, los bebés han desatado una huelga de nacimientos. Hasta el momento se ignoran las causas y no se ha podido precisar la gravedad del fenómeno, lo cierto es que las industrias de los juguetes, los pañales y las guarderías han levantado voces de protesta ante tal acontecimiento.

Bien, pues le agradecemos a la señora Lucrecia y la señora Francisca su tiempo y regresamos al estudio. Éste fue mi reporte.

El camarógrafo y su herramienta de trabajo dejan de mirar al reportero y se concentran en el locutor de noticias.

LOCUTOR: ¡Vaya cosas! Esta noticia tiene al mundo paralizado. La ciencia ya trabaja en establecer contacto con el posible líder de este grupo de huelguistas, de este grupo subversivo que tiene al país de cabeza. Sin embargo se piensa que el cabecilla debe estar todavía en el vientre de su madre y por lo tanto todavía no hay una respuesta precisa.

Mientras tanto, yo recibo en el estudio a dos especialistas en el tema, que tuvieron a bien aceptar nuestra invitación para conversar acerca de este problema de salud pública. En primer lugar el doctor Ignacio Coronado, ginecólogo del Centro Nacional de Bebés. Y la señora Beatriz de la Borbolla, directora del Grupo de Parteras Anónimas de esta ciudad.

La primera pregunta para nuestro doctor invitado es simplemente ¿Qué está sucediendo con estos niños revoltosos que se rehúsan a nacer?

DOCTOR: Creo que se trata de un caso extraño, muy extraño en la medicina moderna, pero fácilmente deducible. Es muy probable que la alimentación de las madres, sumado al cambio de clima en el planeta, además del exceso de contaminantes en el aire, haya originado un desequilibrio biológico. Y esa sea la causa para que los nonatos, no quieran nacer, un principio anatómico les impide...

LOCUTOR: Entonces, según la ciencia médica, los bebés se rehúsan a nacer por cuestiones meramente químicas y biológicas. Lo cual resulta sumamente comprensible.

DOCTOR: ¡Así es! Es muy claro que detrás de este retraso de los periodos de gestación no hay más que una respuesta de orden científico. Creemos que en días o semanas la situación se normalizará y seguirán naciendo.

LOCUTOR: Perfecto. Ahí tiene una opinión calificada del doctor Coronado. ¿Qué opina usted, señora de la Borbolla? ¿Por qué no quieren nacer los bebés?

PARTERA: No creo que se deba a las causas que expresó el médico...

LOCUTOR: ¿No? Entonces, por favor, comparta con el auditorio su opinión.

PARTERA: Yo creo que simplemente no es este mundo lo que los niños esperaban.

LOCUTOR: Caray, bueno, también es una razón comprensible. Entretanto hagamos una pausa y continuamos después del corte...


Imagen: FLORES, Sandra, Barbie.

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MÁS DE ENRIQUE OLMOS DE ITA:

www.dramaturgiamexicana.com

purodrama.blogspot.com

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DATOS DEL AUTOR:


Enrique Olmos de Ita (Llanos de Apan, Hidalgo, México. 1984). Es dramaturgo, narrador y crítico de teatro en Milenio diario. Está publicado en varias antologías de dramaturgia y cuento contemporáneo, entre ellos los trabajos No ganarás (Tierra Adentro-Centro Cultural Helénico) , Últimas simientes (Universidad Nacional Autónoma de México) Un curso de milagros (Cd rom–Dramaturgos mexicanos) Ciudad catorce (Ficticia) Huelga de bebés y Exaudi quaesmus Dómine (Fonca) y Perla triste (Letras pachuqueñas), además del libro La voz oval (Fondo Editorial Tierra Adentro), que contiene seis piezas teatrales.
Becario FOECAH 2004, beneficiario de PACMYC 2006, becario FONCA Jóvenes Creadores 2005-2006, becario por la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores, en España 2006-2007, y del Consejo de las Artes y de las Letras de Québec-FONCA 2007, en Montreal. Radica en Córdoba Omeya, Andalucía, España. (www.revistaespiral.org)