Obra infantil breve
Personajes
Locutor.
Reportero.
Señora Francisca.
Señora Lucrecia.
Doctor.
Partera.
Camarógrafo.
Instrucciones
Se trata de un noticiero que realiza un enlace en vivo a un hospital
a propósito de una huelga de nacimientos. Las mujeres embarazadas
deben estar exageradamente gordas.
Aparece un locutor de noticias, mirando fijamente a la cámara
LOCUTOR: Ahora sí. Hemos llegado a la noticia principal de este
sistema de información. Tal y como se lo anuncié antes
de la pausa. La crisis ha llegado, ya está en nuestro país
y es innegable: ¡los niños no quieren nacer! Se ha expandido
la huelga de bebés. ¡Se rehúsan a emerger, los niños
no quieren salir del vientre!
En lo que va de la semana, según cifras oficiales, proporcionadas
por la Secretaría de Partos y Defunciones, por lo menos, tres
mil bebés que tenían fecha para ver la luz del mundo en
estos días, han preferido seguir nadando en el vientre de su
madre.
Vamos a ampliar la información con nuestro reportero que se encuentra
en el hospital 'Del infante'. Adelante con tu reporte...
El reportero mira fijamente con una sonrisa, se decide a hablar
con micrófono en mano. Lo acompañan dos mujeres muy obesas.
REPORTERO: Muchas gracias. Como bien dijiste, nos encontramos en el
hospital ‘Del infante’, en el que desde hace quince días
no se ha registrado ni un solo nacimiento por medios naturales. Incluso
los bebés se han rehusado a nacer bajo operación, como
si se tratara de una lucha entre médico y bebé, muchos
de los nonatos se han devuelto a las entrañas de su madre, no
quieren salir de ahí.
Se niegan, simplemente no quieren. Hemos visto que las señoras
embarazadas han venido, después de los acostumbrados nueve meses
y nada, los nenes se resisten a nacer.
Tengo aquí, para que nos conceda unas breves palabras, a las
señoras... ¿Cuáles son sus nombres?.
LUCRECIA: Me llamó Lucrecia.
PANCHA: Yo me llamo Francisca, pero me dicen Pancha.
REPORTERO: Muy bien, señora Lucrecia, si usted es tan amable
de relatarnos cómo va su problema: ¿Qué ha sucedido
con su criatura?
LUCRECIA: Claro que sí. Pues fíjese que yo ya llevo trece
meses y dos semanas de embarazo y el niño pues no quiere nacer,
nada más no.
REPORTERO: ¡Esto es inaudito! Nunca lo habríamos pensado.
Trece meses y dos semanas. Caray, es un asunto de salud pública.
¿Qué le ha dicho su doctor?
LUCRECIA: Que tenga paciencia. Que algún día debe nacer.
¡Aunque yo no veo cuándo!
REPORTERO: ¿Y corre algún riesgo su vida?
LUCRECIA: No, el doctor dice que no hay peligro mientras siga comiendo
bien y duerma las horas necesarias.
REPORTERO: Pero, señora, ¿no ha pensado usted en hacerse
una cirugía? ¿Extraer al niño aunque no quiera
nacer?
LUCRECIA: La mera verdad es que yo quiero que nazca sin cesárea.
Para mí lo mejor es que nazca por medios naturales. Además
me da mucho miedo la operación.
PANCHA: No queremos intervención médica.
LUCRECIA: Así es.
REPORTERO: Pues ni hablar, señora.
PANCHA: ¡Si los niños no quieren nacer todavía,
no hay por qué apresurarlos!
REPORTERO: La señora Lucrecia; por favor, que se acerque la cámara
y que se vea que efectivamente está embarazada, de más
de trece meses. Y como ella, decenas de mujeres que se encuentran aquí,
en el hospital ‘Del infante’, y que no han podido dar a
luz. Esta situación se repite en casi todos los puntos del país.
Díganos, doña Francisca, ¿Qué problema tiene
usted?
PANCHA: Éste es mi tercer hijo. Los otros dos nacieron sin problema,
pero éste ya se retrasó casi un año.
REPORTERO: ¿Un año? ¡Eso es increíble! Casi
un año y nueve meses lleva esta señora con su bebé
adentro. ¿No le parece demasiado tiempo?
PANCHA: Pues el tiempo que el niño quiera.
REPORTERO: Pero, señora, ¿qué usted no tiene que
trabajar?...
PANCHA: Pues sí, pero con el bebé adentro no puedo hacer
nada. Fíjese nada más en mi panza. Puede nacer en cualquier
momento, me ha dicho el médico, así que tengo incapacidad.
REPORTERO: ¡Casi un año de retraso en su parto! ¡Una
cosa inusitada!
Al parecer, sin tener todavía un comunicado oficial, los bebés
han desatado una huelga de nacimientos. Hasta el momento se ignoran
las causas y no se ha podido precisar la gravedad del fenómeno,
lo cierto es que las industrias de los juguetes, los pañales
y las guarderías han levantado voces de protesta ante tal acontecimiento.
Bien, pues le agradecemos a la señora Lucrecia y la señora
Francisca su tiempo y regresamos al estudio. Éste fue mi reporte.
El camarógrafo y su herramienta de trabajo dejan de mirar
al reportero y se concentran en el locutor de noticias.
LOCUTOR: ¡Vaya cosas! Esta noticia tiene al mundo paralizado.
La ciencia ya trabaja en establecer contacto con el posible líder
de este grupo de huelguistas, de este grupo subversivo que tiene al
país de cabeza. Sin embargo se piensa que el cabecilla debe estar
todavía en el vientre de su madre y por lo tanto todavía
no hay una respuesta precisa.
Mientras tanto, yo recibo en el estudio a dos especialistas en el tema,
que tuvieron a bien aceptar nuestra invitación para conversar
acerca de este problema de salud pública. En primer lugar el
doctor Ignacio Coronado, ginecólogo del Centro Nacional de Bebés.
Y la señora Beatriz de la Borbolla, directora del Grupo de Parteras
Anónimas de esta ciudad.
La primera pregunta para nuestro doctor invitado es simplemente ¿Qué
está sucediendo con estos niños revoltosos que se rehúsan
a nacer?
DOCTOR: Creo que se trata de un caso extraño, muy extraño
en la medicina moderna, pero fácilmente deducible. Es muy probable
que la alimentación de las madres, sumado al cambio de clima
en el planeta, además del exceso de contaminantes en el aire,
haya originado un desequilibrio biológico. Y esa sea la causa
para que los nonatos, no quieran nacer, un principio anatómico
les impide...
LOCUTOR: Entonces, según la ciencia médica, los bebés
se rehúsan a nacer por cuestiones meramente químicas y
biológicas. Lo cual resulta sumamente comprensible.
DOCTOR: ¡Así es! Es muy claro que detrás de este
retraso de los periodos de gestación no hay más que una
respuesta de orden científico. Creemos que en días o semanas
la situación se normalizará y seguirán naciendo.
LOCUTOR: Perfecto. Ahí tiene una opinión calificada del
doctor Coronado. ¿Qué opina usted, señora de la
Borbolla? ¿Por qué no quieren nacer los bebés?
PARTERA: No creo que se deba a las causas que expresó el médico...
LOCUTOR: ¿No? Entonces, por favor, comparta con el auditorio
su opinión.
PARTERA: Yo creo que simplemente no es este mundo lo que los niños
esperaban.
LOCUTOR: Caray, bueno, también es una razón comprensible.
Entretanto hagamos una pausa y continuamos después del corte...
Imagen: FLORES, Sandra, Barbie.
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MÁS DE ENRIQUE OLMOS DE ITA:
www.dramaturgiamexicana.com
purodrama.blogspot.com
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DATOS DEL AUTOR:
Enrique Olmos de Ita (Llanos de Apan, Hidalgo, México. 1984).
Es dramaturgo, narrador y crítico de teatro en Milenio diario.
Está publicado en varias antologías de dramaturgia y cuento
contemporáneo, entre ellos los trabajos No ganarás
(Tierra Adentro-Centro Cultural Helénico) , Últimas
simientes (Universidad Nacional Autónoma de México)
Un curso de milagros (Cd rom–Dramaturgos mexicanos) Ciudad
catorce (Ficticia) Huelga de bebés y Exaudi
quaesmus Dómine (Fonca) y Perla triste (Letras
pachuqueñas), además del libro La voz oval (Fondo Editorial
Tierra Adentro), que contiene seis piezas teatrales.
Becario FOECAH 2004, beneficiario de PACMYC 2006, becario FONCA Jóvenes
Creadores 2005-2006, becario por la Fundación Antonio Gala para
jóvenes creadores, en España 2006-2007, y del Consejo
de las Artes y de las Letras de Québec-FONCA 2007, en Montreal.
Radica en Córdoba Omeya, Andalucía, España. (www.revistaespiral.org)