Susana Guzner,
La insensata geometría del amor,
Punto de Lectura,
México, 2009,
444 pp.
Homosexualidad femenina. Un tema tan antiguo como debatido, desde que
Safo escribiera loas a sus amadas, hasta nuestros días, en que
el papa Benedicto XVI condena furibundo toda práctica considerada
contra natura, llamándolas pecado.
Susana Guzner (La Plata, 1944) en su novela La insensata geometría
del amor aborda el lesbianismo, centrándose en una pareja:
María y Eva. Las jóvenes se conocen en el aeropuerto de
Roma, donde permanecen varadas tras una amenaza terrorista en Fiumicino
que detiene los vuelos.
María contempla a Eva en una cafetería. Seducida ante
su porte, dice para sí: Madonna, quanto e’ bella…
y elucubra acerca de la chica, temerosa de no volver a verla.
Sin embargo, las circunstancias propician un acercamiento entre ambas.
Así, María -quien guarda un prolongado luto tras la muerte
de su compañera, Lisa, quien ha perecido víctima del cáncer-
vuelve a ilusionarse gracias a Eva, cuyo temperamento impredecible la
desconcierta y fascina.
Sus andanzas por Roma para convivir y matar el tedio les hacen perder
el viaje, una vez descartada la amenaza. La pasión se desata
entre ellas, haciéndolas posponer sus obligaciones (María
es traductora; Eva trabaja en una galería de arte) para emprender
un periplo romántico por Italia antes de regresar juntas a Madrid,
de donde ambas son originarias.
La misteriosa actitud de Eva, quien parece gozar jactándose ante
María de su pasado sexual e interrogándola acerca del
suyo, además de desaparecerse sin avisarle para volver de improviso,
mermará el carácter apacible de esta última, por
la lucha de poder que entonces se origina.
Lucha
de poder que María discutirá con sus amistades, su familia
elegida -donde no sólo hay gays sino también una amiga
hetero- quienes se sienten intrigados ante el dominio que la ambidextra
(como la denomina Esteban, acaso uno de los personajes más encantadores
de la novela), ejerce sobre ella.
La separación de María y Eva es inminente tras meses de
agridulce convivencia, en que las nimiedades se van acumulando para
transformarse en una situación intolerable, lo cual deja postrada
a la primera: desempleada, deprimida y con padecimientos psicosomáticos.
Los sentimientos ambivalentes de la protagonista bien pudieran resumirse
en lo que sor Juana llama el amoroso tormento, ése que empieza
como deseo y acaba en melancolía. Aun así, se aferra a
una esperanza, que se cumplirá de modo insospechado…
Guzner hace una crítica de la imitación que suelen hacer
las parejas homosexuales de los roles propios del machismo (activo/pasivo);
de lo terrible que resulta no asumir la propia orientación, no
sólo por miedo a sí mismos, sino por temor al rechazo,
a veces infundado, generalmente real. De la homofobia que no sólo
se conforma con el insulto, la mofa, el escarnio, sino que llega, incluso,
a la aniquilación de los raros (as), caso de Diana, expareja
de Silvia –amiga de María-, quien muere tras humillantes
tratamientos médicos.
Es admirable la capacidad de la autora para exponer la complejidad del
amor sáfico sin caer en lo panfletario. No en vano esta novela
ha sido traducida al neerlandés, francés, polaco, portugués
y alemán; y considerada la mejor novela contemporánea
de temática lésbica en lengua castellana, según
una encuesta aplicada a lectores hispanohablantes, realizada en Internet.
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DATOS DE LA AUTORA:
Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa,
México, 1981).- Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas
por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Narradora. Redactora
de www.homines.com.
Subdirectora de www.revistaespiral.org
Ha participado en los talleres literarios de los escritores mexicanos
María Baranda, David Toscana, Cristina Rivera Garza, Andrés
de Luna, Federico Campbell, Anamari Gomís y Antonio Deltoro.
Textos suyos han sido publicados en España, Chile, México,
Estados Unidos, Brasil y Colombia.