'Muchas veces me imagino que
hay un montón de niños jugando en un campo de centeno.
Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no
hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde
de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños
caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a donde
van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me
gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería
el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería,
pero es lo único que de verdad me gustaría hacer.
Sé que es una locura.'
J.D. Salinger, El guardián
entre el centeno.
J. D. Salinger está vivo, acaba de cumplir 90 años y desde
hace 45 no edita un sólo libro, porque le gusta escribir por
placer para sí mismo y su vida ha llegado a ser tan mistriosa
y privada que lo más probable es que él también
la desconozca. Un hombre que no le ha hecho concesiones ni a las portadas
de sus libros. No quieren que lleven ilustraciones ni fotografìas
suyas, menos se ha rendido a la fama desde que es autor de culto con
su obra El Guardián entre el centeno. Mucho se ha comentado
sobre ese libro, la libertad con que está escrito, frescura,
todos los clichés habidos y por haber, ese encanto que te lleva
a abrazar al protagonista y al autor, diría. Un viaje iniciático
de un adolescente norteamericano Holden Caulfield, por un mundo material,
hipócrita y con el glamour de la desesperanza . ¿Qué
podría pensar hoy J.D. Salinger de lo que está afuera,
un mundo como si fuera un dinosaurio despachándose un Big Mack
en alguna escalinata de Manhattan sin asco?
J.D. Salinger prefirió sus
iniciales que Jerome David Salinger. Su padre, rico judío polaco
vendedor de quesos se llamaba Sol Salinger, y es probable que haya huido
de la SS. Su primera mujer fue una doctora francesa, se llamaba Sylvia.
Después volvió a casarse y viviò al parecer una
vida algo alejada del sexo, entre vegetariano, el zen, y su trabajo
diario. Se enfundaba en un overol azul y escribìa durante el
dìa y en la noche guardaba con llaves sus escritos. Un personaje
difícil de descifrar, su hija dice que era tradicional que se
bebiera sus orines. ¿Las personas o la literatura tienen sus
misterios o ambas? Pienso que la guerra hizo efectos en su espìritu,
cambiò su percepciòn de la vida, las gentes, en el entorno
social y se atrincherò. Un soldado desconocido de su propia palabra.
fueron años difíciles cuando escribiò el Guardiàn
o el cazador, época del macartismo, del intento de suicidio de
Syvia Plath y del propio Allen Ginsberg.
Por primera vez entré en contacto con JD, en la Universidad,
1966, cuando Antonio Skármeta nos leyò: El día
perfecto para el pez banana, y cuyo personaje central, Seymour Glass,
termina suicidándose.
Entrevistarle, llegar a su casa, respirar un poco de su aire, saber
que ha hecho durante estas últimas décadas, es una tarea
para arqueólogos, investigadores que no necesitan tratar con
la cosa viva. Es un Faraón que ya vive en su pirámide
de silencio. Combatió en Normandìa, tiene una portada
en el Time, está prohibido El cazador oculto o El
Guardián entre el centeno, y en muchas escuelas se lee al
mismo tiempo con veneraciòn de monje medieval. JD no fue al entierro
de su padre. No soportó la gira polaca para que conociera el
negocio de los quesos y él se transformara en un fabricante.
Su queso era la literatura y una serie de manías de las cuales
habla con lujo y detalles su hija. Lo que no sabe JD es que un escritor
verdadero se transforma en más público que un semáforo
y puede llegar a competir con una Catedral sin fieles o con infieles
llenos de felicidad. Se venden 250 mil ejemplares anuales de su best
seller.
JD se internó en un boque de
Cornish New Hamphire en el límite con Canadá, no quiere
saber del mundo, 'sòlo puedo soportar la sociedad allí
afuera mientras tengo puestos mis guantes de goma'. Habla como
un cirujano sobre el quirófano mientras le da respiración
boca a boca a su propia sombra. Un aviso muy claro evita cualquier confusiòn
al intruso visitante: PROHIBIDO EL PASO Su casa queda detrás
de si mismo, es un lugar inalcanzable, sólo se divisa vagamente
cuando caen las hojas en Otoño y el viejo, díscolo, inefable
soldado de infantería se desplaza bajo la responsabilidad de
su propio enigma entre esas inexpugnables paredes de ausencia. El enemigo
pareciera estar por todas partes. El arte del camuflage es indispensable
para eludir todo contacto. Pero un día traspasó esa fortificación
Joyce Maymar, una despierta y audaz jovencita de 19 años que
se transformaría en su amante por unos meses y después
confrontaría disputas por una biografía que Salinger abominó.
Ella escribía y veía en el un maestro. ella después
se haría una famosa escritora y tendría un último
diálogo con JD, sin sentido, aunque ella buscaba el hilo por
qué él le habìa escrito al inicio y traido a su
casa. No lo comprendió hasta el final. El viejo Salinger no concedía
ni una gota de oxígeno a sus oponentes y éstos eran todos
los que estaban frente a él.
Un dato que pareciera que nunca logró quitarle el sueño
es que el asesino de John Lennon, Mark David Chapman, llevaba entre
sus pertenencias el día que el disparó al beatle, un ejemplar
de El Guardián entre el centeno (The catcher in
the rye). ¿Éste era un hijo de Salinger? ¿Un
muchacho difícil como su personaje....qué buscaba en realidad
con la muerte de su ídolo? La vida tiene caminos más extraños
que la propia literatura.
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DATOS DEL AUTOR:
Rolando Gabrielli (Santiago de Chile, 1947).
Estudió Periodismo en la Universidad de Chile. Ejerció
hasta el 11 de septiembre de 1973 en su país. Fue Corresponsal
Extranjero en Colombia y Panamá (1975-79). Funcionario Internacional,
experto en la industria bananera, encargado de estrategias para los
ocho países de la región miembros de la UPEB, Editor de
la publicación científico-técnica y económica,
con circulación en 56 países, columnista de la revista
alemana D+C (1979-89). Escribe para varios periódicos panameños
como Analista Internacional y trabaja en el programa de la Unión
Europea-PNUD, Tips On Line, mercadeo de oportunidades empresariales
vía Internet. Asesor en estrategias empresariales, editor de
Suplementos especializados, ha trabajado y lo hace actualmente en marketing.