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El nacimiento pictórico de Frida Kahlo
Susana Hermoso-Espinosa García
15/01/2004


En 1922 Frida inicia sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria. Es en este lugar donde ve por primera vez a Diego Rivera (1886-1957), quien había regresado a México tras años de viajes por el mundo aprendiendo. Él tenía 36 años, una pintoresca forma de de vestir, con su gran sombrero Seston, sus grandes zapatos de minero y un cinturón ancho de piel, que a veces sustituía por una cartuchera. Se encontraba realizando en el anfiteatro Bolívar, el auditorio de la Escuela, el mural: La Creación, obra que le fascinó enormemente [Nota 1]. Rivera contó a Gladis March la primera impresión que le causó la pequeña Frida: “Poseía una dignidad y confianza en sí misma poco comunes y un fuego extraño brillaba en sus ojos. Su belleza era la de una niña, más sus senos estaban bastante desarrollados”. [Nota 2]

    

    

Por esta época, toma algunas clases de dibujo con el maestro Fernando Fernández, un reconocido grafista publicista amigo de su padre, cuyo estudio se encontraba muy cerca de la Escuela. No sólo se limita a las clases de dibujo, también le enseña a copiar grabados del impresionista sueco Anders Zorn (1860-1920). Sin embargo, y a pesar de su interés por estos temas, no es hasta 1926 cuando Frida, y por motivos ajenos a ella, le da prioridad a la pintura.

Llevaba una vida plena, haciendo lo que quería, cuando el 17 de septiembre de 1925, sufre un terrible accidente cuando viajaba en un autobús, en compañía de Alejandro Gómez Arias, entonces su novio. El resultado fue terrible, ese accidente la estigmatizaría toda la vida, convirtiéndose en el manantial de horrores físicos y en muchos momentos, en el origen de la tragedia, que tanto reflejaba en su obra artística. En una de las cartas que Frida envió a Alejandro Gómez Arías en 1927 decía: “Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas”.

Durante la convalecencia, y ante el aburrimiento por la inmovilidad impuesta, empieza a pintar sus primeras obras: retratos oscuros, de formas rígidas y convencionales. En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo Autorretrato con traje de terciopelo como regalo a Alejandro (en la parte trasera del lienzo escribió en alemán: “Hoy es siempre todavía”), obra que tras la ruptura de la pareja, Alejandro le devolvió, y fue una de las cuatro pinturas que mostró a Diego Rivera para pedirle opinión sobre su trabajo.

    

Otra pintura de estos años y donde queda reflejado claramente su estado de ánimo, es el retrato que hizo de su amigo Miguel N. Lira, en 1927. El personaje aparece rodeado de símbolos que aluden, entre otras cosas, a su nombre, un ángel, san Miguel; una lira refiriéndose a su apellido, etc. [Nota 3] Otros retratos de esta época fueron destruidos por la propia artista o han desaparecido. Esta nueva actividad le dio las fuerzas necesarias para levantarse, contra todo pronóstico, pasados dos meses del accidente. Cada dolor, cada miedo o esperanza lo reproducía en las cartas tan apasionadas y desesperadas que le enviaba a Alejandro Gómez, quien se fue de México para poder olvidarla, aunque nunca pudo, sólo el tiempo y sus metas lo consiguieron.

Para lograr que pudiese pintar, en el estado en que se encontraba, hubo que adaptar la cama, se le añadió un baldaquín, al que se le instaló un espejo, de esta manera Frida podía verse así misma, y servirse de modelo [Nota 4]. Aquí comienza su larga producción de autorretratos, que constituye gran parte de su obra. Más tarde ella comentó al respecto: Me retrato a mi misma porque paso mucho tiempo sola y porque soy el motivo que más conozco.

Tras casi dos años de recuperación, la pintora retomó su vida social y se unió al Partido Comunista Mexicano, donde conoció a Tina Modotti, una mujer rompedora ampliamente conocida en los medios artísticos e intelectuales como una renombrada fotógrafa italiana, pero y sobre todo, como una revolucionaria a escala internacional.

  

En 1928, se reencuentra con Diego Rivera, éste acababa de regresar de Rusia, y se encontraba pintando los frescos de la Secretaría de Educación. Habían coincidido en algunas veladas y reuniones a las que asistía con Tina Modotti, pero no había hablado nunca directamente con él. Frida, se arma de valor y decide llevarle sus primeros cuadros solicitándole su opinión. Para que pudiese ver el resto de sus pinturas lo invita a visitar la Casa Azul, Rivera acepta la invitación y muestra un enorme interés por la artista y su obra. Así comienza Diego a frecuentar la Casa Azul para cortejarla. El tenía casi treinta años más que ella, y estaba casado, de hecho era su segundo matrimonio, en París conoció a la pintora Angelina Petrovna Belovna, con quien se casó y tuvo un hijo que falleció al año de nacer. Durante este matrimonio también tuvo una amante Marevna Vorobe-Stebelska, también pintora con quien tiene una hija, a la que no reconoció.

No era atractivo físicamente, aunque siempre estaba rodeado de muchas mujeres, pero era gracioso e inteligente. Diego dejó a su segunda esposa, Guadalupe Marín, con quien tiene dos hijas, Guadalupe y Ruth, en 1928. Tras varios escarceos con algunas modelos, se casa con Frida el 21 de agosto de 1929 en el Palacio Municipal de Coyoacán en la Ciudad de México, a pesar de la oposición de la madre de Frida a esa unión. La celebración de la unión entre el elefante y la paloma, asi los llamaban, pues Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada, tuvo lugar en la casa de la fotógrafa Tina Modotti, donde ofrecieron a los invitados un menú basado en la tradición culinaria nacional mexicana.

Este mismo año, la pareja se mudó a Cuernavaca, la capital del Estado de Morelos (México), con motivo del trabajo de Rivera, que tenía por encargo pintar los murales del Palacio de Cortés, comienza asi un periplo de viajes de la pareja.



(Texto revisado y ampliado el 30 de agosto de 2019)


Nota 1: "Una noche estaba pintando hasta arriba en el andamio mientras Lupe tejí abajo, cuando escuchamos un fuerte griterío y empujones contra la puerta del auditorio. De repente esta se abrió de un golpe y una niña, que no parecía tener más de diez o doce años, fue impulsada hacia adentro. (...) Miró directamente hacia arriba “¿Le causaría alguna molestia que lo viera mientras trabaja?”, preguntó. “De ningún modo, me encanta”, contesté. Se sentó y me miró en silencio, los ojos fijos en cada movimiento de mi pincel. (...) La niña se quedó ahí más o menos unas tres horas. Al salir sólo dijo “buenas noches”. Extracto procedente de la autobiografía de Diego Rivera: My Art, My Life.

Nota 2: LE CLÉZIO, Jean Marie. Diego y Frida, editorial Diana, México, 1996, pp. 19-20.

Nota 3: Pinté a Lira porque él me lo pidió, pero está tan mal que no sé ni cómo puede decirme que le gusta. Buten de horrible (...), tiene un fondo muy alambicado y él parece recortado en cartón. Sólo un detalle me parece bien (one ángel en el fondo), ya lo verás. Carta escrita por Frida Kahlo a Alejandro Gómez, el 23 de julio de 1927.

Nota 4:
Nunca pensé en la pintura hasta 1926, cuando tuve que guardar cama a causa de un accidente automovilístico. Me aburría muchísimo ahí en la cama con una escayola de yeso (me había fracturado la columna vertebral así como otros huesos), y por eso decidí hacer algo. Robé unas pinturas al óleo de mi padre, y mi madre mandó hacer un caballete especial, puesto que no me podía sentar. Así empecé a pintar. Declaraciones de Frida Kahlo a Julien Levy, Nueva York
1938.



Bibliografía


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- ADES, Down.Diego Rivera, Art and Revolution, INBA/Landucci Editores, México D.F., 1999.

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- DEL CONDE,T.: Vida de Frida Kahlo, Secretaría de la Presidencia, Departamento editorial, México D.F., 1976.

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- TIBOL, Raquel.Frida Kahlo: crónica, testimonios y aproximaciones, Editorial de Cultura Popular, Ciudad de México, 1977.

- WOLFE, Bertram.The Fabulous life of Diego Rivera, Stein and Day, New York, 1963.

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DATOS DE LA AUTORA:

Susana Hermoso-Espinosa García (Málaga, España) es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Málaga, y Master en Museología por la Universidad de Granada. Tiene una amplia experiencia profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Directora de la Revista Científica de Estudios Histórico Artísticos SUMA. Es fundadora y Directora del portal de Arte y Cultura Homines.com.