Iglesia del convento de San
Agustín. Palacio de los Condes de Buenavista. Casa palacio de
los Gálvez, Plaza de la Merced, Casa natal de Picasso. Capilla
del Agua, Parroquia de San Lázaro y Santuario de Nuestra Señora
de la Victoria.
Nos situamos en Calle San Agustín,
una de las calles mejor conservada de la Málaga musulmana y renacentista,
que ha recuperado en los últimos tiempos su sabor castizo con
la instalación de teterías y tabernas situadas en una
placita sombreada y armoniosa. Esta calle fue llamada de los Caballeros
por ser en ese momento asentamiento de nobles e importantes personajes,
tales como el Conde de Cabra, el Comendador Mayor de León y el
Marqués de Cádiz. Posteriormente, al ubicarse en ella
uno de los Institutos de la Orden Agustina, pasó a denominarse
calle San Agustín.
Contemplemos la Iglesia del Convento de San Agustín,
resultado de grandes transformaciones. Aunque esta fundación
data del siglo XVI, la fábrica actual de la Iglesia corresponde
al XVII y las últimas reformas al XVIII. La planta es de tres
naves con bóveda de medio cañón con fajones y lunetos
resaltados por molduras de perfil curvo. El alzado es muy del gusto
de Aldehuela, donde muestra libertades compositivas como entablamento
ornamentado con una línea de ovas y perlas, apoyadas sobre pilastras
corintias acanaladas. La fachada está documentada como obra de
Aldehuela. La espadaña, de mampostería y ladrillo, tiene
tres cuerpos.
Un poco más adelante divisamos
el Museo Picasso, inaugurado como tal, el 27 de octubre
de 2003 por SS.MM. los Reyes de España. Arquitectónicamente
se organiza en tres grandes zonas. El Palacio de Buenavista remodelado
para los nuevos usos, en la que está instalada la exposición
permanente. Edificios de nueva planta que se emplean para exposiciones
temporales. Edificios de la antigua judería malagueña
vaciados, aunque conservando la imagen anterior en donde funciona la
zona logística del museo.
El Palacio de los Condes de Buenavista, declarado
Monumento Histórico artístico en 1939, es el más
destacado ejemplo de arquitectura noble realizada tras la conquista
de Málaga por los Reyes Católicos. Su fábrica refleja
un momento crucial en materia de gusto, por la que atraviesa la Península
Ibérica al finalizar el siglo XV y comenzar el XVI, al combinar
diversos estilos en un mismo edificio, estampa renacentista, con fachada
plateresca y soluciones mudéjares. Fue construido hacia 1530-1540,
por Diego de Cazalla, uno de los nobles que participaron en la conquista
de la ciudad en 1487. Destaca su fachada, totalmente de piedra, la austeridad
del edificio sólo con adornos renacentistas en puerta y ventanas,
y la torre mirador, rectangular. Después de pasar a manos del
Conde de Mollina, lo poseyó el Conde de Buenavista y luego la
Condesa de Luna, que lo arrendó simbólicamente al Estado
para instalar la sección de Bellas Artes del Museo de Málaga.
En la actualidad el Palacio conserva
su fachada original. Desde un punto de vista tipológico el edificio
se inscribe claramente dentro de la arquitectura doméstica palaciega
o señorial. Sillares bien escuadrados, de piedra arenisca los
destinados a las esquinas, partes labradas y portada. El resto se encuentra
realizado en una piedra caliza muy deleznable. Sobre el dintel se encuentra
un friso de grutescos labrado en relieve. Sobre el friso se asienta
una cornisa base del balcón que se abre en el piso superior.
Toda la fachada se corona con una cornisa sobre la que se asoman las
tejas curvas de las cubiertas. La torre mirador tiene planta cuadrada
y se adosa por uno de sus lados al edificio.
En su solar debió existir una casa de moro de alguien bien importante
con varios patios, aunque según Azcárate fue una alhóndiga.
En el interior tiene dos patios. El
primero, en el eje de la puerta de ingreso, es de doble galería
renacentista con cubiertas de armaduras de taujel, de técnica
apeinazada, con un octógono en el centro del que pende una piña
de mocárabes. El otro patio, recóndito, tiene un aspecto
más musulmán, con arquería de medio punto de ladrillos
sobre pilares octogonales del mismo material y enmarcadas por un alfiz.
El edificio posee numerosas y bellísimas armaduras, la mayoría
alfarjes, pero pocas son las que quedan de la época. Destacamos
la del rellano de la escalera, octogonal sobre trompas acanaladas en
madera con molduras góticas, es un ejemplo bello de lazo continuo.
La forma es muy original, consta de un almizate cuadrado y cuatro triangulares.
Se decora con dos piñas de mocárabes y estrellas.
En el sótano también
se hace presente restos islámicos, romanos y fenicios, hallados
durante la reforma del palacio. La visita específica a este museo
es obligada si de verdad se quiere conocer el patrimonio artístico
cultural de Málaga.
Siguiendo calle San Agustín
desembocamos a la mediación de la calle Granada que presenta
a uno y otro lado varias ramificaciones, con un nutrido grupo de edificios
representativos de la arquitectura civil malagueña de los siglos
XVIII y XIX. La calle Granada, antigua calle Real, es el eje norte sur
que desde la Edad Media ha venido desarrollando un papel representativo
para la Historia de Málaga. Por ella desfilaron triunfantes los
Reyes Católicos tras la toma de la Ciudad.
El inmueble nº 61, de la acera izquierda de calle Granada, responde
a una de las arquitecturas más destacadas del siglo XVIII de
Málaga. La Casa-Palacio de los Gálvez,
también conocida como del Marqués de Sonora. Este edificio
es un buen ejemplo de una casa de familia ilustrada, cuyo linaje alcanzó
bajo el amparo del monarca Carlos III, poder y fama. El hijo mayor de
todos, D. José Gálvez, ostentó entre otros títulos,
el de Caballero Gran Cruz de la Real Distinguida Orden de Carlos III.
Fue Consejero de Estado y Gobernador de las Indias. La fachada de este
palacio se convirtió en la obra cumbre de la arquitectura doméstica
de su época, destacando en ella el diseño de vanos, cierros
y balcones de hierro forjado, portadas y mansarda En esta portada, de
fino diseño, destacan estilizadas ménsulas. Fue edificado
a partir de 1789 y se atribuye a José Martín de Aldehuela.
En el XIX fue muy transformado y en la actualidad está en plena
restauración
El número 78 de la acera de
la derecha de la misma calle, corresponde a la Iglesia de
Santiago Apóstol. Su ubicación es el testimonio
inmediato y tangible de la presencia continuada en la dilatada historia
de Málaga y un exponente claro de dos momentos artísticos
de vital importancia. Uno, de simbiosis cultural mudéjar-gótico,
como lo evidencia la torre, la antigua puerta, así como la armadura
cubierta. El otro, pertenece al barroco de comienzos del siglo XVIII,
cuando la Iglesia de Santiago sufre un proceso de renovación,
reflejándose en unas transformaciones del espacio, con ricas
bóvedas encamonadas o falsas.
La puerta central es de ladrillo y cerámica vidriada. El arco
central cegado se voltea con arco apuntado con dos arquivoltas. Toda
ella va enmarcada por un alfiz o moldura, que arranca desde el suelo
y se compone de un delgado baquetón que la enmarca, formado de
coronas enlazadas.
Al final, la calle Granada desemboca
en la Plaza de la Merced. Sus orígenes
se remontan a época romana, pues al abrirse los cimientos del
hospital de Santa Ana e Iglesias de la Paz, aparecieron restos de graderíos
pertenecientes a un anfiteatro. Este amplio espacio fue utilizado por
los musulmanes denominándolo Bib-Almalaab o Puerta del Teatro,
la que posteriormente seria de Granada. En época de los Reyes
Católicos se estableció allí un mercado público,
aun su fisonomía tardaría mucho en definirse. Alrededor
de la plaza fueron surgiendo diferentes edificaciones, como la Iglesia
y el convento de la Merced y la Iglesia de Santa Ana y el convento de
la Paz. E 1822 se asoció este espacio al General Riego, tras
haberse alojado en una de las casas de esta plaza durante su estancia
en Málaga. Y en 1831 se produjo el fusilamiento del General Torrijo
y sus compañeros en las playas de San Andrés. A partir
de entonces persistió la idea de levantar un monumento en el
lugar de los hechos y aunque en 1942 se denominó a la plaza del
General Riego, el monumento llegó a instalarse en el 1942, en
esta plaza, cuyo proyecto fue diseñado por Rafael Mitjana. Tiempos
más tardes la plaza adquirió el nombre de la Merced por
la presencia de una Iglesia de las comunidad religiosa, que daba a la
plaza, y el papel activo de esta orden en la historia de Málaga.
Esta plaza fue transformándose en el siglo XIX. Resultan interesantes
la casa nº1, del arquitecto Jerónimo Cuervo y las casas
nº 9 y nº10 de la plaza, obras del siglo XVIII, remodeladas
en el XIX.
El nº 15 corresponde a la Casa
Natal de Picasso, sede hoy de la Fundación
Pablo Ruiz Picasso, constituida en 1988 y que en 1997 comenzó
la rehabilitación del inmueble donde nació el pintor malagueño,
como consta en las dos placas conmemorativas de tal acontecimiento,
situadas en la fachada principal. Fue obre de Diego Clavero, interviniendo
los arquitectos Rafael Moreno y Jerónimo Cuervo. El edificio
forma parte de un conjunto de viviendas conocidas como Casas de Campos
en recuerdo de su promotor Antonio Campos Garín, marqués
de Iznate. Sus fachadas denotan en la estructura y decoración
de sus huecos su carácter decimonónico burgués.
Siguiendo por el frente norte salimos
a la calle la Victoria, la arteria principal que da nombre al barrio
en dirección al Santuario. Con seguridad esta calle es una de
las mejores secuencias urbanas de Málaga, en tanto que aglutina
edificaciones de distintas épocas que van desde la arquitectura
popular a la culta, de la civil a la religiosa. El nº 13, de corte
regionalista, se puede atribuir a Daniel Rubio y el número 38,
de estilo ecléctico y elementos mudéjares, atribuido a
Fernando Guerrero Strachan, imprimen a la calle determinado sabor. A
esto contribuye también la presencia de la Capilla
del Agua o del Rescate, por venerarse los titulares de
la Hermandad del Cristo del Rescate y la Virgen de Gracia, cuyas obras
datas del 1800, edificada por el alarife José Miranda y costeada
por la Hermandad del Rosario. Se trata de una capilla callejera que
ocupa la esquina de una de las manzanas de la calle Victoria.
Una de las obras arquitectónica
más representativa es la actual Parroquia de San
Lázaro, desde 1711 sede de la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús de los Pasos del Monte Calvario y Maria Santísima
del Rocío. Antigua capilla del hospital del mismo nombre fundada
por los Reyes Católicos en 1491 con función de lazareto
Desempeñó un papel importante para la vida de la ciudad,
fue reconstruido durante el siglo XVII, y en 1637 fue el primer centro
sanitario de la ciudad. De estilo mudéjar posee una sola nave
con presbiterio elevado cubierto con dos armaduras de madera. Como anécdota
diremos que la cruz de gran tamaño que decora la fachada de esta
Iglesia, la plasmó de fondo en uno de los primeros cuadros que
empezó a dar fama merecida al pintor malagueño Moreno
Carbonero.
Este eje rectilíneo conduce
al final de la ruta que culmina en el Santuario de Nuestra
Señora de la Victoria. Los orígenes de este
convento arranca de los mismos días de la toma de Málaga
por lo Reyes Católicos. Se atribuyó el triunfo sobre la
Málaga musulmana a una pequeña imagen de la Virgen de
los Reyes que tenían en su oratorio por lo que se proclamó
Virgen de la Victoria y se entregó a la ciudad, construyendo
los reyes una pequeña capilla para custodiarla en el mismo emplazamiento
de su campamento. En 1493 los frailes mínimos fundaron en Málaga
el Real Convento de Nuestra Señora de la Victoria, talla en madera
policromada del siglo XV, recientemente restaurada por el Instituto
Andaluz del Patrimonio Histórico.
Las obras se realizaron en el convento terminándose el claustro
y los dormitorios e inmediatamente la Iglesia consagrada en 1518, aunque
continuaron hasta 1606. Al finalizar el siglo XVII se intenta su restauración
pero al conocerse por los alarifes su falta de solidez se decidió
levantar un nuevo templo.
La iglesia tiene planta de Cruz latina,
cúpula en el crucero cuyos brazos se resuelven de forma absidial,
de resabios goticistas. Naves de capillas comunicadas entre sí,
cuerpo de tribunas en la parte superior y hojarasca carnosa sobre placas
y canecillos de ritmo pareado. Pero destaca el conjunto de la cripta-sacristía
que compone una torre adosada a la iglesia, convertida en simple tránsito
hacia ese ámbito exuberante que se manifiesta en el altar mayor.
Este conjunto es uno de los primeros ejemplos de camarín –torre
de España y de los más interesantes por su complejidad
al suponerse tres niveles enlazados por una escalera externa.
En el más bajo se encuentra la cripta de planta cuadrada con
soporte cuádruple central que constituye uno de los ámbitos
necrológicos más tétricos de España, donde
la figura de la muerte, resaltando descaradamente en blanco estuco,
aparece en todas sus manifestaciones simbólicas. En el alzado,
los nichos se superponen separados por el apilastrado jónico,
con figuras adosadas y exponentes de la metamorfosis que representa
la muerte. En los tímpanos que limitan la bóveda de arista,
se graban versículos recordatorios de nuestra condición
mortal, flanqueados por esqueletos sobre tambores o esferas que proclaman
su triunfo y su universalidad y llevan emblemas sobre la fugacidad de
la vida. Preside la estancia un retablo en yeso de cuyo frontón
surge un esqueleto portador de la balanza del Juicio Final y a ambos
lados los monumentos sepulcrales de los Condes de Buenavista que constituye
la única nota alegre de este ámbito, pues las figuras
orantes se nos muestran en toda su plenitud y belleza.
Sobre la sacristía que repite
la estructura de la cripta se alza el camarín. Es una pieza octogonal
de 22 cm de altura cubierta con profusa decoración que desborda
todo el interior envolviendo cartelas con letanías y símbolos
marianos alternados con espejos que reflejan a Maria desde su trono
central.
Este conjunto responde, para Juan
Tembury, a un conjunto cuya clave argumental está en los ejercicios
de San Ignacio cuyo mentor sería el sacerdote de mínimos
Fray Alonso de Bergara.
Como antecedente de este tipo de camarín –torre, había
que citar, aunque no alcance su desarrollo, el de Guadalupe, 1688, y
como más primitivo camarín de España, el del Buen
Suceso de Madrid, terminado por Pedro de la torre en 1637. Pero en este
de Málaga no sólo cabe destacar la estructura sino el
tipo de decoración que aquí aparece por primera vez en
Andalucia. Es uno hoja rizada y carnosa que muy poco recuerda a la manierista
empleada en la primera mitad de siglo. Parece como si hubiese sufrido
un proceso de hinchamiento y movilidad y desde las de la catedral de
Córdoba, pasando por las de Santa Clara y Santa María
de la Blanca de Sevilla, se llegaría a esta elaboradísima
decoración en la que no se puede olvidar la mano revulsiva de
Cano, cuyos diseños de placas los recargó con macollas
vegetales de increíble voluptuosidad.
Han relacionado esta obra con Hurtado
Izquierdo, con el maestro Luzuriaga y los oficiales de Manuel Gonzalo
de Madrid y Francisco Grociano, cuyas firmas encontraron él y
Atencia grabadas en la fecha de 1694-95. Sin embargo, el nombre del
maestro es Felipe Uzurrúnzaga, sobre el que el padre Llordén
ha encontrado una amplia documentación. Algunas letras borradas
en el yeso llevaron a errores de trascripción.
Uzurrúnzaga es el arquitecto que marca el cambio de estilo y
sus contemporáneos lo definen como ‘maestro de arquitectura,
cantería, albaliñería y carpintería’.
Procedente del norte y con una posible formación
en Mesina, según Tembury.
Bibliografía
- AGUILAR
GARCÍA, M.D.: Málaga mudéjar, Málaga,
Universidad, 1979..
- BEJARANO ROBLES, F.
Las calles de Málaga. Málaga.Ed. Arguval.1984.
- CAMACHO MARTINEZ, R.
(dir).: Guía histórico-artística de Málaga.
Ed. Arguval. 1992.
- GARCIA GONZÁLEZ,
E.: Plano-guía de la arquitectura malagueña: El Centro.
Escuela de Arquitectos de Málaga,
1987.
- MONTIJANO GARCIA, J.
M./ASENJO RUBIO, E.: Paseos por Málaga. Málaga.
Universidad de Málaga, 2002.
- URBANO R.: Guia
de Málaga. Editorial Arguval. Feria del Libro de Málaga,
1994
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saber más