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Las Neuroconexiones plásticas de Brinkmann
Redacción Homines.com
15/03/2017


Enrique Brinkmann (Málaga, 1938) presenta una muestra compuesta por óleos y dibujos realizados en los últimos dos años. El pintor malagueño parece no agotarse, no sólo en cuanto a producción, en esta ocasión reúne nueve obras nuevas, que las enfrenta a dos piezas de momentos muy distintos de su amplia carrera: Figura con un grupo de gente, un dibujo a tinta china de 1962 (un dibujo que a modo de nostalgia, presenta su gran personalidad como dibujante); y Agrupamientos (2005), un óleo sobre tela metálica. Si no a su búsqueda de nuevas formas de expresión, de huir de lo que le suena a repetición: “El que estés diciendo algo que ya has dicho me crea mucha inquietud, porque creo que eso no es propio del arte. Si uno no se sorprende, no puede sorprender a los demás".

  

Pero esto lo consigue, porque sorprende, y tanto que sorprende. Con una evolución plástica que se dirige, dentro de la abstracción, a representaciones que bien podríamos pensar que son lenguajes tecnológicos, relacionados con el sonido o con la radiofonía. Estas nuevas obras, donde dibuja tramas casi monocromas sobre las que despliega una sinfonía de notas de color que desprenden luz desde el interior del lienzo.

La fuerza plástica vuelve a presidir la obra. Lo que antes era tela metálica, ahora es una sutil cuadrícula dibujada, difuminada al fondo de la obra, que subyace en casi todas las piezas y le ayuda a ordenar el caos que tanto le atrae. Tal y como expresó en la inauguración de esta muestra: “Todas mis obras surgen de una forma un poco caótica y es entonces cuando comienza el proceso creativo y me empeño en buscar el equilibrio. Trato de ponerle un orden pero, casi siempre, lo vuelvo a desordenar. Construcción y destrucción son dos constantes en mi trabajo, me gusta que siempre estén presentes”.

La insólita conjunción de la superficie, los matices sin término del color y la retícula ha convertido los cuadros de este pintor malagueño en una membrana sensible especialmente apta para registrar los flujos electrónicos o molares que cruzan infatigablemente los espacios de nuestras ciencias y nuestras técnicas.

La trama, la materia y las líneas delgadas, casi como conexiones neuronales, pueblan el universo idílico de Brinkmann como notas de una partitura, quizá en recuerdo de las obras que creó en los sesenta en Colonia para el compositor Cornelius Cardew, uno de los colaboradores del grupo Fluxus.

El artista, que siempre ha alternado pintura, dibujo y grabado, estrena formato en esta ocasión. Las manos (2014), 75 CD con dos dibujos cada uno, en los que aúna obra y proceso creativo, presentados en cajas de discos compactos. “Yo quería reivindicar el uso de las manos en la ejecución de la tarea artística, frente a otras formas de trabajar en las que solo intervienen los conceptos, las ideas. Por eso cada caja tiene dos tintas y un CD con imágenes, fotografías tomadas cada segundo con una cámara cenital, en las que pueden verse mis manos dibujando precisamente esas tintas”, explica Brinkmann.

  

Y aunque el pintor malagueño utiliza la tinta regularmente, desde 2008, cuando participó en Pekín en la 3ª Bienal Internacional de Arte, la tiene más presente, quizá atraído por la sutileza de la caligrafía del país asiático.

Neuroconexiones plásticas, sigue la senda de toda su producción siempre ajena a modas y tendencias. Y aunque está claro que no es una retrospectiva, “he querido incorporar esas dos piezas anteriores, porque en mi obra no hay un estilo definido, sino una coherencia. Son segmentos que se repiten y el dibujo está siempre ahí”.

Enrique Brinkmann (España, 1938) funda en 1957 junto con otros pintores malagueños el Grupo Picasso. Y realiza su primera exposición individual en la Sociedad Económica de Amigos del País en Málaga.

En 1961 se marcha a Alemania, a la pequeña ciudad de Hilden Gabelung, próxima a Düsseldorf. En Colonia tiene contactos con algunos representantes del grupo Fluxus asistiendo a los primeros Happenings de Vostell y haciendo amistad con el músico Cornelius Cardew.

Dos años más tarde, durante un viaje a Málaga conoce al actor Anthony Quinn que le compra numerosas obras que forman parte de su fundación. Ese mismo año el MoMA (NY) adquiere una obra para su colección.

   

En 1966 regresa a Málaga. Participa en la exposición ‘Artistas Gráficos Españoles’ en el Museo de Arte Moderno de Johannesburgo y en años posteriores representa a España en la IX y X Bienal de Sao Paulo así como en la I, III, IV, y VI Exposición Internacional de Dibujo en Rijeka, Yugoslavia.

En 1977 obtiene un premio de pintura en el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer en Francia. Este mismo año y hasta 1979 es senador por la provincia de Málaga durante la Legislatura Constituyente por el grupo Senado Democrático.

En 1992 instala otro taller en Madrid, alternando su tiempo entre Málaga y Madrid. A partir del 2008, en que viaja a Pekín invitado por la III Beijing Internacional Art Biennale, trabaja con regularidad en China.El óleo dio paso a la pintura acrílica para conseguir superficies planas, anónimas y brillantes, y ya en este momento, la fotografía comenzó a tomar importancia, en principio como método de trabajo, para llegar a independizarse en los collages de fotos polaroid que realizó durante la década de 1980. Asimismo, Hockney ha mostrado un interés incesante por introducir las nuevas tecnologías en su obra, algo que continúa hasta la actualidad.

Sus obras se encuentran en los museos de arte contemporáneo más prestigiosos del mundocomo el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), la Albertina de Viena, , Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca o el Reina Sofía de Madrid.


Las Neuroconexiones plásticas de Brinkmann

Galería Freijo de Madrid
Calle General Castaños 7, 1º Izda. 28004 Madrid, España
Desde el 9 marzo hasta el 29 de abril de 2017

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