Tras analizar, en un anterior trabajo
introductorio, la
terminología en torno al arte de acción, corresponde
hablar ahora de dos conceptos entrelazados con la perfomance: el happening
y el Fluxus.
Tan sólo los vamos a sobrevolar, pero antes, situémonos
en el tiempo. Leyendo un catálogo sobre accionismo vienés
nos encontramos con un texto de Pilar Parcerisas [Nota
1], que citamos a continuación por la claridad
con la que retrata el momento: "A finales de los años 50
(…) La pintura se expande y orienta hacia una dimensión
performativa que la aleja del objeto, en aras de conseguir
liberar las energías creadoras. Se abren las puertas de un arte
de comportamiento en el que la actitud suplantará al objeto,
bajo los dictados de un tiempo real" [Nota
2]. Es una época de cambio, en la que se abren
nuevas vías, pensemos en creadores como Jackson Pollock, Yves
Klein, Jean Tinguely, Lucio Fontana, Piero Manzoni, Christo, desarrollando
su trabajo en este momento.
Comencemos por el happening.
En ocasiones se ha empleado como sinónimo de perfomance,
pero en líneas generales, a pesar de sus grandes afinidades,
se diferencia de esta en su carácter más azaroso, espontáneo
y participativo. Es un evento que está ocurriendo, literalmente
se traduce como "suceso" o "acontecimiento", y aunque
tenga una organización previa se deja voluntariamente intervenir
al azar. El público no es un espectador "pasivo", en
general se requiere su intervención activa, su participación
puede modificar el curso de la acción cambiando lo que había
preparado el artista.
El término fue acuñado en 1959 por Allan Kaprow [Nota
3], al que se le considera el primera artista en realizar
un happening [Nota
4]. Kaprow veía al happening como
una evolución del assemblage (ensamblado), y del environment
o environmental art (ambientes, arte ambiental) [Nota
5]. De hecho los happenings clásicos tuvieron
lugar en ambientes especialmente construidos por los artistas, en los
que bombardeaban al espectador con sensaciones y estímulos por
diferentes vías que debían ordenar ellos mismos [Nota
6]. Los pioneros fueron Kaprow, Jim Dine [Nota
7], Claes Oldenburg, Robert Whitman y Red Grooms. No constituían
un grupo como tal, aunque si algo les unía es que todos, de un
modo u otro, habían estado relacionados con el arte pop. Sus
acciones se desarrollaron en espacios alternativos del arte, sobre todo
en las galerías Reuben, Hansa y Judson de Nueva York, y el Delancey
Street Museum [Nota 8].
Como hemos indicado,
Kaprow fue el primero en emplear la palabra para definir esa expresión
artística, pero muchos consideran al músico John Cage
(1912-1992), el autor del primer happening en el verano de
1952 en el Black Mountain College [Nota
9]. Y otros, cuanto menos, lo consideran como precedente
de los mismos, ya que además fue maestro de Kaprow [Nota
10] y proyectó una gran influencia por sus teorías
musicales, en relación con el uso de la combinatoria y el azar.
Para
él la música tiene un desarrollo autónomo, hay
que dejarla fluir sola, sin ninguna participación subjetiva en
la composición, confiándola al azar. El procedimiento
desplaza al producto. Realizando en 1952 una de las obras más
revolucionarias en la historia de la música del pasado siglo,
como fue 4’33’’, composición que se
ha convertido en un icono y que se interpreta sin tocar una sola nota.
El 29 de abril de 1952 tuvo lugar en el Maverick Hall de Woodstock
(Nueva York) el estreno de 4’33’’, la primera
Silent Piece de John Cage. La pieza constaba de tres movimientos.
El pianista David Tudor apareció en escena con un frac negro
y se sentó frente al piano. Abrió la tapa y permaneció
un rato ante el piano abierto, sin tocarlo. Cerró la tapa.
Treinta y tres segundos después la abrió de nuevo. Poco
más tarde volvió a cerrar la tapa y la abrió
otra vez después de dos minutos y cuarenta segundos. Cerró
la tapa una tercera vez, en esta ocasión durante un minuto
y veinte segundos. Entonces la abrió por última vez.
La pieza había terminado. David Tudor no había tocado
una sola nota al piano. Se levantó e hizo una reverencia al
público [Nota 11].
El espacio sonoro no lo generó el pianista, lo creó todo
aquello que hasta entonces se pensaba que debía mantenerse lejos
del escenario. Los pasos del artista, los ruidos provenientes del exterior,
los murmullos, carrasperas y respiraciones del público, el sonido
de la tapa del piano al bajar y subir. Cage le dio voz al silencio.
Pocos espectadores lo entendieron, pero todos formaron inevitablemente
parte activa de la obra.
Sin duda, Cage es una figura clave en el desarrollo tanto del happening
como del movimiento Fluxus. Profesor en el Black Mountain College
y en la New School for Social Research de Nueva York, se cruzó
en la vida de sus principales protagonistas, siendo determinante en
la interrelación de las diferentes disciplinas artísticas
y en la ruptura de tabúes . Cage no sólo entendió
de un nuevo modo el papel del artista, sino también la propia
manera de hacer arte. Pensaba que el arte debía ser juego y vida,
para él hasta lo más banal tenía un potencial estético
[Nota 12]. Otros creadores que influenciaron
a estos artistas fueron Jackson Pollock (1912-1956), y Antonin Artaud
(1896-1948). A grandes rasgos, podríamos decir que el primero,
rompiendo fronteras entre el objeto y el acto creador; el segundo, entre
la cultura y la vida [Nota
13].
Otro término que sobrevuela a la performance, y que
acabamos de mencionar en el párrafo anterior, es el de "Fluxus",
el nombre forma parte de la tradición del action art.
El origen del movimiento Fluxus aparece ligado a George Maciunas (1931-1978),
un norteamericano de origen lituano. Fue el fundador del grupo y su
coordinador, y también al que se le debe el nombre del movimiento.
Maciunas reunió a principios de 1961 en la galería A/G
de Nueva York, de la que era propietario, a un grupo de artistas y compositores,
como George Brecht, La Monte Young, Henry Flynt, Dick Higgins, Jackson
MacLow, Richard Maxfield e Ichinayagi [Nota
14],
que presentaron desde performances musicales, sonoros, visuales
y poéticos hasta objetos encontrados. En la invitación
a dicha muestra apareció, por primera vez, la palabra Fluxus,
palabra latina que significa "flujo", y sugiere un estado
de continuo cambio [Nota
15].
Sin embargo el movimiento pronto se traslada
a Europa, sobre todo en Alemania, donde tuvo mucho desarrollo.
Como indica F. J. San Martín,
"Fluxus es un movimiento de recuperación del dadaísmo
que se produce a escala internacional, entre los años 1958 y
1963. Es paralelo al happening y combina música, teatro
y artes plásticas. Fue un movimiento heterodoxo y atiprogramático"[Nota
16].
Los artistas presentaban una gran diversidad en sus trayectorias profesionales,
y muchos procedían de la vanguardia musical y literaria. Más
que un movimiento estructurado, a pesar del empeño de George
Maciunas, se trata de un fenómeno de carácter internacional
difícil de encasillar.
Los artistas de Fluxus tenían cierta actitud alternativa hacia
el arte, expresando su rechazo hacia los comportamientos e instituciones
del momento. Tenía objetivos sociales, como la abolición
de la práctica artística profesional y la finalización
del uso de la obra de arte como mercancía. Buscando acotar un
poco más sus características, resulta ilustrativo citar
nueve criterios en común para este proyecto que señaló
Dick Higgins, miembro de Fluxus y alumno de John Cage [Nota
17]:
• Globalismo o internacionalismo.
• Experimentalismo.
• Carácter iconoclasta.
• Obra intermedia.
• Unidad de arte y vida, resolución de la dicotomía
arte/vida.
• Implicación.
• Juego, carácter lúdico.
• Carácter efímero.
• Especificidad.
Las acciones Fluxus, se caracterizan
por su simplicidad y permiten al espectador tomar distancia. Un hecho
diferenciador entre Fluxus y el happening es que el espectador
ya no es un elemento crucial para el desarrollo de la acción,
el público recupera un papel más pasivo. Es el receptor,
al que el artista le muestra su obra, aunque su mera presencia siempre
convierte al observador en un componente destacado en cualquier performance.
Fueron un grupo de jóvenes
creadores, que beben de la tradición dadá y surrealista,
Marcel Duchamp, la filosofía Zen y como ocurrió con el
happening, son herederos del trabajo del compositor norteamericano
John Cage. El más conocido entre los artistas relacionados con
el grupo Fluxus es el alemán Joseph Beuys (1921-1986), aunque
participó en este movimiento durante un periodo corto de tiempo.
Otros destacados creadores fueron, aparte de los ya citados, Yoko Ono,
Wolf Vostell, Robert Filliou, Nam June Paik, Charlotte Moorman, Shigeko
Kubota, Alison Knowles, Ben Patterson y Robert Watts.
Yoko Ono (Tokio, 1933), además
de ser una destacada artista, tuvo un importante papel en los orígenes
del movimiento Fluxus. Desde el 18 de diciembre de 1960 hasta el 30
de junio de 1961, su apartamento de Chambers Street, Nueva York, sirvió
como punto de reunión de artistas y fue un espacio alternativo
y experimental esencial para la vanguardia del momento [Nota
18]. La artista japonesa, al igual de Joseph
Beuys y Wolf Vostell, se merece un análisis individualizado de
su trayectoria, que esperamos solventar en un futuro próximo.
Nota
1: Comisaria de la exposición Accionismo vienés.
Brus • Muehl • Nitsch • Schwarzkogler. Obras
de la Colección Hummel, celebrada en el Centro Andaluz
de Arte Contemporáneo (Sevilla), del 13 de marzo al 25 de mayo
de 2008.
Nota 2:
HUMMEL, J. y PARCERISAS, P. (Dir.): Accionismo vienés.
(CAAC, del 13 de Marzo al 25 de Mayo de 2008). Sevilla, Junta de Andalucía.
Consejería de Cultura, 2008, p.7.
Nota 3:
CHILVERS, I.: Diccionario del Arte del siglo XX. Diccionarios
Oxford-Complutense. Editorial Complutense, Madrid, 2001, P. 359.
Nota
4: El primer happening bautizado como tal, tuvo lugar
en la galería Reuben de Nueva York en 1959 y se denominó
18 happenings en 6 partes. GOLDBERG, Roselee: Performance
art. Ediciones Destino, Barcelona, 1996, p. 128.
Nota 5:
Kaprow publicó en 1965 el libro titulado Assemblages, Environments
and Happenings, "en el que definió y explicó
el sentido y relación de estos términos, como tres estadios
consecutivos, con su lado pasivo y activo, hasta llegar a fundir arte
y vida". CABAÑAS BRAVO, M.: El arte posicionado. Pintura
y escultura fuera de España desde 1929. Summa Artis XLVIII.
Espasa Calpe, Madrid, 2001, p.390.
Nota 6:
LUCIE-SMITH, E.: Movimientos artísticos desde 1945.
Ediciones Destino, Barcelona, 1993, p. 164.
Nota 7:
En 1960 en la galería Reuben de Nueva York realizó El
accidente de automóvil, uno de los happenings más
célebres. Jim Dine (Cincinatti, 1935), merece un capítulo
aparte, otra obra suya muy destacada es El obrero sonriente, 1960, llevada
a cabo en la Judson Memorial Church de Nueva York. GOLDBERG, R.: op.
cit., pp. 128-132.
Nota
8 : AZNAR, S.: El arte de acción. Colección
Arte Hoy. Editorial Nerea, San Sebastián, 2000, p. 23.
Nota 9:
El Black Mountain College, fue una institución educativa
americana dedicada al arte con una visión progresista y un sistema
pedagógico liberal, que favorecía la interrelación
de las artes y estaba abierta a influencias de otras disciplinas y otras
culturas. Artistas plásticos, músicos, arquitectos y literatos,
intercambiaban ideas y creaban proyectos conjuntamente. Fue creada en
1933, en Black Mountain, al sudoeste de Carolina del Norte, y se clausuró
en 1957. Entre los docentes y los alumnos que pasaron por el College,
destacaron nombres como Willem de Kooning, Franz Kline, Robert Motherwell,
Robert Rauschenberg, Joseph Fiore, Kenneth Noland, Dorothea Rockburne,
Cy Twombly, Esteban Vicente, John Cage, Josef Albers.
MUSEO REINA SOFIA. Black Mountain College. Una aventura americana.
<http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/black-mountain-college-aventura-americana>
[Consulta: 16 de marzo de 2015].
Nota 10:
Estudió con John Cage, de 1956-1958, en la New School for
Social Research de Nueva York (la Nueva Escuela de Investigación
Social de Nueva York). CHILVERS, I.: op. cit., p. 421.
Nota 11:
FISCHER-LICHTE, E.: Estética de lo performativo. Abada
editores, Madrid, 2014, p. 250.
Nota
12: CABAÑAS BRAVO, M.: op. cit., pp. 386-387.
Nota 13:
AZNAR, S.: op. cit. p. 13-17.
Nota 14:
RODRÍGUEZ SÚNICO, M.T.: El caudal del arte de acción.
La trayectoria artística de Esther Ferrer. Dirigida por Manuel
Álvarez Fijo. Universidad de Sevilla, Facultad de Bellas Artes,
2001, p. 92.
Nota 15:
SARRIUGARTE GÓMEZ, I.: "Fluxus: entre el Koan y la práctica
artística", Cuadernos de Arte Universidad de Granada,
nº 42, 2011, p. 194.
Nota
16: SAN MARTÍN, F. J.: "Últimas tendencias:
las artes plásticas desde 1945" en RAMIREZ J. A. (dir.):
Historia del Arte, 4. El mundo contemporáneo. Alianza
Editorial, Madrid, 1997, pp. 359-360.
Nota 17:
SMITH, Owen: “Fluxus: una breve historia y otras ficciones”,
en ANDERSON Simon et al.: En l’esperit de Fluxus.
Fundació Antoni Tàpies, Barcelona, 1994, p. 200.
Nota 18:
ESTELLA, I.: Fluxus. Colección Arte Hoy. Editorial Nerea,
San Sebastián, 2012, p. 25.
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DATOS
DEL AUTOR:
Marc Montijano Cañellas
(n. 1978, Vic, Barcelona), artista visual y performer, es también
un destacado investigador. Doctor en Historia del Arte por la Universidad
de Málaga, Experto en Organización y Gestión
de Empresas Culturales, y Postgrado en Gestión Cultural por
la Universitat Oberta de Catalunya. Tiene una amplia experiencia académica
y profesional en diversas instituciones y empresas culturales. Sus
principales líneas de investigación en la actualidad
son: el arte de acción, con especial atención a los
trabajos realizados en España y Latinoamérica; el estudio
de los procesos creativos y el desarrollo del proyecto; y el papel
de las nuevas tecnologías en la difusión y autonomía
del arte actual.