María Antonieta Mendívil,
A ras de vuelo,
Textos de Difusión Cultural,
Col. Andanzas,
Tusquets Editores,
México, 2011,
234 pp.
María
Antonieta Mendívil (Cajeme, 1971) constituye un caso
singular dentro de la literatura mexicana contemporánea. Poeta
de arrebatos místicos –baste mencionar su poemario Llama
(2008), donde muestra una clara influencia de San Juan de la Cruz y
Gonzalo de Berceo, por ejemplo-, es también una excelsa narradora.
Prueba de ello es su más reciente novela, A ras de vuelo (Tusquets
Editores/Fundación TV Azteca, 2011).
Aquí se cuenta la historia de una dinastía de pilotos
fumigadores sonorenses: los Islas, comandados por el tío Gabriel,
quien busca entre ‘los pelones’ –sus jóvenes
sobrinos- a un sucesor digno.
Dicha pesquisa parece vana al no considerar a ninguno con los pantalones
suficientes para reemplazarlo. Así, se empeña en obstaculizarlos,
sobajarlos, volcando en ellos toda su frustración y desprecio.
Acaso los más humillados sean el Tarta –apodado así
por su defecto de habla) y Pedro, quien tiene auténtica vocación
para tan arriesgado oficio, y debe conformarse con manejar un taxi y
cuidar los sembradíos familiares.
La calvicie de los Islas, de seña particular, deviene sello de
la casta, al igual que su naturaleza de batos carrilludos, machistas,
obstinados en meterse zancadillas unos a otros, dado su mutuo y sempiterno
odio.
Entre el aroma a guayaba fermentada de los agroquímicos, veneno
embriagante –tan embriagante como el oscuro rencor de todos ellos-
y los misterios lúbricos que se afanan, inútilmente, en
ocultar –bacanales, amasiatos homoeróticos-transcurre la
vida de la familia, mezquina y traidora.
Gabriel, ante la inminencia de su muerte, termina reconociendo la grandeza
de Pedro. A su vez, Daniel asumirá paulatinamente su sitio; privilegio
soñado desde la infancia, etapa en que se fascinó de una
vez y para siempre con Agnes, la gringuita rebelde y enigmática,
hecha mujer precozmente por su tío Gabriel.
La veta lírica de la autora queda plasmada en cada línea
de la novela, particularmente en los fragmentos de enunciación
interior de Daniel, quien agoniza sin remedio, tras su fatal accidente,
recapitulando su breve existencia, obsesionado por su imposible pasión
quemante:
‘:quiero hablar en tu lengua, Agnes, pasar mi lengua sobre la
tuya como un ciego pasa los dedos sobre su escritura. Quiero hablar
en tu lengua como se le habla a un sordo, pegando su mano a los labios
para que aprenda a leer esa lengua. Quiero pegar tu lengua a mis labios
y que me hables en tu lengua para entenderte, para ya no desearte sino
tenerte. Quiero hablar en una lengua que entiendas, no en esta lengua
oculta que me escalda la lengua:’ (p. 156).
La muerte acecha sin tregua con sus funestas alas, tan funestas como
las de los Caler, avionetas proscritas por el gobierno estadounidense
y vendidas a precio de oro a los fumigadores; como diría Pedro:
‘Qué son las máquinas, qué son esos monstruos
sino una maltrecha estructura habitada por el alma vigorosa de un motor.
Por mi memoria desfilan(…) tantos Caleres retorcidos a la vera
de una pista, en las afueras de un hangar, en medio de un campo agrícola
(…) la cicatriz del fracaso, de la muerte. (…)’ (p.
160).
La corrupción y el abuso tanto del gobierno como de los ejidatarios
y el descontento social, manifiesto en la efervescencia guerrillera
(entre otros factores) mermarán gravemente la actividad agrícola
del Valle del Yaqui y contribuirán a la decadencia del negocio
familiar, aunado esto a la codicia, los arreglos ilícitos y el
perpetuo desquite de los Islas…
‘El mal novelista construye sus personajes, los dirige y los hace
hablar; el novelista verdadero los escucha, los mira actuar’,
reflexionaría el lúcido escritor francés André
Gide. He ahí entonces que María Antonieta Mendívil
es una verdadera, una gran novelista, cuyo acierto es precisamente ése:
escuchar, mirar actuar a la dinastía Islas en esa vorágine
de amarga competencia entre sí.
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DATOS DE LA AUTORA:
Elena Méndez (Culiacán, Sinaloa,
México, 1981).- Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas
por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Narradora. Redactora
de www.homines.com Subdirectora de www.revistaespiral.org Ha participado
en los talleres literarios de los escritores mexicanos María
Baranda, David Toscana, Cristina Rivera Garza, Andrés de Luna,
Federico Campbell, Anamari Gomís y Antonio Deltoro. Textos suyos
han sido publicados en España, Chile, México, Estados
Unidos, Brasil y Colombia.