La Música en el Mundo Islámico:
Dice la tradición que fue el característico andar del
camello lo que determinó el primer metro musical fundando de
este modo la rítmica así como las formas poéticas.
A pesar de que la música se encuentra absolutamente presente
en las actividades cotidianas del mundo musulmán (salvo tristes
y dramáticas excepciones donde el fanatismo gobierna), lo cierto
es que ha sido cuestionada desde el mismo inicio del islam e incluso
desde dentro del sufismo. En el Corán no existe ninguna prohibición
sobre la música, en todo caso, ha sido en base a algunos
[Nota 1], sobre los que se ha sustentado la mayor
o menor licitud de la música. Existen diferentes categorías:
desde IbnTaymiyya, que la clasificará como haram (lo
que está prohibido), pasando por el propio
que la considerará makruh (actos que aunque no están
prohibidos es mejor evitar) hasta llegar a ciertas élites sufíes
que lo consideran obligatorio:
considerará la música y la danza (o mejor dicho el giro)
como la propia vía espiritual [Nota
2]. Ruzbehan de Shiraz dirá que el sama'
está permitido al sufí, incluso le es obligatorio, pero
es haram para el no iniciado.
Y
es que los términos árabes musiqa [Nota
3] y gin (canto) no se utilizan en el sufismo, donde
siempre se habla de sama' cuya raíz significa «escucha».
La escucha está ligada a la comprensión. Y el pacto primordial
'alastu' descrito en la azora [Nota
4] 7:172 es su fundamento, ya que el diálogo
humano-divino se inicia justamente con la escucha de una pregunta surgida
de las profundidades del silencio del alma [Nota
5] Este carácter de la música será
denominado por los sufíes como el «lenguaje del silencio»
(lisân-i bîzebâzân).
El silencio es la fuente
de la que la música sufí extrae su música.
Se asemeja en este aspecto a la tierra fecundada. El músico
no sabe qué va a surgir del silencio, ni en qué
momento, pero no puede dejar pasar el instante, tiene que estar
allí cuando germen salga a la luz. [Nota
6]
Una de las condiciones que ha de cumplir
la música o el/la cantante es su capacidad de «conmover
emocionalmente» al escuchante; a esta propiedad se la denomina
tarab, imprescindible así mismo para el tajuîd
o recitación coránica. Por este motivo, la música
fue un elemento de gran importancia en el cuidado y tratamiento de los
enfermos, y concretamente, los enfermos mentales de los hospitales islámicos
o bimaristan. En concreto tanto Al-Razi (854-932), Al Farabî (870-950)
o IbnSina (980-1037) establecieron principios científicos relativos
al tratamiento con los diferentes maqamât [Nota
7] en los desórdenes psicológicos
ya que cada maqâm evoca una emoción diferente.
Hoy
en día los medios de difusión y las nuevas tecnologías
han cambiado costumbres y han permitido el acceso a los diferentes temas
musicales a gran escala. Música profana, música clásica
o tradicional y música devocional se entrecruzan por las calles
y vericuetos de mercados y ciudades.
El ejemplo de la música
otomana:
Creada por la corte y músicos populares, y enriquecida con importaciones
persas y árabes tanto en términos como en instrumentos.
'La música
Otomana es la cristalización del arte Otomano en sonido,
así como lo fue la piedra en la arquitectura, un arte que
los occidentales solían llamar “el arte sublime”
en sus manifestaciones en tezhib (ornamentación dorada),
naks (miniatura), alfombras, hat (caligrafía) y ebru(papel
marmoleado). Es una música que hace volar al hombre con su
profundidad, expresando lo que yace más allá del tiempo
en las melodías más simples'. [Nota
8]
Dentro del sistema de educación
turco o Mesk, la Mevlevihane fue uno de los centros
que más influyera en el ámbito musical. Institución
dirigida por la cofradía sufí Mevlevíy orientada
al perfeccionamiento de la calidad humana por medio de técnicas
de entreno corporal, intelectual y espiritual. Aunque su alma mater
fue el maestro de Balkh, [Nota
9] Yalâl-ud-dînRûmî, fue su hijo,
SultanVeled quien institucionalizó y organizó la escuela
y su ritual, el semâ
[Nota
10].
Las mevlevihane tuvieron gran importancia como escuelas donde
las bellas artes: turca, árabe y persa, tales como la caligrafía,
la ornamentación y la música se enseñaban. La mayoría
de los compositores otomanos pertenecían a esta cofradía,
entre ellos Dervis Mustafa, Itrî oIsmâil, así como
muchos sultanes, vizires, grandes muftis y pashas
fueron educados entre sus muros. Este tipo de música alcanzó
su cima entre los siglos XVIII-XIX.
El tasawwuf
o sufismo, halló pronto en la música y
la danza dos medios excepcionales de expresión no meramente
estética sino espiritual. Con todo, algunos sufíes
fueron más allá. Música y danza no eran simples
vehículos expresivos -catárticos en algunos casos-
de una fuerza emotiva y pasional, sino que constituían en
sí mismas el trabajo espiritual. Es el caso, por ejemplo,
del mirífico poeta persa HazratMawlânâYalal al-Din
Rumí (1207-1273), inspirador de la tarîqamevleví,
la escuela sufí de los derviches giróvagos, conocida
por el ritual del samâ' y la danza del giro...[Nota
11]
Mether
(música militar) Dama
otomana Mevlevihane
El ejemplo
de la música de Irán:
Según el Profesor Daryus
Shayegan, la cultura iraní de cara a la música,
se caracteriza por un contexto 'esquizofrénico cultural' dada
la naturaleza contradictoria de sus dos fuentes: la persa antigua y
el islam.
Antes de la llegada del islam las melodías cantadas o recitadas
eran extraídas del Avesta, el libro sagrado del Zoroastrismo,
los modos que hoy conocemos por dogah, segahchahargah,
eran utilizados para cantar los gath y el término rast
(literalmente 'verdad') para cantar las historias de los buenos actos
o de las buenas personas. Tras la islamización, los músicos
persas no desaparecieron, así tenemos al gran Zaryab o Zyriab
(también conocido como ‘la perla negra’ por su origen
cuya influencia en Al-Andalus tanto en música, poesía
o costumbres, tuvieron gran importancia. O al Farabio IbnSina (Avicena)
grandes teóricos de la música del ‘ud y ney,
además de filósofos. Aunque como bajo otros cielos, la
música también vivirá sus momentos de contradicción
La música persa académica
clásica (MusiqiAsil o Dastgah) es improvisada
y se basa en una serie de gamas modales y acordes que han de ser memorizados.
El repertorio o radif se divide en doce dastgah con
más de 200 melodías cortas (gasheh) y tanto dastgah
como gasheh tienen un nombre propio. Esta música es
esencialmente vocal, y es el o la cantante quien deberá decidir
que ambiente crear eligiendo el dastgah correspondiente y los
poemas (de la literatura clásica y principalmente de maestros
de la mística como Rumi o Hafiz). En cuanto a los temas devocionales,
a parte de la recitación coránica, en Irán existe
el Noheh, o poesía improvisada de lamentación,
principalmente dedicada a recordar el martirio del Imam Husayn y el
drama de Karbalâ.
Música
iraní: Rozaneh, cantantes iraníes
La Poesía, musicalidad
escrita
Ya hemos recalcado la importancia en el mundo musulmán de la
lengua del mensaje coránico —el árabe— y aunque
no existen realmente registros de la poesía oral hasta el siglo
VIII, según la tradición, también para el mundo
pre-islámico árabe (época llamada de la ignorancia
o yahilia) fue un instrumento a través del cual los
poetas describían el mundo. La lengua árabe caracterizada
por distintos dialectos, tendrá como lengua común o Koiné
lo que llamamos árabe clásico o fusha, la lengua
en que fue registrado el Corán. Aunque existían escritos,
la transmisión literaria y poética sería siempre
oral aprovechando la ritmicidad de la propia lengua que, como dijimos,
según la tradición adoptará la cadencia del paso
del habitual medio de transporte y símbolo de nobleza y belleza
en el desierto, el camello.
Su época de oro —que comprenderá los imperios Omeya
y Abbasí hasta mediados del siglo XIII—será la de
la famosaDar al Hikma (la Casa de la Sabiduría de Bagdad), o
de las escuelas de Kufa y Basra, fecundadas por las recepciones griegas
y persas extendiendo su fama hasta Al Andalus y luego más allá
de las fronteras de los Pirineos.
Al Azkanî dirá de la poesía: ‘elocuente, sencilla
y comprensible’, y es que la palabra árabe para la poesía,
shi’r,
significa no solo versificación, sino también la comprensión
súbita, el sentir y también la palabra vello o cabello
(¿o no se nos ha erizado el vello de placer en algún momento
al oír una música o un poema?). Pero el resultado no será
hijo de la inspiración, sino de la destreza, de la habilidad
del poeta, del artesano. La obra ha de conseguir hacernos emocionar,
hacernos comprender, hacernos vivir y compartir con los demás.
La poesía es natham, es decir, algo que sigue un orden
métrico y musical, característica que se conservará
hasta la primera mitad del siglo XX.
Un ejemplo: La poesía sufí persa:
‘Un viajero victoriano señaló una vez que Persia
es un país donde la gente camina sobre alfombras de seda y habla
el lenguaje de la poesía’ [Nota
13] de hecho también se dice que si bien
la lengua árabe es la lengua de la Revelación, el persa
es la lengua de los ángeles.
La
poesía sufí persa está animada por una
visión de la belleza divina, la Unidad y el amor divinos en juego,
en el que al no existir diferencia entre femenino y masculino, el lector
puede interpretar indistintamente que el Amor divino, el amor a Ella
puede transformarse en el amor a Él. Así tenemos almajnûn
(el loco) poseído por los genios del desierto de la Arabia, cuna
del islam, que pasará a ser el loco de amor, cuya mayor representación
la tendremos justamente en el joven Majnûn,
el pastor enamorado de la bella Layla (la noche), convirtiendo a la
mujer en la epifanía de la belleza y del amor divinos.
Para
saber más
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DATOS
DE LA AUTORA:
Maris Stella Morales (Lima, 1961) Diplomada en Naturopatía
y M.T.C., cursa actualmente el Master de Estudios de Asia Oriental especializándose
en Arte y Pensamiento y en la comprensión de ambos como medio
para la contemplación y meditación. Aprende caligrafía
china con la calígrafa Tere Vila Matas, discípula del
maestro coreano Ung-No Lee y se inicia en el arte de la encuadernación
en Paris con la encuadernadora Catherine Chauvel continuando en Barcelona
con Begoña Cabero. También es alumna del maestro de Shakuhachi
Horacio Curti. Ha colaborado con la Asoc. Unesco para el Diálogo
Interreligioso de Barcelona como voluntaria y con el Centro de Estudios
de las Tradiciones de Sabiduría como docente ayudante en dos
cursos sobre los fundamentos del Islam.