La
excavación arqueológica junto a la iglesia descubre
los baños romanos mejor conservados de Asturias, adscritos
a una villa de mayores dimensiones que la gijonesa de Veranes
Existió una Asturias romanizada donde se practicaban
algunas de las costumbres más refinadas del Imperio romano.
Entre ellas, el lujo de los baños. Están a punto
de concluir los trabajos de excavación y consolidación
de las ruinas romanas de Valduno (Las Regueras), que conforman
los restos mejor conservados de Asturias de unos baños
romanos, tal y como los estructuró Vitrubio. Entre otros
elementos de estos ‘balnea’, la excavación
ha sacado a la luz la bañera del ‘caldarium’
(piscina de agua caliente) y el hipocausto, el sistema de calefacción
subterráneo. Todo forma parte de una gran villa romana.
La vega de Valduno, una de las de mayor entidad de Asturias,
acogió a partir del siglo I una villa romana de muy notable
tamaño y que estaba próxima a la vía romana
que enlazaba Lucus Augusti (Lugo) con el campamento de Lucus
Asturum (Lugo de Llanera). Ésta es una de las hipótesis
provisionales que se deducen de la inminente conclusión
de los trabajos de excavación y consolidación
de los baños de época romana encontrados junto
a la iglesia de Santa Eulalia de Valduno, concejo de Las Regueras.
Este conjunto balneario formaría parte de esa gran villa
y ya puede considerarse, por sus dimensiones, calidad de construcción
y excepcionales condiciones de conservación, como uno
de los yacimientos más relevantes del proceso de romanización
de la región, al tiempo como el mejor conservado de Asturias.
Tal y como indica el arqueólogo Rogelio Estrada, director
de las excavaciones, los baños de Valduno representan
‘la adopción de los usos y las costumbres genuinamente
romanos, que se manifiesta aquí en una de sus expresiones
más refinadas: la cultura del baño’.
La excavación, que ahora afronta la fase de consolidación
de las ruinas para hacerlas visitables, comenzó en diciembre
de 2004. La causa de la primera calicata fueron las obras de
adecuación del camino de la iglesia de Santa Eulalia
de Valduno, un templo construido en torno al siglo XVIII, con
retoques en los dos siglos posteriores. Sin embargo, la iglesia
se alza hoy sobre otra de origen medieval, un templo que, tal
y como ahora indican las excavaciones, a su vez podría
haber aprovechado una estancia de planta axial de estos baños
termales de carácter privado, denominados ‘balnea’
para diferenciarlos de los públicos, llamados ‘thermae’.
Estrada se pregunta si esa estancia sería el ‘apodyterium’,
es decir, los vestuarios.
No obstante, había más razones para una investigación
arqueológica. La zona contaba con sobrados y documentados
antecedentes de presencia romana. El profesor José Manuel
ya había encontrado, en 1947, en su parroquia natal la
monumental lápida dedicada a Sestio Munigálico,
que hoy permanece depositada en el Museo Arqueológico.
Además de esta pieza que muy probablemente procedía
de las importantes reformas efectuadas en el templo a finales
del siglo XIX, también existe una referencia de Ciriaco
Miguel Vigil, que recoge cómo en septiembre de 1868 un
labrador llamado Domingo Tamargo encontró durante sus
labores agrícolas varios ladrillos ‘de construcción
romana’ y un ‘pequeño molino de mano de piedra
de grano’. Finalmente, la construcción en los años
setenta del pasado siglo XX de la casa sacerdotal anexa al templo,
apostilla Rogelio Estrada, sacó a la luz con toda probabilidad
nuevos restos romanos.
La excavación, que concluirá en un mes con la
consolidación de las ruinas, ha permitido descubrir los
restos de unos ‘balnea’ de gran tamaño que,
responden a la ‘orientación canónica’
especificada por Vitrubio en sus clásicos libros de arquitectura.