Los
amantes del arte y la arqueología pueden agradecerle
a los problemas de estacionamiento en el Vaticano el descubrimiento
de una de las necrópolis mejor preservadas del mundo
antiguo. Las excavaciones han sacado a la luz una importante
área mortuoria compuestas por más de 40 edificios
sepulcrales, de pequeña y mediana envergadura, y más
de 250 tumbas dispuestas en diversos niveles, la mayoría
bien preservadas y que datan de entre fines del siglo I antes
de Cristo hasta principios del IV después de Cristo,
desde la época del emperador Augusto al emperador Constantino.
Un desprendimiento
de tierras o un alud de barro a fines del siglo II pudo ser
la causa del buen estado de conservación de la necrópolis.
El grado de conservación del sitio es extremadamente
inusual, ya que son monumentos, que suelen perderse fácilmente
por el paso del tiempo, un hallazgo único, que podría
considerarse, salvando las distancias, una pequeña Pompeya.
El director
de los museos de la Santa Sede, Francesco Buranelli, informó
que este descubrimiento salió a la luz de manera casual
en el 2003 durante la construcción del aparcamiento de
Santa Rosa, a un lado de los Museos Vaticanos. En la restauración
del lugar se involucraron 30 especialistas quienes lo lograron
poner en condiciones óptimas en poco más de tres
años de trabajo.
El nuevo
espacio tiene 500 metros cuadrados, explicó que se trata
del descubrimiento de una Necrópolis, única en
su tipo. El director de los Museos Vaticanos informó
también que el sitio podrá ser visitado por el
público en general, en pequeños grupos de 25 personas,
a partir de este mes de octubre y la entrada tendrá un
costo de cinco euros.