El
Puente Colgante de Vizcaya ha sido declarado Monumento de la
Humanidad entre un total de 37 candidaturas, el Comité
del Patrimonio Mundial de la UNESCO ha decidido, en su 30ª
asamblea general en Vilnius (Lituania), otorgar esta categoría
al conocido Puente Colgante porque según ellos mismos
han pronunciado, constituye ‘una excepcional expresión
de creatividad técnica’, en la que se combinan
perfectamente su funcionalidad y su belleza estética.
Además, subraya que fue el primer transbordador del mundo
y el único de esas características que se encuentra
en activo. Creó una nueva forma de construcción
que influyó en el desarrollo de los puentes transbordadores
en las tres siguientes décadas en todo el mundo, exportando
las tecnologías utilizadas en Francia y España.
Tras la declaración concedida, el puente se ha convertido
en el primer bien cultural del País Vasco y en el primero
de España en la categoría de Patrimonio Industrial.
El Puente Colgante de Vizcaya, conocido popularmente como 'El
puente' o 'El transbordador', une desde hace 113 años
(se inauguró en 1893) las dos márgenes de la Ría
del Nervión junto a su desembocadura, entre las localidades
de Portugalete y Getxo, y ha encarnado durante todos estos años
la imagen más reconocible de la Vizcaya industrial.
El Ministerio de Cultura presentó la candidatura del
Puente Colgante ante la UNESCO en enero de 2005 y fue una candidatura
única, con el fin de lograr que se reconociera como Patrimonio
de la Humanidad.
La UNESCO ha valorado el carácter emblemático
que representa como símbolo identificador de Vizcaya
y del País Vasco, así como su valor como eslabón
en la cadena de puentes construidos en el siglo XIX.
De éstos, solamente se conservan otros tres en Europa,
el de Rochefort-Martrou, en Francia, el de Newport, en Inglaterra,
y el de Ostem en Alemania. También hubo puentes colgantes
de este tipo en África y América, pero solamente
ha sobrevivido el de la Boca en Buenos Aires.
El puente fue construido por el ingeniero vizcaíno Alberto
Palacio y Elissague, un discípulo del creador de la Torre
Eiffel. Es un elemento estructural puro, desprovisto de cualquier
revestimiento decorativo, compuesto por dos pilas dobles, una
en cada margen, que elevan unos cables hasta los 61 metros de
altura que se anclan en ambos extremos en macizos de cimentación
situados a unos 110 metros de las citadas torres.
Entre las dos torres los cables forman una parábola,
de la que cuelga el travesaño superior de 160 metros
de luz, situado a 45 metros de altura. Sobre el travesaño
se desliza un carretón del que cuelga un sistema de cables
cruzados que sujeta la barquilla que traslada a pasajeros y
vehículos de una localidad a otra.
Las torres, originales, se encuentran construidas en acero roblonado
(sujetado con clavos de hierro remachados), mientras que el
travesaño actual corresponde a la reconstrucción
realizada en los años 1940 y 1941, tras una voladura
realizada durante la Guerra Civil, y aunque difiere ligeramente
del original, respeta el concepto estructural del diseño.
La barquilla, que traslada a los pasajeros y automóviles
en poco más de un minuto, es la que más ha evolucionado
con el paso del tiempo, ya que frente a la primera plataforma,
que era abierta y estaba cubierta por una simple tejavana (sin
otro techo que el tejado), la actual ofrece una mayor comodidad
a los pasajeros, unos seis millones al año.
Con
esta declaración, España cuenta ya con 39 bienes
inscritos en la lista del Patrimonio Mundial, lo que le convierte
en el segundo país con mayor número de bienes
declarados.
Entre los bienes declarados en esta 30ª sesión de
la UNESCO se encuentran también el Paisaje Agavero y
de las Antiguas Instalaciones del tequila en México,
el Poblado Minero de Sewell (Chile), la Ciudad de Génova
(Italia), la Sala del Centenario en Wroclaw (Polonia), el Santuario
del Panda Gigante en Sichuan (China) y Harar Jugol (Etiopía).