‘La
edificación está rodeada por muros escalonados
y podría haber servido para que ‘el alma del emperador
pasara a mejor vida’, según informa la agencia
estatal, Xinhua.
Desde el año 2000, los arqueólogos han utilizado
tecnología sensorial remota para estudiar la estructura
interna del mausoleo, cuya excavación está suspendida
desde hace años debido a que los medios utilizados en
China no garantizan la conservación de lo que se descubra.
La recién hallada construcción está sepultada
sobre la tumba principal y cada muro cuenta con nueve escalones,
explicó Duan Qingbo, investigador del Instituto de Arqueología
de Shaanxi, provincia norteña donde está ubicada
Xian, la ciudad que acoge el mausoleo del primer emperador.
Los registros históricos describen la tumba de Qin Shihuang,
quien forjó con la fuerza un Estado chino hace más
de 2.000 años, pero no mencionan la estructura.
Qin Shihuang (221-206 a.C.) comenzó a reinar con sólo
13 años, unió los siete estados combatientes en
el año 221 a.C. y fundó la dinastía Qin,
la primera dinastía feudal de China unificada. Realizó
numerosas reformas y grandes empresas como, estandarizar pesos
y medidas, introdujo el alfabeto único y mandó
construir la Gran Muralla. Estableció su capital cerca
de Xian, donde en 1974 un campesino descubrió los guerreros
de terracota. Hasta ahora se han desenterrado sólo un
millar de los 8.000 guerreros que, según los expertos,
escoltaban la tumba. Su hallazgo está considerado como
uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes
del siglo XX.
Las investigaciones realizadas hasta ahora estiman que el mausoleo
tiene 2,13 kilómetros cuadrados de superficie y, junto
a otras 181 tumbas extendidas por la zona, cubre una superficie
total de 60 kilómetros cuadrados. Unos 720.000 obreros
trabajaron durante 38 años para construir este monumento
funerario que, según la leyenda, esconde un vasto palacio
subterráneo con ríos de mercurio y techos de perlas
y diamantes.