La
Torre Eiffel celebra los 120 años del inicio de su construcción.
En medio de polémicas y pasiones encontradas, a principios
de julio de 1887 empezó la construcción de esa
torre concebida por el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel (1832-1923).
Este ingeniero de origen alemán, en realidad se llamaba
Alessandrei Gustaaf Bönickhausen, el apellido Eiffel fue
adoptado por uno de sus antepasados a principios del s.XVIII,
tomado de su lugar de nacimiento, Marmagen, en la región
de Eifel, adquirió experiencia en la construcción
diseñando puentes de hierro, como el que construyó
en 1877 sobre el río Duero, cerca de Oporto, en Portugal,
formado por un único arco de acero de 160 m de altura.
Otro de sus trabajos, no tan conocidos fue la estructura metálica
de la Estatua de la Libertad de Nueva York.
El proyecto de construcción de la Torre Eiffel resultó
seleccionado en un concurso en el que fueron presentadas 700
propuestas. Esta imponente torre, de 6.300 toneladas de hierro
forjado en 18.000 piezas unidas por 2.500.000 remaches, posee
una altura de 300 metros, sin contar con los 24 metros que le
aportan la antena situada en parte alta. Su construcción
se terminó el 31 de marzo 1889 y fue abierta al público
el 6 de mayo de este mismo año. En un principio, la torre
metálica iba a ser erigida de forma provisional, con
motivo de la Exposición Universal de 1889 de París.
A pesar de las innumerables trabas a las que Eiffel tuvo que
hacer frente, entre ellas la oposición de la Academia
francesa de Bellas Artes, no se dejó intimidar y prosiguió
con la construcción de una torre de piezas metálicas
unidas entre sí para dar, como él mismo explicó,
‘una gran impresión de fuerza y belleza’
pero sin que pareciera maciza.
Muchos coetáneos no creyeron en la posibilidad de que
una torre pudiese alcanzar tal altura, y lo consiguió,
pero no sólo ha conseguido ser un monumento duradero,
sino que ha logrado ser uno de los monumentos más emblemáticos
y el más visitado del mundo.