La
Biblioteca Vaticana cerrará sus puertas el sábado
por una restauración de sus instalaciones, que durará
tres años, aunque su responsable, el arzobispo Raffaele
Farina, ha garantizado el funcionamiento de ‘algunos de
sus servicios’ en este período.
Farina, Archivero y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana,
ha asegurado la ‘continuación e incremento’
de servicios, como el catálogo en línea o la reproducción
fotográfica y digital de sus documentos.
El edificio actual de la biblioteca fue encargado en 1587 por
el Papa Sixto V al arquitecto Domenico Fontana, que diseñó
el ‘Salone Sistino’, una sala de 70 metros de largo
y 15 de ancho adornada con numerosos frescos. Hace un par de
años expertos descubrieron que un ala del edificio tenía
graves problemas de estabilidad, por lo que según fuentes
vaticanas la restauración no puede esperar.
La restauración de la Biblioteca Apostólica Vaticana,
fundada oficialmente por el Papa Sixto IV en 1475, afectará
a varios de sus laboratorios y depósitos, así
como el gabinete numismático. La Biblioteca vaticana
alberga, entre otros, 1.6 millones de textos, 75 mil manuscritos
y 8 mil 300 incunables.
El hoy viernes es el último día para la consulta
de los textos que sirven de base para los estudiosos que visitan
estos archivos y que, desde hace días, hacen cola desde
primeras horas de la mañana para hacerse con uno de los
92 puestos disponibles en la biblioteca.
Algunos investigadores y organizaciones, como el instituto de
investigación musical Ibimus, han promovido una petición
por internet para que el papa Benedicto XVI considere las medidas
‘oportunas’ para continuar el ‘servicio público’
de la Biblioteca.