Juan Manuel Urgoiti presentó
ayer su dimisión como presidente de patronato del Museo
Reina Sofía, el órgano de gobierno de la institución
en el que se toman muchas de las decisiones más relevantes.
Urgoiti ha permanecido en el cargo desde 1997. Su salida del
museo se produce una semana después de la dimisión
de Ana Martínez de Aguilar como directora. Precisamente
hoy se lleva al Consejo de Ministros el cese de ésta
Tras las dos dimisiones, hoy se ha puesto en marcha el engranaje
para decidir quien será el nuevo patrono y el nuevo director
de este importante museo español. Para elegirlos, han
sido llamados representantes de la Asociación de Directores
de Arte Contemporáneo (ADACE), la Unión de Asociaciones
de Artistas Visuales (UAAV), del Instituto de Arte Contemporáneo
(IAC), el Consejo de Críticos de Artes Visuales y el
Consorcio de Galerías. Se trata del conjunto de asociaciones
que firmaron con Carmen Calvo el documento de buenas prácticas
en los museos.
Entre las propuestas estarán los cambios en el Patronato,
que van a sustanciarse el próximo día 25 en una
sesión del órgano rector del CARS. Al parecer,
es voluntad del ministro abrir el mismo a los artistas, pero
también a los teóricos, profesores y críticos.
Sin embargo, el punto en el que tal vez más énfasis
se pone desde Cultura es que se asegure la representación
de los partidos políticos, así como una muy destacada
presencia de algún coleccionista español. Se espera
que estas medidas doten de estabilidad a la vida del museo.
Son muchos los nombres que se han barajado sobre su sucesor,
pero cobra fuerza la idea de que el Patronato estará
presidido por una mujer de gran valía. Una vez elegido
el presidente del Patronato, se organizará la elección
del nuevo director. Para ello deberá designar un comité
de expertos -al menos siete, tanto nacionales como internacionales-,
que estudien los proyectos presentados y, sobre todo, debatir
y definir el perfil ideal del nuevo director. El Ministerio
de Cultura quiere nombrar director antes de concluir octubre,
para no alargar la situación de descabezamiento actual
en el museo. Además, se está pensando a fondo
la idoneidad de no revelar el nombre de los candidatos a director,
sino sólo el del ganador, para facilitar el concurso
de personas que verían comprometida su situación
si se conociera su deseo de dirigir el CARS. En este punto habrá
fricción con las asociaciones, puesto que los promotores
del código de buenas prácticas exigirán
la máxima transparencia en todo el proceso, que para
ellos es algo así como un cambio de paradigma. También
le pedirán al Ministerio que consiga un consenso político
parlamentario similar al del Prado que otorgue estabilidad.