Nacido
en Barcelona en 1925, inició su andadura artística
en los años 40. En 1948 fundó la revista Dau
al Set con Joan Brossa, Joan Pon, Antoni Tàpies,
Arnau Puig y Joan-Josep Tharrats. Este grupo reivindicó
las vanguardias artísticas que la Guerra Civil había
interrumpido. Preocupado por el valor plástico de los
signos, su obra tiene un fuerte parentesco con el surrealismo
y muestra una gran sensibilidad por la fuerza expresiva del
color. El pintor viajó en la década de los 50
por diversos países europeos y permaneció temporadas
en París y Lyon.
En los años 60 introdujo el collage, lo que le acercó
al pop art. En esos años, Cuixart obtuvo el primer premio
de pintura extranjera en la V Bienal de Sao Paulo y la invitación
para participar en la Bienal de Venecia, en una etapa de gran
actividad expositiva nacional e internacional, con muestras
en la sede de la Unesco y el Guggenheim. A mitad de la década
de los 60, retornó a la pintura plana, en la que mostró
un realismo crítico muy personal en obras como Venus
kebrada. En los 70 se estableció en Palafrugell e inició
un periodo de creatividad que se prolongó hasta finales
de los 80. A principios de los 90 inició una etapa pictórica
marcada por la introspección de la naturaleza a partir
de la abstracción. Se mantuvo en activo hasta el 2002,
año en el que abandonó la pintura.
En 1998 se creó la Fundación Cuixart, con sede
en Palafrugell. El pintor recibió distinciones como la
Creu de Sant Jordi, la Clau d'Or de la Ciutat de Barcelona y
la Encomienda de la orden de Isabel la Católica.
Mañana jueves a las 13.00 horas tendrá lugar en
la misma iglesia donde se ha situado la capilla ardiente, la
iglesia parroquial de Sant Medir de la localidad ampurdanesa,
el funeral que homenajeará al desaparecido artista, que
será incinerado y sus cenizas depositadas en una tumba
que el ayuntamiento de Palafrugell ha cedido en el cementerio
local.