El
anuncio lo ha realizado el secretario general del Consejo Supremo
de Antigüedades (CSA), el egiptólogo Zahi Hawass,
en un comunicado en el que adelantó que la investigación
durará 60 días, y que la llevará a cabo
el Centro de Ingeniería Arqueológica de la Universidad
de El Cairo. Pese al comunicado, Hawass negó tajantemente
que las aguas subterráneas que han emergido en el lugar
hayan afectado a la estatua y que ésta esté en
peligro, y recordó que la Esfinge ‘ha sido sometida
a una restauración y estudio precisos’. Por otra
parte, también ha mostrado su descontento con algunos
medios de comunicación por haberse hecho eco de las opiniones
de alguien que no es experto y que afirmó que la Esfinge
estaba en peligro debido a las aguas subterráneas. ‘Esas
alegaciones son incorrectas, además el tema ha sido planteado
por un guía de turismo que no está vinculado con
especialidades científicas relacionadas con la Arqueología,
por lo que su opinión carece de base científica’,
subrayó Hawass.
La persona a la que alude Hawass, es el egiptólogo Bassam
El Asma que hizo saltar la alarma hace cinco semanas y abrió
su propio portal en internet para concienciar a la sociedad
y a la comunidad científica del daño ‘irreparable’
que causaría a la milenaria estatua con cuerpo de león
y cabeza de faraón si las aguas llegaran a filtrarse
dentro de ella. Desde entonces, el experto egipcio ha participado
en programas y ofrecido entrevistas en prensa, radio y televisión.
Hawass, ha precisado que el estudio se llevan a cabo para determinar
el nivel y el origen de las aguas subterráneas en la
zona de Nazlat Al Zaman, próxima al área donde
esta situada la Esfinge y las Tres Pirámides de Giza.