Con
su obra traducida a 34 idiomas y publicada en un centenar de
países, Orhan Pamuk es una de las mayores figuras de
la literatura turca contemporánea. En su incorporación
al claustro, el Premio Nobel de Literatura 2006 estuvo apadrinado
por el profesor Dámaso López García, decano
de la Facultad de Filología, quien dijo que las narraciones
de Pamuk nos acercan a la Turquía actual y a la del siglo
XVI, apelando a ‘formas de experiencia que pueden compartir
lectores de todos los rincones del mundo’.
Pamuk estuvo acompañado en el solemne acto académico
por el rector de la Complutense, Carlos Berzosa, y el escritor
español Juan Goytisolo.
El autor, que se definió como ‘un humilde servidor
del arte de la novela’, dijo que ésta ‘lanza
nuestra imaginación hacia mundos lejanos que nos permiten
saber quiénes somos realmente, adentrándonos en
la verdad de los otros’, y nos ayuda a superar las visiones
más cortas sobre ‘lo que creemos que somos’.
‘La novela es como una orquesta de música, uno
de los grandes logros de la civilización europea’,
‘es lo que hace que hoy Europa sea lo que es’, afirmó
el escritor de ‘Nieve’, que insistió en que
el objetivo de la novela no es cambiarnos por otros, sino identificarnos
‘en su pena, su compasión o su humildad’.
En su ‘laudatio’, López García habló
del libro ‘Estambul’ y de cómo Pamuk plantea
a su manera el conflicto entre memoria e historia, y de su novela
‘Nieve’, que transcurre en la remota ciudad fronteriza
de Kars, donde el autor muestra a sus lectores de forma descarnada
el conflicto entre Oriente y Occidente. Por ese y otros muchos
méritos, el decano consideró que la obra del escritor
turco debe ser asunto de estudio y reflexión para la
crítica académica y literaria.
El rector Carlos Berzosa afirmó que, en un mundo desgarrado
por la intolerancia y el racismo, Pamuk se ha convertido en
un símbolo de libertad y cultura. Lo es, dijo, por sus
novelas, en las que narra la difícil relación
entre los estados laicos y la civilización musulmana,
y por el juicio de alta traición al que fue sometido
por recordar el genocidio armenio realizado por los turcos.