Así
como en su época Picasso, o Duchamp escandalizaron al
mundo con su arte revolucionario y estrambótico, otros
artistas que hoy se consideran malos también están
causando conmoción con sus exhibiciones en museos y galerías.
Sus exposiciones se muestran en espacios especializados en promover
y coleccionar lo que se denomina ‘mal arte’, ese
que las prestigiosas instituciones públicas y galerías
privadas nunca se atreverían a mostrar.
En su página web, el 'Museum of Bad Art' (Moba), ubicado
en Dedham (Massachusetts, EEUU), se describe como ‘el
único museo del mundo dedicado a la colección,
preservación, exhibición y celebración
del mal arte en todas sus formas’. (http://www.museumofbadart.org/)
Su nacimiento está vinculado al hallazgo casual y la
apreciación artística de una pintura abandonada
y recobrada, 'Lucy en el Campo con Flores', un óleo sobre
tela de 60 por 76 centímetros realizado por un artista
anónimo. La pintura fue rescatada de la basura por el
bostoniano Scott Wilson, quien inmediatamente la proclamó
‘una obra maestra’ por tratarse de ‘un retrato
con autoridad y trascendencia’.
Poco después, una llamada telefónica al Moba confirmaría,
si bien no la autoría, al menos la procedencia de la
pintura. ‘Hola, es la nieta de Lucy’, decía
una voz al otro lado del teléfono. Se trataba de la nieta
de Anna Lally Keane, el verdadero nombre de la anciana retratada
en el cuadro, al que se le conoce como 'La Mona Lisa del Moba'.
Pero no sólo Wilson se ha dedicado a darle sus ‘15
minutos de fama’ -como diría el padre del pop Andy
Warhol- a los pintores anónimos cuyas obras pueden ir
a parar a la basura o a las tiendas de artículos de segunda
mano, conocidas en EEUU como ‘thrift shops’.
En 1990, Bert Christensen dejó su negocio Christensen
Television, en Toronto, y se dedicó a coleccionar y promover
‘mal arte’ en su sitio en Internet 'Weird, Strange
& Just Plain Bad Art'. La página consiste en un compendio
de imágenes de obras mediocres, incluida la célebre
'Pink Poodle and Hydrant with Text', del artista estadounidense
Jim Shaw.
Tras recuperarla en una tienda de descuentos, Shaw la incluyó
en su colección 'Thrift Store Paintings', que incluye
docenas de pinturas de artistas aficionados o anónimos,
y que fue exhibida en el año 2000 en el Instituto de
Arte Contemporáneo de Londres.
Adrian Searle, del periódico londinense 'The Guardian',
comentó entonces que ‘las pinturas son horribles,
insostenibles y crapulosas. Estas personas no pueden dibujar
ni pintar y nunca se les debería dejar solas con un pincel’.
Pero lo que constituye buen o mal arte es, por supuesto, una
cuestión subjetiva, de gustos y opiniones personales,
según la músico Lauren Wood, que amasa una colección
de arte mediocre y pésimo en su sitio 'Bad Art Gallery'.
‘Lo que para una persona es un tesoro para otra puede
ser basura’, asegura Wood, que creó su colección
inspirada en el Moba y porque ‘hay tanto arte malo que,
como pasa con la colisión de un tren, no se puede dejar
de mirar’. Jim Shaw, que tiene una prolífica y
exitosa carrera como artista, también inspiró
un concepto similar, el de ‘PSB Gallery of Thrift Store
Art’, una colección de obras con títulos
ridículos como 'Escena Nocturna con Huevo' y 'Hombre
en Bata sorprendido por la Muerte
Actualmente, hay una colección permanente de 250 obras
que en su mayoría provienen de gente que encuentra objetos
de arte abandonados en la calle, que adquieren por poco dinero
en los mercadillos o que pertenecían a algún familiar
fallecido. Los artistas son en su mayoría creadores sin
talento o amateurs que aún no han desarrollado una buena
técnica.