Francis
Bacon (Dublín, 1909 - Madrid, 1992), pintor inglés
de origen irlandés, es uno de los artistas más
importantes de la posguerra. En contraste con la pintura abstracta
e informal predominante en la época, él se hace
estandarte de una pintura figurativa que exprime con toda su
violencia. Fue un autor controvertido que supo plasmar como
nadie la dolorosa condición del ser humano, expresando
su vulnerabilidad e innata crueldad, a través de sus
lienzos.
Bacon no tuvo una formación académica, tras pasar
por Londres se traslada en 1926 a Berlín, donde entra
en contacto con el expresionismo y la pintura de Grosz, Otto
Dix y Max Beckmann. Pero su carrera artística no se inicia
hasta que llega a París un año después,
y donde le impresionó la obra de Picasso, en la Galería
de Paul Rosenberg, su influencia más importante, que
lo llevaría a pintar, sin demasiado éxito. En
1929 se asentó definitivamente en Londres
A finales de los años 30 sufrió una crisis que
le llevó a destruir la mayoría de sus obras, prácticamente
toda su obra de juventud, y a abandonar la pintura durante varios
años. Volvió a retomar la pintura en plena II
Guerra Mundial, y es en 1944 con sus ‘Tres estudios de
figura en la base de una Crucifixión’, cuando fue
catapultado a la fama, pasó de la noche a la mañana
a ocupar una posición crucial en la pintura inglesa como
el pintor más polémico del país. Sus cuadros
suelen tener una figura masculina o femenina en solitario, situada
en un espacio interior cerrado.
Hasta aproximadamente 1950, su temática preferida son
cuerpos distorsionados, bocas chillando y cruces. Imágenes
éstas que aluden a violencia, desesperación, agresión
y dolor. Entre 1951 y 1967 realiza sus famosos retratos, entre
los que destacan los basados en el ‘Retrato del Papa Inocencio
X’ de Velázquez.
Bacon era extremadamente perfeccionista, lo que le llevó
a tirar o destruir muchas de sus obras. Algunas de ellas han
aparecido recientemente en el aniversario de su muerte.
Coincidiendo con la onomástica se celebra hoy, 24 de
abril, una subasta en la casa Send de Surrey, en el sur de Inglaterra.
En total se subastarán 45 lotes, integrados por retratos,
muchos de ellos mutilados, dibujos, documentos y fotografías
inéditas del artista, rescatados por un antiguo empleado
de electricidad del pintor, Mac Robertson.
Según ha relatado, Robertson metió todo aquel
heterogéneo material en tres bolsas de la basura y se
lo llevó a casa para guardarlo en el ático, de
donde han salido ahora para una subasta que ha despertado gran
expectación debido a la fama del artista y a los récords
de precios alcanzados por su obra en las últimas subastas.
Entre los objetos que se venderán figura un estudio de
retrato al óleo, el mejor conservado, que presenta ciertas
similitudes con los estudios que hizo Bacon de su colega Lucian
Freud, pero que también podría ser de su amante
Peter Lacy, con el que tuvo una relación tempestuosa.
Los 45 lotes incluyen también contactos fotográficos
de muchos de sus cuadros, un pasaporte y un documento de identidad
del citado Peter Lacy, así como fotos inéditas
de Bacon con su amante masculino en la terraza de un café
y en la parisina torre Eiffel.