El
tribunal de este premio, que se concede cada dos años,
destacó la claridad arquitectónica del edificio
y ‘la inteligente materialización del programa’.
Asimismo, resaltó la forma en que la base conceptual
de una serie de contenedores interrelacionados permite crear
unos espacios interiores flexibles que pueden resolver eficazmente
los problemas que plantea la exposición del arte contemporáneo.
Por ello, el jurado, de esta edición presidido por el
arquitecto Ricky Burdett y formado por Peter Cachola Schmal,
Beth Galí, Bettina Götz, Luis Fernández Galiano,
Ellen van Loon, Mohsen Mostafavi, Francis Rambert, Dietmar Steiner
y Lluís Hortet como secretario, estimó que el
Musac es un edificio emblemático que contribuye a la
regeneración de su entorno urbano.
Construido en la zona más moderna de la ciudad de León,
el Musac fue inaugurado por los Príncipes de Asturias
el 1 de abril de 2005. A lo largo de los dos últimos
años se ha consolidado como uno de los centros artísticos
de referencia en España.
Se trata de un edificio con una peculiar planta, heredada de
la geometría de algunos mosaicos romanos, cuya originalidad
radica en que mediante dos polígonos, un cuadrado y un
rombo, permite desplegar una superficie continua sobre el plano.
Una de las señas de identidad de este peculiar edificio
es la fachada compuesta por más de 3.000 vidrios coloreados,
inspirados en la vidriera de 'El Halconero', una de las más
antiguas de la Catedral de León, del siglo XIII. En el
interior, el hormigón blanco es el protagonista de un
lugar en el que los espacios fluyen entre si.
Tal derroche de color, más de 500 vigas de hierro sujetan
los 3.351 vidrios que conforman los muros externos del edificio,
contrasta con el blanco ascético del hormigón
con el que está hecho el interior, iluminado por luz
natural en muchas de sus dependencias.
La superficie de las cinco salas de exposiciones del museo es
de 3.400 metros cuadrados. A ellas hay que sumar los 180 metros
cuadrados de la sala de proyecciones y los 450 del vestíbulo
de entrada, iluminado por dos grandes lucernarios.
Un premio más en su trayectoria
Los arquitectos responsables del proyecto, los españoles
Mansilla y Tuñón, son profesores titulares del
Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela
de Arquitectura de Madrid. En 2003 ya obtuvieron el Premio Arquitectura
Española por el Auditorio Ciudad de León.
En sus comienzos, después de un periodo de colaboración
con el renombrado arquitecto Rafael Moneo entre 1982 y 1992,
ambos fundaron Mansilla + Tuñón Arquitectos, una
oficina dedicada a la confrontación de la teoría
con la práctica proyectual y constructiva.
Juntos han ganado también otros concursos arquitectónicos
por sus proyectos. La Ciudadela Cultural en Logroño (2003),
el Museo de los Sanfermines (2001), el Centro de Cultura contemporánea
de Brescia (2000), o el Centro Documental de la Comunidad de
Madrid en la antigua fábrica El Águila (1995)
son algunos ejemplos de ello.
Un jurado compuesto por expertos independientes
La Fundación Mies van der Rohe fue creada en 1983 por
el ayuntamiento de Barcelona, con el objetivo inicial de llevar
a cabo la reconstrucción del Pabellón Alemán,
diseñado por el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969)
para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
Desde 1988, la fundación concede el premio homónimo,
considerado el más importante de Europa en el ámbito
de la arquitectura. Las candidaturas de las obras son propuestas
por un amplio grupo de expertos europeos e independientes, así
como por los colegios de arquitectos que forman parte del Consejo
Europeo de Arquitectos.
La Embajada de Holanda en Berlín, de OMA/Rem Koolhaas
y Ellen van Loon (2005); el aparcamiento y Terminal de Hoenheim
Norte en Estrasburgo, de Zaha Hadid (2003) y el Kursaal en San
Sebastián, de Rafael Moneo (2001) han sido los premiados
en las últimas ediciones.