La
organización de la ONU para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (UNESCO) quiso evitar una ‘confusión
lamentable’ entre su mandato de protección del
patrimonio mundial y la iniciativa de Weber, que ‘no podrá
contribuir de forma significativa y duradera a la preservación
de los sitios elegidos por el público’.
En un comunicado, la organización precisó que
la elección de las nuevas siete maravillas se hará
exclusivamente a través de los votos de la población
que tiene acceso a internet, ‘no del conjunto’ del
mundo. Aunque reconoció que ha sido invitada en varias
ocasiones para sumarse al proyecto, señaló que
no se ha sumado a la campaña porque sus fines son diferentes.
La organización persigue ‘ayudar a los países
a identificar, proteger y preservar el patrimonio mundial’
, para lo cual ‘no basta con reconocer el valor sentimental
o emblemático de ciertos sitios y clasificarlos en una
nueva lista’. ‘No hay ningún punto de comparación
entre la iniciativa mediática de Weber y el trabajo científico
y educativo que resulta de la inscripción de los sitios
en la lista del patrimonio mundial’, señaló.
La UNESCO recordó que su trabajo consiste en definir
los criterios científicos, evaluar la calidad de los
candidatos, definir los marcos legislativos y de gestión
y lograr que las autoridades competentes faciliten un sistema
de seguimiento permanente del estado de conservación
de los sitios. Ello exige un trabajo técnico de conservación,
político de persuasión y pedagógico de
fondo sobre los valores que tienen estos sitios, las amenazas
que afrontan y las acciones necesarias para evitar su pérdida.
Lanzada en 2000, la iniciativa de seleccionar las siete nuevas
maravillas del mundo culminará el próximo día
7 de julio, cuando se den a conocer en Lisboa los lugares ganadores.
En mayo pasado, la fundación que creó el concurso
había superado los 45 millones de votos a través
del teléfono móvil o internet.
Entre las candidatas a la distinción figuran las ruinas
de la Alhambra de Granada (España), la ciudadaela del
Machu Picchu (Perú), la Pirámide de Chichen Itzá
(México), o la estatua del Cristo Redentor en el Cerro
del Corcovado (Brasil).