El
promotor cultural de 71 años comunicó su decisión
al patronato de la entidad el martes por la tarde, pero él
mismo la hizo pública este miércoles, para ser
efectiva el 31 de diciembre o tan pronto como se elija a su
sucesor, cuya búsqueda ya está en marcha.
‘Difícil será contemplar la vida lejos de
una institución a la que he dedicado casi toda mi carrera
profesional. Pero sé que es el momento adecuado, tanto
para mí como para el museo’, señaló
en un comunicado.
La salida de De Montebello fue calificada como el fin de una
era, el comienzo de una nueva etapa en la vida del Metropolitan.
Los elogios a la gestión que realizó durante estas
tres décadas pasadas fueron unánimes.
‘Deja un legado incomparable. Ningún director de
museo en cualquier lugar del mundo ha hecho más por expandir
y enriquecer la apreciación del arte para tantas generaciones,
todo ello con gran gusto, erudicción, diplomacia y visión’,
dijo James Houghton, al frente del patronato.
Durante su mandato, el museo ha duplicado su tamaño y
se ha convertido en un referente mundial y una de las principales
atracciones turísticas que atrae cada año a millones
de personas hasta la Gran Manzana.
Los comienzos de Montebello en el Metropolitan datan de 1963,
como comisario adjunto y escaló puestos hasta llegar
a su dirección en 1977, convirtiéndose en el octavo
director de esta institución con 138 años de existencia.
Cuando llegó al cargo, el museo recibía 3.5 millones
de visitantes al año, consiguiendo un máximo histórico
en 2000 de 5.1 millones. Tras los ataques terroristas en la
Urbe de Hierro, el 11 de septiembre de 2001 (11-S) , el turismo
decreció en Nueva York, aunque se ha recuperado desde
entonces hasta superar los 4.5 millones en la última
temporada.
Su último logro fue la expansión de las salas
de arte clásico griego y romano, con un presupuesto de
218 millones de dólares, un nuevo espacio que fue inaugurado
el pasado abril y que atrae a cuatro mil visitantes al día.
El año pasado, este francés de nacimiento recibió
el reconocimiento más prestigioso de Francia, la Legión
de Honor, un premio que culminó su exitosa trayectoria.