El
grupo de investigadores, formado por 15 personas, integrado
por egiptólogos, arqueólogos, restauradores, arquitectos,
fotógrafos y dibujantes de distintas partes del mundo
y dirigido por el arqueólogo español José
Manuel Galán ha descubierto la tumba intacta de un arquero
de alto rango de 4.000 años de antigüedad. La caja
de madera contiene el nombre del difunto, Iqer, que significa
'el excelente', en escritura jeroglífica. En el interior
del ataúd han encontrado el cuerpo momificado y debajo,
dos grandes arcos y tres bastones largos.
El hallazgo se enmarca en la séptima campaña del
'Proyecto Djehuty', cuyos integrantes investigan las tumbas
de Djehuty y de Hery, localizadas en la orilla oeste de Luxor
(Egipto), en la necrópolis Dra Abu el-Naga. Djehuty y
Hery fueron dos altos dignatarios de la corte de Hatshepsut,
una de las pocas mujeres en la historia del antiguo Egipto que
ejerció de faraón, en torno al año 1500
a.C.
Junto a la cabecera del ataúd se ha recuperado también
una vasija de cerámica y cinco flechas clavadas en la
tierra. La mayoría de ellas conserva las plumas en el
extremo trasero, junto a la zona donde se encaja la cuerda del
arco.
También han hallado dos cámaras funerarias ubicadas
en un pozo de enterramiento, con gran parte del ajuar funerario
de un noble y su mujer de más de 3.400 años de
antigüedad. Asimismo, destaca un pequeño papiro
con un breve texto de carácter mágico que los
egipcios del año 1.000 a. C. llevaban como amuleto dentro
de un estuche colgado al cuello. Asimismo, el año pasado,
el equipo dirigido por el investigador del CSIC encontró
43 ramos de flores secas atados con cuerdas y formados en su
mayoría por ramas de olivo y persea. Los vestigios, en
buen estado de conservación, son los restos de olivo
más antiguos recuperados hasta la fecha, con 3.500 años.
El director del proyecto, José Manuel Galán, destaca
la importancia del descubrimiento: ’Es un hallazgo único
y sorprendente porque muy pocas veces los arqueólogos
tienen la fortuna de descubrir un enterramiento intacto tan
antiguo. Habitualmente, las tumbas que se encuentran han sido
visitadas antes, la primera vez por la familia del difunto,
para recuperar las joyas y los objetos de valor, y la segunda,
en el siglo XIX, por saqueadores profesionales de tumbas, que
provocaban grandes daños’. También comentó
que ’el arquero Iqer, enterrado con sus arcos y flechas,
documenta estos años de conflicto y refleja una sociedad
compleja, guerrera, a la vez que sofisticada, cultivada, intelectual
y religiosa’. La importancia del hallazgo radica en que
la dinastía XI es un periodo de la historia de Egipto
que se conoce muy poco. En ese momento había una guerra
civil, que precedió a la unificación política
del Alto y Bajo Egipto bajo un sólo monarca, Montuhotep.
El hallazgo más destacado del egiptólogo del CSIC
en anteriores campañas fue 'La tabla del aprendiz', el
primer retrato frontal conocido de un faraón del antiguo
Egipto. La tabla estucada con este singular dibujo está
expuesta en la actualidad en una de las salas del Museo de Luxor.