El
premio Pritzker es el más prestigioso de cuantos se conceden
a la trayectoria de un arquitecto. Los concede la Fundación
Hyatt y fue creado en 1979 por los Pritzker, una acaudalada
familia de Chicago propietaria de la cadena de hoteles Hyatt.
Los premiados reciben 100.000 dólares (63.200 euros),
un certificado formal de la citación, y desde 1987, un
medallón de bronce. Este es el premio que ha conseguido
el también prestigioso arquitecto Jean Nouvel, quien
ha sido galardonado con muchos premios dentro y fuera de Francia,
entre ellos, la Legión de Honor.
La concesión de este galardón, considerado como
el Nobel de la arquitectura, fue hecha pública ayer por
la Fundación Hyatt de Chicago. La ceremonia de entrega
se celebrará el 2 de junio en la Biblioteca del Congreso
de Estados Unidos.
Nouvel se hizo famoso en 1989 con edificio junto al Sena, que
abre y cierra sus ventanas como los objetivos de las cámaras
fotográficas, sede del Instituto del Mundo Árabe.
Desde entonces ha recorrido un largo camino inventando tipologías,
como las viviendas Nemausus en Nimes, o construyendo iconos
como la Torre Agbar de Barcelona o la Fundación Cartier
de París. Y es ahora, tras numerosos años siendo
candidato, cuando le conceden el premio Pritzker. Pero lo que
llama la atención es que sea en plena expansión
americana (tras el Teatro Guthrie en Minneapolis levanta la
Tour Verre junto al MOMA).
Ha firmado casi 200 proyectos y sigue evolucionando porque,
insiste, su único estilo es su actitud. ‘Cada proyecto
es una aventura. Nunca sé si haré algo blanco
o negro. Y esa incertidumbre me gusta’, asegura. Lo que
busca Nouvel investigando con sus edificios es ‘encontrar
la pieza que le falta al puzzle. Mis edificios no quieren ser
los más bonitos, quieren contribuir a formar el lugar
más hermoso’. Lo llama la ‘política
de la situación’: los vecinos son importantes.
‘Se debe aprender a convivir con ellos, aunque molesten.
La arquitectura tiene que ser respetuosa con el contexto’.
En 2012 concluirá el Louvre de Abu Dabi.