Cuando J. K. Rowling daba los
últimos toques a Harry Potter y las reliquias de la muerte
(2007) prometió, que sería el último libro
de la famosa saga del niño mago. La autora escocesa sigue
inflexible en su decisión, pero ha accedido a hacer una
excepción escribiendo una precuela de 800 palabras cuya
venta se destinará a fines benéficos. El texto,
redactado en un papel de formato A5, no será publicado.
Rowling es una de los trece escritores que han aportado sus
escritos a la subasta organizada por la casa Sotheby's el próximo
10 de junio, que tendrá lugar en la librería Waterstone's
de Piccaddilly (Londres), y que persigue recaudar fondos para
English PEN -que promueve la literatura como herramienta de
entendimiento entre las culturas- y la organización Dislexia
Action, destinada a apoyar a las personas con problemas de dislexia.
El contenido de la precuela es uno de los secretos mejor guardados
de Londres, aunque los especialistas de la sala de pujas auguran
excelentes perspectivas para su venta dado el tremendo interés
que genera la obra de Rowling. Junto a ella, autores como la
premio Nobel de Literatura Doris Lessing; el dramaturgo Tom
Stoppard, Lisa Appignanesi, Margaret Atwood, Lauren Child, Richard
Ford, Neil Gaiman, Michael Rosen, Axel Scheffler, Irvine Welsh
y los novelistas Nick Hornby y Sebastian Faulks. Este último
acaba de presentar una nueva entrega de la serie de James Bond
con un espectacular lanzamiento publicitario que pretendía
imitar las campañas que rodearon la salida a la venta
de los libros de Harry Potter. Otros autores que donaron sus
trabajos fueron
Dentro de dos semanas se sabrá si la iniciativa logra
superar récords recaudatorios. A finales del año
pasado, un volumen de cuentos manuscrito por J. K. Rowling,
‘The tales of Beedle the Bard’, fue vendido en subasta
también benéfica por más de 2,5 millones
de euros.