En la comunidad Carrizalillo,
a 50 kilómetros de Chilpancingo, Guerrero México,
arqueólogos del INAH han hallado dos figurillas tipo
Mezcala, cuyo descubrimiento es de gran relevancia por tratarse
de objetos de una de las culturas prehispánicas menos
conocidas.
Caracterizadas por su sencillez en la representación
del cuerpo humano, donde los trazos apenas definen los rasgos
del rostro, brazos y piernas, las dos figurillas tipo Mezcala,
fueron localizadas hace unos días, en el interior de
una pequeña caja de lajas de piedra que estaba enterrada
a modo de ofrenda.
Según señaló el arqueólogo del Centro
INAH-Guerrero, Rodolfo Lobato Rodríguez
‘Las figurillas fueron halladas en contexto, y lo relevante
del hallazgo radica en el hecho que se trata de representaciones
que escasamente se encuentran. En las últimas décadas,
sólo se han detectado otras tres, que sumadas a este
par suman un total de cinco las piezas que se han registrado
hasta hoy’.
La cultura Mezcala, es una de las civilizaciones que surgieron
inmediatamente después que la Olmeca, la cual se ha identificado
principalmente por su estilo arquitectónico y figuras
de piedra verde. Su desarrollo se dio desde el período
Preclásico Medio (500 a.C. hasta el Clásico Tardío
(900 d.C.), asentándose fundamentalmente a lo largo del
Río Balsas, hasta porciones limítrofes del actual
estado de Guerrero.
Las figurillas de 12 centímetros de altura, que estaban
colocadas de forma encontrada, estaban acompañadas por
dos pendientes de pizarra en forma de gancho.
‘Una de las características del hallazgo es que
tanto una de las pequeñas esculturas como el arete correspondiente,
estaban fragmentados. Se ha determinado que ambas piezas fueron
rotas de manera intencional, al ser depositadas en la cista
como ofrenda’, explicó el arqueólogo Lobato
Rodríguez.
Sobre la representación de ambas figurillas de color
gris oscuro, existen pocos estudios dada su escasa presencia
en contextos arqueológicos. ‘Por lo general representan
personajes de elite o deidades, sin embargo por tratarse de
representaciones humanas burdas en las que sólo se insinúan
rasgos físicos, no es posible determinar con precisión
su significado’, aseguró el arqueólogo Adrián
Fuentes Aguirre, quien también participa en los trabajos
de exploración.
El hallazgo de este tipo de representaciones humanas es muy
poco frecuente. En los años 70 se encontró una
en los trabajos de la Presa El Infiernillo, y dos más
en la década de los 90, en las excavaciones de la Zona
Arqueológica La Organera-Xochipala.
Asimismo, durante las excavaciones que se efectúan actualmente
en este sitio ubicado al norte de Chilpancingo, también
se registraron cinco enterramientos humanos en una tumba troncocónica,
consistente en una cama de piedra enlajada, debajo de la cual
se ubican más osamentas. Al respecto, el arqueólogo
Julio César Crosalta, explicó que sobre la cama
de piedra se encontraron dos esqueletos, uno masculino y otro
femenino, en posición sedente, uno de ellos acompañado
de una pulsera de cuentas de caracol.
Debajo del entierro, se localizaron otras tres osamentas, con
materiales asociados, entre ellos un collar de dientes de un
animal aún no identificado y cuentas de huesos pequeños
en forma cilíndrica de tres milímetros. Asociados
a estos entierros, se encontraron también materiales
de lítica, como cinceles completos y semicompletos, alisadores,
hachas de canto rodado, cajetes, metates y demás herramientas
que sirvieron para crear las tumbas, así como fragmentos
de cerámica.
Las piezas arqueológicas que se encuentran bajo resguardo
del INAH, serán sometidas a una serie de análisis
para determinar su temporalidad. Por sus características,
los materiales guardan similitudes con los reportados en la
Zona Arqueológica La Organera-Xochipala.
Los trabajos de excavación que se ejecutan en un área
de 18.5 kilómetros cuadrados, continuarán durante
este mes, y forman parte del Proyecto de Salvamento Arqueológico
Los Filos-Mezcala. Fase II, a cargo del Centro INAH-Guerrero.