Las piezas, más de 40.000
entre fragmentos óseos, de cerámica, de metal
y otros objetos hallados durante las excavaciones posteriores
al descubrimiento de la ciudadela inca, están en Yale
desde 1912, cuando fueron llevados por Hiram Birgham un profesor
que estaba explorando el lugar buscando la ciudad de Vilcabamba,
pero se topó con Machu Picchu. Los objetos fueron trasportado
a esta universidad americana en calidad de préstamo del
Estado peruano para su investigación. Nadie discutía
ni discute que Perú es el legítimo propietario
de las piezas, sin embargo nunca retornaron al país.
La colección de Machu Picchu está siendo objeto
de una gran polémica entre el Gobierno peruano y la Universidad
americana desde hace décadas. La nueva postura peruana
consiste en reclamar el retorno de la totalidad de las piezas
y, una vez conseguido, gestionar con Yale un nuevo préstamo
de una parte, con dos años de plazo.
En este debate, Perú cuenta con el apoyo de la prestigiosa
organización National Geographic, institución
que patrocinó, junto con Yale, las expediciones de Hiram
Bingham a Machu Picchu. Según declaró su vicepresidente,
Terry García, quien recientemente estuvo en Lima y dio
una rueda de prensa junto al ministro Hernán Garrido-Lecca,
‘Nosotros fuimos una de las partes de esos acuerdos. National
Geographic estuvo allí, sabemos lo que se dijo y que
los objetos eran un préstamo, que se debían devolver’.
García anunció que National Geographic pondrá
a disposición de Perú toda su documentación
sobre el caso, que incluye correspondencia de Bingham con sus
patrocinadores. Precisamente en una de esas cartas, dirigida
al editor de National Geographic, Gilbert H. Grosvenor, en 1916,
el descubridor reconoce que el Gobierno peruano autorizó
sacar las piezas del país ‘con la condición
de que sean devueltas en 18 meses. Plazo que como se ve, no
se ha cumplido, ya que han pasado más de 90 años.
Tras décadas de inacción, el Gobierno de Alejandro
Toledo intentó llegar a un acuerdo con Yale para recuperar
las piezas, sin éxito. Su sucesor, Alan García,
ha retomado la iniciativa y recientemente logró un memorando
de entendimiento con la prestigiosa universidad. En él,
Yale se compromete a devolver parte de las piezas con la condición
de que estas se guarden en un museo que garantice su adecuada
conservación, en la ciudad del Cusco. En febrero, una
comisión peruana viajó a Yale para hacer un inventario
que arrojó 46.332 piezas. La universidad alega que sólo
el 15% de ellas tiene valor para ser exhibida. Parte de eso
se encuentra en el museo Peabody y el año pasado se exhibió
en cinco ciudades de Estados Unidos. El resto, siempre según
Yale, sirve únicamente para realizar investigaciones.
Gran parte de las piezas son, de hecho, fragmentos, por lo que
la universidad señala que en realidad la colección
está formada por algo más de 5.000 objetos. Sin
embargo, una comisión del Gobierno, encabezada por el
ministro de Salud, Hernán Garrido-Lecca, se encarga de
negociar con Yale. Perú ha sugerido realizar una reunión
el 5 de agosto, en Lima, para llegar a un acuerdo definitivo.
La jefa del Instituto Nacional de Cultura, Cecilia Bakula, se
refirió recientemente, en una presentación ante
el Congreso, al estado de conservación de las piezas.
Según Bakula, los restos humanos están en unas
condiciones ‘de regular a malo’ y criticó
que Yale no tenga un proyecto de investigación.
El memorando de entendimiento entre Perú y Yale deja
abierta la posibilidad de montar con la colección de
Machu Picchu una gira por varias ciudades de Europa con la finalidad
de obtener fondos para financiar la construcción del
futuro museo.