Desde la época prehispánica
y hasta la fecha, el cacao es uno de los productos de alimentación
más apreciados en el mundo debido a su sabor. De hecho,
en el siglo XVIII, el naturista sueco Linnaeus denominó
al árbol del cacao ‘Theobroma cacao’, ‘Comida
de dioses’.
Durante la conquista, muchos escritos señalan la importancia
que tenía el chocolate entre los mexicas. La primera
mención castellana del cacao la hace Bernal Díaz
del Castillo, cuando describe el banquete de más de 300
platos ofrecidos por Moctezuma a Hernán Cortés.
Según ciertos estudios, esta bebida, el chocolate era
preparado con granos de cacao que molían con piedras
y cocían en agua, y que se mezclaba con miel de maguey,
harina de maíz, onoto u achiote y vainilla, mezcla que
probablemente formaba una bebida alcohólica, la cual
era utilizada en ceremonias. Conforme ha ido piando el tiempo,
la preparación del chocolate ha ido variando con la introducción
de la caña de azúcar a la Nueva España,
sustituyendo a la miel.
En 2006, el investigador John Henderson, de la Universidad de
Cornell en Ithaca, Nueva York, realizó un estudio donde
encontró que los vestigios más antiguos sobre
el uso del cacao como bebida se situaban 1.100 años antes
de Cristo.
Sin embargo, estudios recientes realizados por investigadores
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
de las Universidades de Columbia, Arizona, Yale, Wisconsin y
Kennesaw, señalan que existen evidencias del consumo
de cacao como bebida en el periodo formativo (1900 -900 a.C),
es decir, 800 años antes de lo que se creía hasta
ahora.
Los residuos de una bebida preparada a base de cacao fueron
localizados en una vasija de cerámica encontrada durante
las excavaciones realizadas en el sitio sagrado del Cerro Manatí,
ubicado dentro del ejido del Macayal, en el municipio de Hidalgotitlán,
Veracruz. La vasija se localizó asociada con una gran
cantidad de objetos suntuosos entre los que destacan: hachas
labradas en piedra verde, jadeíta, pelotas de hule, mazos
de madera y varias estacas con la punta quemada, así
como semillas de jobo, coyol, nanche, calabaza, huesos de tortuga
y venado de cola blanca.
Este contexto llevó a los investigadores a deducir que
posiblemente la vasija datada mediante carbono 14 en 1750 a.
C, de paredes cilíndricas ligeramente divergentes, con
el fondo plano y engobe de color rojo en la parte inferior del
cuerpo y manchas negras, fue creada para contener bebidas como
la ‘chicha’ (cerveza de maíz), chocolate
o atole, preparaciones consumidas exclusivamente por los jerarcas
o gente de alto prestigio social.
La evidencia de cacao en esta vasija localizada en la costa
del Golfo de México, indica que el uso de la bebida precede
a las evidencias encontradas en las áreas Mayas de Belice
y en Puerto Escondido, Honduras.