Se trata de los restos óseos
de un adulto y un niño, unas 80 piezas cerámicas,
decenas de cuencos de calabaza grabados (los ‘mates burilados’)
y pintados, así como trabajos en cestería y textiles,
que datan de hace unos 1.600 años, según han revelado
los directores del ‘Proyecto Nazca’, Giuseppe Orefici
y Ángel Sánchez.
Estos objetos desenterrados durante ocho meses de excavaciones
en la Pirámide Naranja dentro del complejo forman parte
‘de una única ofrenda, que no está completa’
y que fue dedicada al ‘centro ceremonial mismo, poco antes
del abandono trágico de Cahuachi’ por parte de
los pobladores Nazca.
Cahuachi, el centro ceremonial en adobe más grande del
mundo, se encuentra muy cerca de las famosas líneas de
Nazca, a unos 460 kilómetros al sur de Lima. Este centro,
de unos 24 kilómetros cuadrados, estuvo operativo desde
el siglo IV a.C. hasta finales del siglo IV d.C. y constituye
el mayor complejo de construcciones y templos de Nazca. Sus
construcciones eran de adobe, en forma cónica, siendo
una de las zonas urbanas más grandes del mundo andino
y la más importante de la cultura Nazca (400 a. C.-400
d. C.). Los restos apuntan a que los techos, puertas y ventanas
eran sostenidos con madera de guarango y la techumbre se hacía
con cañas entrecruzadas atadas con cuerdas de pelo de
llama y algodón.
Lo más novedoso de este descubrimiento es el lote de
una treintena de mates o cuentos de calabaza ‘pintados
con colores resinosos’ y ‘que no se conocían
anteriormente en la tipología de los materiales Nazca’,
según asevera Orefici.
Los mates, de unos 50 centímetros de ancho por unos 25
de altura, han sido pintados con colores brillantes y con mica,
para dar la sensación de brillo.
El arqueólogo italiano explicó que el cráneo
del menor presenta una fractura, mientras que el adulto fue
decapitado y enterrado en ‘posición sentada’
cerca de los objetos.
En los próximos trabajos de excavación, donde
Orefici está al frente y cuya duración se extenderá
hasta el año 2011, es muy probable que se puedan encontrar
otros objetos de la cultura Nazca, a pesar de los constantes
saqueos por parte de buscadores de tesoros arqueológicos.
El investigador italiano lleva a cabo un proyecto que consiste
en la puesta en valor de los monumentos de la ciudadela.
Orefici indicó que prevé conversar con las autoridades
del Instituto Nacional de Cultura para determinar si los objetos
se exponen en Lima o en el museo de Nazca.