El canónigo arcediano
de la Catedral de Córdoba, Fernando Cruz Conde, ha explicado
en conferencia de prensa que esta decisión se ha tomado
después de que los abogados que asesoraban al Cabildo
en el proceso para recuperar las cinco vigas les comunicaran
que era ‘altamente improbable’ que en Gran Bretaña
se pudiera aplicar la ley española en la que se amparaban.
En este sentido, Cruz Conde ha indicado que la base legal sobre
la que trabajaban era un real decreto de 1926, a lo que además
se sumó una decisión de los tribunales ingleses
sobre un caso similar en el que quien reclamaba unos bienes
era el gobierno de Irán y que fue negativa. Por ello,
se ha llegado a un acuerdo extrajudicial entre el Cabildo, la
casa de subastas inglesa y la entidad que representa al propietario
por el que no se van a reclamar indemnizaciones por posibles
daños.
Además, una vez que salgan a subasta, casi con total
seguridad en octubre, un porcentaje del precio de venta será
donado a Cáritas de Córdoba. El porcentaje al
que se refieren sería de, si el precio es hasta un millón
de euros, 50.000 euros; hasta dos millones de euros se ha establecido
el 10 %, y a partir de los 2 millones de euros será el
15 %.
Cuando las cinco vigas de seis metros de longitud, labradas
con motivos vegetales en tres de sus cuatro caras, también
califales que datan del siglo X, iban a salir a subasta en abril
de 2006, su precio se estableció en 1.940.000 euros,
según ha indicado Cruz Conde, quien ha añadido
que actualmente ya se está hablando de que podrían
llegar a los tres millones de euros.
El proceso por la paralización de la subasta de estas
cinco vigas de la Mezquita ha sido largo y Cruz Conde ha destacado
que ya ha sido un logro que se parara la subasta, y que el Cabildo
‘ha hecho cuanto estaba a su alcance y ha actuado al límite
de sus posibilidades’.
El Cabildo también ha dado a conocer la recuperación
de otras siete vigas, propiedad de un particular cordobés,
que iban a ser subastadas en Madrid y que han vuelto a las oficinas
del Cabildo, donde permanecerán expuestas, tras el pago
de 150.000 euros (los costes de adquisición, conservación
y mantenimiento) por parte de la empresa Sierra Albaida de la
familia Cabrera de la Colina.
Se trata de siete piezas de madera con decoración vegetal
y restos de policromía, aunque aparentemente son seis,
porque una pequeña está unida a otra más
larga, que oscilan entre los 5,60 y los 1,42 metros.