Ayer se falló el XXVII
Certamen Nacional de Pintura de Villanueva del Trabuco, organizado
por el Ayuntamiento de dicha localidad malagueña, envuelto
en la polémica. El caos en la organización y la
poca trasparencia fueron la nota predominante de esta edición.
Oscureciendo y deslegitimando el citado certamen.
Si hay algo destacable en este certamen de pintura, es una funesta
y muy desafortunada organización, totalmente desinformada,
que llegó incluso a aportar información errónea
a algunos de los participantes. Propiciando casos lamentables
de participantes que realizaron largos desplazamientos hasta
dicho municipio para ver sus obras seleccionadas, como les habían
indicado, y al llegar a la inauguración no era así.
El celo por la conservación de las obras tampoco ha sido
la nota predominante, los cuadros no seleccionados se amontonan
en un pequeño almacén, sin embalajes y sin ninguna
protección, unos contra otros como en un trastero de
objetos sin valor, con el considerable deterioro que esto produce
en las obras.
Sin entrar en la valoración de los premiados, aunque
visionariamente algunos de los premiados eran felicitados antes
de hacerse público el fallo del jurado por sus vecinos,
es un certamen mal planteado que lleva al error. Ha sido denominado
‘Certamen Nacional’, y sin embargo está hecho
por y para los habitantes del pequeño pueblo de Málaga.
Una pantomima para incentivar la creatividad local, pero una
actitud muy reprobable si se invita a participar a los artistas
de todo el territorio nacional, como especifican sus bases.
Un profundo carácter localista, que desprestigia enormemente
este certamen y pone en cuestión la labor de sus organizadores.
Actitudes como esta favorecen muy poco la apertura y el desarrollo
cultural de los municipios.