Los esqueletos, que no muestran
signos de muerte violenta, pertenecen a un grupo de infantes
de entre uno y doce años de edad que podrían haber
perecido a causa de una epidemia, según explicó
a la prensa local el antropólogo iraní Farzad
Forouzanfar. También declaró que ‘el hallazgo
incluye tres esqueletos de mujeres de 50, 55 y 60 años
de edad, y cuatro de hombres que tenían entre 40 y 45
años’.
La denominada ‘ciudad quemada’ este nombre se debe
a que las investigaciones apuntan a que la ciudad fue incendiada
tres veces y abandonada sin rehabilitar tras el último
fuego, es un extenso complejo arqueológico que se extiende
en un área de 300.000 metros cuadrados cercano a la localidad
meridional iraní de Zobal y en el que se han abierto
cerca de medio millar de excavaciones.
Según los expertos, en esta zona próxima a la
frontera con Afganistán se asentaron cuatro civilizaciones
pre-indoeuropeas diferentes hace más de cincuenta siglos.
El yacimiento excavado en la provincia suroriental de Sistán-Baluchistán,
(provincia que limita el norte con la provincia de Jorasán
y el desierto de Lut. Al sur tiene como costa el mar de Omán,
al este limita con Pakistán y Afganistán y al
oeste con la provincia de Kermán) fue descubierto en
el siglo XIX y tras las pesquisas llevadas a cabo así
como las excavaciones de los arqueólogos italianos e
iraníes han llevado a la conclusión que esta fue
una ciudad tan importante como las que había en la misma
época en Mesopotamia, e indican que fue una de las iniciadora
de la vida urbana en la meseta del Irán.
La ‘ciudad quemada’, en persa ‘Shahr-e Sujté',
ha proporcionado descubrimientos tan importantes como el ojo
de cristal más antiguo del mundo.