El profesor Stanley Wells,
quien fuera director del Instituto Shakespeare, aseguró
estar ‘convencido’ de que este es el único
retrato que se le hizo a William Shakespeare en vida y que el
resto de los conocidos hasta el momento son únicamente
copias.
La imagen del escritor inglés más importante de
todos los tiempos, presentada hoy en Londres, ha permanecido
durante siglos oculta entre los cuadros que posee la familia
Cobbe. Fue uno de sus miembros, Alec Cobbe, quien al visitar
una exposición sobre Shakespeare organizada en 2006 por
la Galería Nacional de Retratos, de Londres, se dio cuenta
de que en su colección había uno muy similar al
exhibido en esa muestra.
El profesor Wells justificó su confianza en que el retrato
que posee la familia Cobbe sea por fin la imagen real del escritor
inglés por el resultado de las pruebas científicas
a las que ha sido sometido el cuadro, y que en su opinión
demuestran que los otros tres retratos conocidos hasta el momento
son meras copias. Exactamente, al menos que se conozca, existen
dos retratos de Shakespeare en las colecciones privadas de Folger
y FitzGerald, mientras que un tercero conocido como el de Ellenborough
se perdió en el año 1947.
El cuadro de los Cobbe pasó por un examen con rayos-X,
otro con infrarrojos y un tercero centrado en la antigüedad
de la madera utilizada por el retratista para conocer la fecha
en que fue pintado. De estos estudios se extrae la conclusión
de que el retrato fue realizado en 1610, cuando el literato
inglés tenía 46 años, sólo seis
antes de su muerte.
En cuanto al pintor del retrata, nada se sabe, aunque el conservador
de la Colección Cobbe, Mark Broch, explicó que
es posible ‘que el pintor pusiera su nombre en el marco,
pero éste ha desaparecido’.
El retrato presentado hoy muestra un Shakespeare con perilla,
sin pendiente en la oreja izquierda, aderezo que sí aparece
en otros retratos, y con una larga nariz, todo ello en un fondo
azul sobre el que están inscritas en la parte superior
las palabras ‘Principum amicitias’. El hecho de
que esta imagen se fuese realizada en vida de Shakespeare, como
parecen demostrar los exámenes realizados, hace que sea
‘más cercana a la realidad’ que la del grabado
Droeshout, publicado en 1623 y que hasta ahora había
sido la que tradicionalmente se ha trasladado del autor.
Este cuadro formará parte de una exposición que
estará abierta al público desde el 23 de abril
hasta el 4 de septiembre de este año, cuando se cumplen
400 años de la publicación de los ‘Sonetos’
del dramaturgo.