El suceso comenzó la
noche del miércoles 16 de junio, al término de
la jornada laboral, y duró hasta la mañana siguiente.
El vástago de una canilla se rompió y el agua
manó como una fuente. ‘El agua inundó el
baño, después se filtró por el piso y cayó
sobre los libros’ comentó un trabajador del archivo.
El archivo del museo cordobés fundado en 1941, conserva
veinte mil volúmenes de entre 1574 y 1925, entre otros
documentos de gran interés, destacan cinco cartas firmadas
por el general José de San Martín, libertador
de Argentina, Chile y Perú, además de nueve del
creador de la bandera nacional, Manuel Belgrano.
Asimismo guarda una carta de Juan Manuel de Rosas, dos veces
gobernador de la provincia de Buenos Aires, y de Francisco Narciso
de Laprida, figura clave en la declaración de la independencia
argentina, en 1816.
Todo este patrimonio está en peligro de desaparecer ya
que la institución no cuenta como medios para su conservación.
Según los propios trabajadores, en todo el edificio sólo
hay ‘dos viejas computadoras donadas por los consultantes
que vienen a la biblioteca’. ¿Escáner? ¿Internet?
¿Página web? Los archiveros se miran y se ríen,
entre la tristeza y el sarcasmo: ‘Nada de eso. Apenas
una línea telefónica y dos aparatos. Tampoco hay
calefacción ni refrigeración’.
Esto quiere decir que los archivos afectados no están
digitalizados por lo que si no ocurre un milagro y pueden recuperarse,
los antiguos documentos judiciales del fuero penal que son los
dañados, se perderán irremediablemente.
A pesar de las evidencias y las imágenes de los documentos
mostrados por los trabajadores, el secretario provincial de
Cultura, José García Vieyra, negó que la
documentación haya resultado dañada. ‘En
relación a la documentación obrante en esa dependencia,
la misma no ha sufrido daño alguno en virtud del incidente’,
dijo en una nota enviada a académicos de la provincia,
que pidieron explicaciones por el episodio.
Sin embargo esta no es la primera vez que sucede algo así,
ya que en 2009 se rompió un caño sobre la calle
27 de abril, el Archivo está en pleno centro, y tuvieron
que trabajar 10 meses a puertas cerradas porque había
peligro de hundimiento en varios sectores.